A la hora de negociar los únicos beneficiados son los que gobiernan. “La herencia kirchnerista” y el gobierno de los CEOS se la llevan en pala.
Miércoles 13 de julio de 2016 11:53
Mauricio Macri encabezó hoy el acto de inauguración de las obras de ampliación de la terminal portuaria de la compañía Dreyfus, en la localidad de Ingeniero White, en Bahía Blanca, y aprovechó el evento para diferenciarse de la gestión anterior a la hora de negociar contratos con la importación de gas.
"Vamos a tardar 5 o 6 años en dejar de importar gas; pero negociamos precios mejores que los anteriores, ya no hay ninguna ’yapa’ escondida", enfatizó el Presidente, refiriéndose a la "yapa" que presuntamente cobraban algunos funcionarios con las importaciones de gas y volvió a hacer hincapié en la necesidad de ahorrar energía.
Cambiemos no puede hablar de negociar mejor, luego de que el ministro Aranguren compró gas a Chile que resulta un 53 % más costoso que el GNL que llega por barcos y un 128 % más caro que comprarlo a Bolivia. La proveedora de gas de Chile es British Gas que pertenece “casualmente” a la petrolera Shell. Un negocio redondo con “yapa” para todos los accionistas, incluido Aranguren.
La realidad es que ambos gobiernos son cómplices de los negociados de las empresas privatizadas y responsables de los padecimientos del pueblo trabajador.
En el caso de los gobiernos kirchneristas, que durante años premiaron a las empresas privatizadas con subsidios millonarios, permitiendo abultadas ganancias sin inversión alguna, que causó una terrible crisis energética para el país. Actualmente, el macrismo busca cambiar ese esquema pero descargando un fuerte tarifazo, mientras las empresas mantienen sus formidables ganancias. Habiendo anunciado un tope del 400% como “buena noticia”, intentando convencer de que la alternativa era tarifazo o caos, solo resulta comprensible entendiendo que estas medidas benefician solo al empresariado.