Hace dos días atrás pudimos ver la provocación abierta que el Arzobispo de Santiago en el contexto del llamado a la marcha “por la vida” realizo a nuestra compañera Barbara Brito, utilizando sin autorización alguna, su imagen para hacerla parte de una convocatoria de la cual nuestra agrupación, ni nuestra compañera compartimos.
Domingo 28 de agosto de 2016
Una provocación sin duda que ha provocado rechazo no solo en el mundo de las organizaciones de mujeres y la diversidad sexual, sino también en el mundo de las trabajadoras de donde nosotras somos parte.
No es sorprendente ver este tipo de actuaciones por parte de quienes hoy se han negado a que las mujeres podamos decidir sobre nuestro cuerpo, quienes con mezquindad y un conservadurismo extremo siguen empujando a que cientos y cientos de nosotras podamos morir cada año, o ser encarceladas, por decidir abortar. Quienes a lo largo de la historia han profundizado un sistema de vida que empuja a que seguimos sosteniendo la explotación y la opresión, de la mano de los sectores de la derecha, empresarios e incluso hoy el gobierno de la Nueva Mayoría, quienes abalan aun las herencias recibidas de la Dictadura militar, su código laboral, sus pensiones de hambre y sus dobles o triples jornadas laborales.
Muy por el contrario a lo expresado en las imágenes de la convocatoria del vídeo de la iglesia a participar de la marcha “si a la vida”, hoy como Pan y Rosas y como mujeres trabajadoras de esta, nos posicionamos de la mano del derecho a decidir en nuestros cuerpos, buscando alcanzar y conquistar un aborto libre, seguro, gratuito y legal. Porque sabemos que la insuficiencia y precaria propuesta de despenalización del aborto levantado por el gobierno de la Nueva Mayoría – y que lleva más de un año durmiendo en las salas del parlamento- no termina de romper la discriminación, la violencia de género y de clase, de la cual hoy cargamos las mujeres empobrecidas, estudiantes y trabajadoras.
Desde Pan y Rosas hacemos un llamado a cada una de las organizaciones sociales, estudiantiles, del mundo feminista y del trabajo a rechazar y denunciar la provocación realizada por la iglesia a nuestra compañera Barbara Brito. A seguir movilizándonos y luchando por la conquista de los derechos y demandas de las mujeres estudiantes y trabajadoras, la diversidad sexual y quienes hoy son parte de los más precarizados de esta sociedad.