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Red Internacional
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FERGUSON. Las reglas de Obama: matar por ser joven y negro, sí; exigir justicia, no

La furia originada en Ferguson por el caso Michael Brown se extendió a Nueva York, Chicago, Seattle, Los Angeles, Oakland y Washington, DC. El gobierno desplegó un operativo de dos mil miembros de la Guardia Nacional y cien efectivos del FBI.

Sofía Pochit @SofaPochi

Viernes 28 de noviembre de 2014

Fotografía :Wikipedia

El 9 de agosto el joven negro Michael Brown pierde la vida en manos del policía Darren Wilson. Durante ese mes se vive en Ferguson estado de sitio y represiones. Septiembre parecía que se volvía a la normalidad (¿para quienes?) producto del plan “lavada de cara” del presidente Barack Obama, debido a su exigencia pública al Departamento de Justicia para que abra una investigación federal sobre los hechos. En noviembre vuelve la Guardia Nacional a las calles para violentar a los manifestantes que exigen justicia. El lunes 24 se vuelve a reavivar la llama: el jurado exonera a Darren Wilson por “falta de pruebas”; miles copan las calles ya no solo en Ferguson, sino también en Nueva York, Chicago, Seattle, Los Angeles, Oakland y Washington, DC.

Las vidas precarias refuerzan la discriminación

La furia, el enojo y bronca que produce el asesinato de Brown comienza a ser el canalizador del rechazo en los afroamericanos al racismo que viven día a día y que tiene su correlato en las condiciones de vida, especialmente entre los jóvenes. La comunidad negra en Estados Unidos compone el 12,8 % de la población total, son una de las principales minorías después de los latinos, contando con el 13% de la población. Según la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos, la tasa anual de desempleo en la población negra durante los seis años de gobierno demócrata es de 14,2 %, casi el doble que la tasa de la población blanca. El 28 % de los hogares negros vivía en la pobreza en 2011, casi tres veces más que los hogares blancos. Entre las personas que no completan el secundario, el 20,5 % de las negras no tiene trabajo, mientras que este porcentaje no llega a la mitad (9,7 %) entre las blancas. Los afroamericanos componen el 41 % de la población en prisiones estatales y el 44 % de los presos que cumplen condena en cárceles federales por delitos relacionados con drogas.

Falsas ilusiones en un presidente negro

“Negar los avances en las relaciones raciales (en EEUU, NdR) es negar la realidad. Yo soy la prueba”. Con esas palabras se despachó Obama después de las manifestaciones en repudio al tratamiento de la justicia sobre el oficial Wilson. Obama es la prueba de que el imperialismo puede permitir un presidente de color en EEUU, pero no puede dar vía libre al cuestionamiento sobre la persecución y asesinatos a los jóvenes negros, y menos si van de la mano de un descontento generalizado respecto a la discriminación para conseguir trabajo, tener una vivienda digna.

El presidente estadounidense exige pacifismo a los manifestantes, y se contenta declarando que “habrá quien esté de acuerdo con la decisión y quien no, incluso habrá quien esté enfadado”, cuando la justicia yanqui falla impunemente dejando en libertad y sin ser juzgado al policía blanco Wilson. A su vez, el descaro del acusado: “Lo siento mucho, por la pérdida de una vida, pero hice simplemente mi trabajo. No fue una ejecución y tengo la conciencia tranquila", las palabras a la cadena ABC News.

Mientras tanto continúa el proceso abierto de la juventud negra en busca de justicia por su hermano Michael, y por todos los Michael caídos por las balas de la maldita policía.