Las inundaciones en las Sierras Chicas dejaron cientos de evacuados y un sinnúmero de daños materiales. Hasta el momento se reportan siete muertos y una persona desaparecida. Una tragedia previsible.
Lunes 16 de febrero de 2015 20:50
Estamos a unos doscientos metros del puente Vocos Lescano y en ese domingo lluvioso comienzo a escuchar un ruido atronador, agua, ese es el arroyo pensé. Un vecino gritó, “el agua está pasando sobre el puente, se ha llevado la casa de la curva”.
¿Cuántos metros, tiene que crecer el arroyo para pasar sobre el puente? ¿Cinco, siete?
Ahí estaba el pequeño arroyo desbordado, como nunca nadie lo había visto.
Mi primera pregunta al llegar a las cercanías fue ¿Hubo aviso de crecida?. Las respuestas fueron de indignación. “No, nadie avisó nada. Esto es más que una crecida. Hace 28 años que vivo acá, nunca vi esto”.
La casa de la curva estaba destruida, árboles inmensos flotaban como ramitas, “esa casa tiene más de 50 años, nunca el arroyo le llegó a la pirca”, señaló un hombre que intentaba dimensionar lo que estábamos viendo.
Hay dos autos encajados, cubiertos de lodo. “Ese auto es mio, no tuve tiempo de subirlo a la avenida, escuche el ruido y sólo pude salir de casa. Cuando ya el agua entraba por todos lados”.
“Esto no es natural” afirma otro de los azorados espectadores. Pasan las horas y el arroyo no parece volver a su cauce.
Los daños materiales son, a simple vista, muy importantes, hay decenas de casas destruidas. Empiezan a llegar bomberos de distintas localidades, defensa civil y lentamente se organiza en el ex hotel 18 de Marzo un centro de evacuación.
Me acerco a conversar con las personas que van llegando, con lo puesto, mojadas, con barro en las piernas.
¿Que sucedió en su casa?
“Nosotros somos de Barrio Loza, de ahí cerca del IPV, hace 30 años que vivo ahí y el arroyo cuando crece llega hasta la esquina, a unos 100 metros. Esta vez vi que el agua entraba al patio y 1 minuto después ya estaba dentro de la casa. Tuvimos que subirnos al techo. Desde el mediodía hasta las 5 de la tarde estuvimos en el techo”, cuenta una señora que tiene un bebé en brazos y una nena pequeña.
“Yo vivo enfrente de ella”, comenta otra mujer, “los vecinos nos ayudaron con cuerdas y escaleras. No sabes lo nerviosa que estaba, una de las nenas había ido al almacén y no podía volver por el agua. Encima estaba muy nerviosa, ahí arriba con las criaturas y veo pasar un cuerpo. Lo sacaron del agua un poco más allá” y agregó, “los vecinos nos ayudaron en todo, a cruzar de techo a techo hasta poder salir, no debe quedar nada de mi casa”
¿Sonó alguna sirena, hubo un aviso? ¿Por las radios se dijo que la crecida iba a ser fuerte?
“No, nada. Yo soy de cerca de la Quebrada. El agua entró y empezó a subir. Se reventaron las puertas. Quiero volver en cuanto baje un poco, pero quién sabe. Las paredes no resisten tanta fuerza de agua”, expresa indignado un hombre joven y agrega “ no sabes pasaba de todo por ahí, tubos de gas chocando con los arboles, autos, muebles. No debe quedar nada de las casitas”.
Es lunes, el agua ha descendido un poco, muchos no han querido moverse, pasaron la noche cerca de su casa, sentados en improvisados banquitos o en el techo y apenas ven la posibilidad comienzan a sacar el barro, las ramas, a ver si se pueden rescatar algo.
“Lo heavy fue ayer entre las 12 hs y las 17 hs. El agua llegó a 60 centímetros adentro de la casa. Vinieron a evacuarnos pero mi mamá no quiso. No vino nadie del gobierno, ni de la Intendencia ni de la provincia. Ahora está la Gendarmería dando vueltas, pero más que todo sacando autos de los ríos y arreglando puentes.”, relata un joven y agrega “a un amigo el agua le llevó el techo y perdió todo, absolutamente todo. Vive al lado del río, cerca del puente amarillo sobre la Av San Martín. Otra amiga , que vive en el barrio Ñu Pora, vio pasar desde su ventana que da al río, autos con familias adentro. Vio desarmarse la casa de en frente. Le entró mucha agua en la casa y se le levantaron las cámaras sépticas. Están tratando de sacar el agua que no tiene por donde salir.
Tampoco recibió nada de ningún gobierno”. Otros están indignados “ No quiero hablar, no tengo nada, no quiero saber nada de los políticos, ni de nadie, ves a alguien acá interesado en nosotros, no”.
Las versiones corren, “abrieron las compuertas del dique para bajar la presión del agua”, es una de ellas. “Volvieron a abrir a la noche, sino ya debería haber pasado la creciente”, agregan. “El suelo ya no escurre” si se abrieron las compuertas, de un dique que ya rebalsaba y no se avisó y no se evacuó a la población preventivamente, si fue la desertificación del suelo, o el desmonte desmedido una cosa es cierta, después de ver el paso de la creciente y su efecto desvastador, el fenómeno que dejó a las localidades de las sierras chicas bajo el agua, con incalculables daños materiales y muertos y desaparecidos, no fue “natural” ni “imprevisible”.