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Red Internacional
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#1M DÍA INTERNACIONAL DE LOS TRABAJADORES. Las y los trabajadores necesitamos una estrategia para vencer. El espontaneísmo y el sindicalismo burocrático no tienen nada que ofrecer

El gobierno firmó con la COB un mísero 3% de aumento al salario mínimo nacional haciéndose eco de la exigencia de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB). La burocracia sindical se apresta a aceptar todo. ¿Qué Hacer?

Miércoles 1ro de mayo de 2019

Foto: ABI
El presidente Evo Morales anuncia acuerdo salarial junto con representantes de la burocracia sindical y ministros de Estado.

En materia laboral en el país un 60% de la población asalariada percibe el mínimo nacional de Bs 2.060 (con el aumento decretado será de Bs 2.122) con el cual el gobierno nacional se jacta de que tenemos crecimiento y por tanto mejores condiciones. Hoy las y los trabajadores asalariados en el país hemos aumentado en número. Somos millones de trabajadores en comparación a inicios de siglo, pero los trabajadores asalariados formales y no formales tenemos una serie de observaciones que vivimos en el día a día. Vemos ese crecimiento con muchas inversiones y construcciones en el país, pero eso no implica que nuestra calidad de vida y de trabajo haya cambiado. Muchos de nuestros trabajos no tienen seguro, los empleos informales no llegan al salario mínimo nacional, además, los horarios de trabajo son extensos.

En el sector formal existe cobertura de seguro social, los salarios son estables pero las horas de trabajo son extensas. Los jefes siempre quieren que te quedes hasta terminar el trabajo, te quejas que esas horas sean compensadas, te miran raro y que ese tipo de trabajadores no quieren en las empresas, entonces te callas o estas en la mira de los jefes. El otro problema es que si tenemos sindicato es callado o actúa con la empresa para presionar a un mejor rendimiento. Otros sindicatos están con el gobierno los cuales son controlados férreamente por los burócratas sindicales de la COB. Toda resolución a los sindicatos que entrega el ministerio de trabajo debe pasar por sus oficinas, es decir, tenemos la COB junto a las federaciones y confederaciones estatizadas. Ni siquiera en los tiempos del neoliberalismo más brutal se llegó a esta nefasta subordinación de la COB.

Por toda esta situación los trabajadores en el país estamos divididos. Esta división empieza desde el género entre los trabajadores y trabajadoras. A nuestras compañeras mujeres les pagan menos, tienen los peores trabajos y también a las que más afecta el desempleo. Otra segmentación grande es entre los trabajadores de la ciudad y el campo. Dentro de ésta existe otra subdivisión, por ejemplo, en la ciudad, entre miles de trabajadores estatales, que en su mayoría, les imponen el estatuto del funcionario público donde están prohibidos los sindicatos. Trabajadores de la construcción, trabajadores de servicios como los bancos, trabajadores de las terminales aéreas y buses. A todos estos compañeros trabajadores, se les impide organizarse con mecanismos de hecho o por disposiciones estatales.

En el campo, en la “gran industria” agropecuaria se ha encontrado, en pleno siglo XX, trabajo esclavo. Las grandes industrias agropecuarias en el país obtienen sus ganancias a través de evadir leyes que protegen a los trabajadores de este rubro. Los trabajadores obligados a competir entre ellos por trabajos eventuales o por cosecha no encuentran manera de unirse hoy y reclamar sus derechos.

Por si fuera poco, hay una división mucho más grande que cruza todos los trabajos que es provocada por la precarización laboral. Existen trabajadores de planta y precarizados o sub contratados. Todo esto avalado por el rol nefasto y canalla de la burocracia cobista. La COB que habla en nombre de los trabajadores no es hoy ni la sombra de lo que fue en el pasado. El daño que la burocracia le hace a las nuevas generaciones de trabajadores es brutal. Cientos de miles de trabajadores asalariados condenados a trabajar sin beneficios, sin organización sin un futuro.

A razón de esta situación es que las y los trabajadores tenemos derecho a conocer nuestra historia y lucha. Para entender que la situación actual no siempre fue así y que hubo heroicas luchas del movimiento obrero boliviano que son un ejemplo para aprender y sacar lecciones para más adelante.

Aprender de la lucha histórica de los trabajadores también defendiendo la independencia política.

La historia del movimiento obrero boliviano está llena de luchas heroicas, cuyo hito más elevado fue la fundación de la COB a días de la revolución de 1952. En esta revolución los trabajadores movilizados mostraron su poder quebrando el ejército, y obligando al MNR a la entrega de tierras a los campesinos, se instauró el voto universal y se nacionalizó las minas.

En los años previos los trabajadores pelearon contra la rosca minera por demandas elementales como la canasta familiar, 8 horas de trabajo y la existencia de los sindicatos. La lucha por estas demandas, en la medida que fue integrando a más sectores del pueblo, le hizo pisar el terreno político y, por tanto, empezar a escribir la historia del país. Las Tesis de Pulacayo fueron el programa que durante décadas el movimiento obrero organizado levantó para las diferentes luchas contra el imperialismo y la burguesía minera, expresión no solo como clase explotadora sino parte integral de la casta blanco-mestiza que instrumentalizó y recreó una cultura racista y excluyente para asegurar los mecanismos de explotación y opresión.

En las Tesis de Pulacayo la demanda de independencia político sindical de la clase obrera fue un punto de grandes debates. Una consigna que durante años sufrió presiones y ataques por parte de la burocracia sindical y corrientes sindicales afines al nacionalismo y el reformismo. Estas corrientes y la burocracia sindical lechinista trabajaron para que esta consigna sea ignorada y distorsionada en su esencia. Sin embargo en cada momento de ascenso de la lucha de clases la misma surgía de la mano de las diversas generaciones de la vanguardia obrera. En 1971 los trabajadores pusimos en pie la Asamblea Popular, organismo pre soviético que fue aplastado por la dictadura banzerista.

En el periodo de capitalizaciones y privatizaciones de 1985 en adelante, con miles de relocalizados y despedidos, la dirigencia burocratizada cobista se negó a enfrentar los ataques del 21060 y esquivó la lucha por la independencia política debido a su adaptación a los gobiernos de derecha. Hoy con un gobierno “progresista” de corte populista la COB ignora la consigna de independencia política y la altera, adaptándose y dando su apoyo al gobierno de Evo Morales.

En el caso de organizaciones de origen trotskista, como el POR, asumieron la independencia político sindical como mera independencia sindical, es decir corporativista y meramente economicista. Hablan de la independencia sindical en el sentido de abstenerse de hacer política. Se refugiaron en el magisterio y en las universidades con la defensa de derechos elementales y se quedaron petrificados con esas consignas. El POR lucha por demandas sindicales y para su flanco izquierdo repite sin cesar consignas como la dictadura proletaria. Consignas “vacías” en el sentido que no hacen nada para llenar de contenido, es decir, organizar a miles de trabajadores y trabajadoras asalariados en el país, como decimos líneas arriba, y no sólo del magisterio; y dotar de una política revolucionaria acorde a la vida de los trabajadores y campesinos. El resultado de su pensamiento es debido a una falta de estrategia para vencer, es decir, que, en los tiempos de retroceso del movimiento obrero, y ataque del neoliberalismo, resistieron con medidas sindicalistas e hicieron de eso su estrategia. Sostener sólo medidas sindicalistas es una forma de administrar política burguesa dentro los sindicatos.

Esta forma de hacer política sindicalista sectaria y su correlato oportunista no ayuda a avanzar a los trabajadores que, luego de años de avance de la flexibilización laboral, tienen poca solidaridad con otros trabajadores y trabajadoras, el internacionalismo no es parte de su reflexión y la unidad de las filas obreras con sectores oprimidos, campesinos e indígenas se ha borrado de la ideología de los trabajadores.

Estas corrientes ideológicas no preparan al movimiento obrero para vencer, le hacen dependientes del espontaneísmo. Es decir, que con la lucha se resolverá todo y se alcanzará los objetivos socialistas de los trabajadores. Con este problema del espontaneísmo, adolecieron, todas las luchas de los trabajadores, nunca se realizó la preparación de un estado mayor que aprendiera y sacara lecciones de las luchas pasadas. Esa preparación, estuvo ausente. De ahí que por más heroica que fuera la intervención del movimiento obrero y sus aliados, terminaban entregando el poder a sectores pequeñoburgueses o burgueses directamente. Sin esa preparación de las y los trabajadores, los estudiantes, los campesinos y los indígenas, la burguesía tiene más margen de maniobra para desviar la lucha, contener la acción de masas y en suma impedir el triunfo de la revolución.

¿Hoy que es la independencia política de la clase obrera?

La independencia política de los trabajadores significa en primer lugar la lucha contra los patrones capitalistas que nos explotan y que su máxima expresión es el imperialismo. La independencia política de los trabajadores no solo es una consigna para desempolvar los 1 de mayo como hace la burocracia sindical, sino que la independencia política solo puede manifestarse como actos contra la burguesía y su régimen.

La independencia política hoy significa prepararse y militar para organizarnos en forma independiente y revolucionaria de las diversas variantes políticas que se postulan para ver quién es el que mejor administra el capitalismo semicolonial boliviano. Necesitamos romper el corporativismo, o las cuatro paredes de la fábrica o la universidad, impulsar la solidaridad con los sectores que estén luchando solos o sufriendo despidos. También significa levantar las banderas del internacionalismo proletario a través del apoyo a luchas obreras como se dan en Francia con los chalecos amarillos que han hecho retroceder en las medidas de ajuste del primer ministro Macron. El apoyo a la lucha del pueblo de Sudan que luego de 4 meses de masivas movilizaciones lograron derrocar el régimen del brigadier Omar Al Bashir, hoy en prisión, que se sostenía en el poder desde 1989 cuando dio un golpe militar, y el apoyo a la lucha intransigente de los trabajadores y la juventud en Argelia que continúan movilizándose exigiendo la caída de todo el régimen tras haber logrado destituir a Bouteflika.

Desde la LORCI nos ponemos al servicio de organizarnos y unir a cientos de miles de trabajadores y trabajadoras, contratados, precarizados, a las mujeres que día a día sufren la opresión de un sistema que ha refuncionalizado el patriarcado para aumentar sus ganancias, a sectores del campo y comunidades originarias que están siendo atacadas por un gobierno que ve solo en el extractivismo la única fuente de ingresos en sociedad con grandes transnacionales. Queremos contribuir a la organización de los estudiantes que no ven un futuro y se cuelgan a cualquier camarilla dentro la universidad creyendo en el “mal menor”.

Desde la LORCI invitamos a nuestros lectores a prepararnos militantemente para construir un partido revolucionario que se proponga hacer política independiente para los explotados y oprimidos del país.

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