Largos meses de movilización y organización ubican a las trabajadoras/es de LATAM entre las peleas más destacadas del año que pasó.
Martes 19 de enero de 2021 21:22
La persistencia de las trabajadoras/es contra la pandemia empresaria sorteó obstáculos difíciles.
La pasividad de las organizaciones gremiales aeronáutica fue total y aquello contrasta con la tenacidad de su colectivo más activo que apeló a la movilización permanente para que su reclamo de continuidad laboral sea escuchado por el gobierno y los Ministerios.
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La parálisis de gran parte de la industria aeronáutica producto de la pandemia fue la excusa vil que utilizó la patronal de LATAM para aplicar un plan leonino con una secuela de miles de despidos. Increíblemente los gremios usaron argumentos similares del arsenal patronal para echar tierra sobre el reclamo de continuidad laboral de las trabajadoras/es despedidos. La denuncia acerca del mecanismo extorsivo que la empresa aplicaba a sus trabajadores fue reproducido al interior del colectivo obrero por la propia cúpula gremial.
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Así la cosas el carácter de conflicto testigo vale para todos los estamentos de poder en los aeropuertos: patronal, gobierno y gremios.
Pasado varios meses de los engañosos anuncios acerca que LATAM se iba del país queda claro que aquello fue una mentira. Muy lejos de eso la empresa LATAM ha decidido quedarse con los negocios más jugosos y rentables. Los cielos argentinos están abiertos para la prepotencia e impunidad empresaria.
El gobierno no solo dejo correr el desacato empresario, sino que habilitó rutas y negocios al servicio del lucro de la patronal chilena. La opinión pública debe saber que dicha patronal ha recurrido a lo peor de su tradición para despedir y flexibilizar al colectivo de trabajadoras/es. Ha recurrido a su gen pinochetista. Que el gobierno argentino no le ponga un solo límite corre por su exclusiva responsabilidad.
La acción del gobierno fue clave para que la empresa LATAM (con la marca LATAM Airlines) pudiese seguir operando en Argentina sin tener que resolver la continuidad laboral de los trabajadores, ni limitar los recursos otorgados por el Estado (como las rutas y demás concesiones) para que la empresa cesara en su fraude. No solamente no le impuso condiciones a LATAM, sino que alentó una solución por la vía de la bolsa de trabajo. Es decir la reincorporación de los trabajadores que tenemos años en la industria aeronáutica en otras empresas del rubro.
En lugar de orientar el conflicto en favor de los trabajadores, ósea que LATAM (que sigue operando) asigne tareas a sus propios empleados, tal cual lo establecen los decretos vigentes (prohibición de despidos). Esto dividió la acción de los trabajadores, con parte de ellos confiando en la salida que propuso el gobierno. Por eso creemos que son responsables en grado importante de que los trabajadores no enfrentaran de conjunto a la empresa. El gobierno debe cumplir con sus promesas, dando lugar ya a la continuidad laboral de estos cientos de compañeros con años de formación y trabajo en la industria aeronáutica. Exigimos al gobierno la incorporación ya de todos los trabajadores al planten del Estado en el rubro aeronáutico mientras se terminen de definir y precisar las funciones concretas, respetando todos los derechos adquiridos y convencionales.
Fue la perseverancia y la pelea permanente de las trabajadoras/es de LATAM la que permite que la bandera de continuidad laboral siga vigente. La organización en asambleas desde el minuto cero, enormes campañas de solidaridad,, festivales, decenas de movilizaciones y caravanas en aeroparque, ministerios, cortes en la nueve de julio hasta los importantes cortes en la Ricchieri.
La unidad con los trabajadores tercerizados de LATAM y también con los tercerizados de Aerolíneas como GPS pero también con otros sectores en lucha hicieron que la lucha de LATAM no pueda ser ocultada por los medios de comunicación y su voz pudo ser escuchada. Los llamados héroes que repatriaron en sus inicios a miles de argentinos exponiéndose a lo peor del virus daban pelea por sus puestos de trabajo y eso fue un ejemplo para miles de otros trabajadores que eran despedidos en otros lugares (cientos de artículos pueden leerse en este mismo medio).
De no ser por aquel colectivo la cosa hubiese terminado en el callejón sin salida de la pasividad tan promovida por las cúpulas gremiales aeronáuticas. El mundo aeronáutico debe saber que detrás de los discursos opositores de dichas cúpulas solo hay palabras. La única verdad es que las organizaciones gremiales no tomaron una sola medida ni afectaron un solo minuto los vuelos de esta empresa impune. De ahí que las patronales del sector aerocomercial se envalentonen y recurran a los mismos argumentos que la patronal chilena para flexibilizar y planchar el salario de todos los aeronáuticos. El mísero y confuso aumento salarial para los compañeros de Aerolíneas dan cuenta esta situación.
Las cuestionables actas firmadas por todos los actores sindicales son idénticas, aquellos que firmaron últimos (Frente Aeronáutico) siquiera dan explicaciones del porqué de aquello que cuestionaban finalmente fue lo que firmaron. El ocultamiento deliberado de las mismas son la muestra cabal de un método deleznable y por cierto muy poco democrático. Aun con todos sus límites y críticas a dicha acta la movilización logro colar parte de sus reclamos: la continuidad laboral en el ámbito aeronáutico. Las compañeras/os de LATAM movilizados tenemos por delante una pelea difícil para lograr que aquella vaga declaración de intenciones de continuidad laboral cobre cuerpo concreto. Definir claramente el cómo y el dónde de la continuidad laboral para cientos de compañeros es prioritario.
Desde El Despegue creemos que la salida más realista es que el personal de LATAM sea absorbido por Aerolíneas Argentinas empresa, que entre otras cosas, se queda con la enorme parte del cabotaje aerocomercial que deja LATAM. Para dar certidumbre a las familias aeronáuticas despedidas es menester que el Estado asuma el compromiso con el salario del colectivo obrero.
La perseverancia de las trabajadoras de LATAM en lucha tiene el mérito de los que no se rinden frente a la pandemia empresaria. Es por eso que debemos redoblar los esfuerzos y rodear de solidaridad a este colectivo que desde el día uno de la pandemia la viene peleando. Retomar y amplificar la campaña solidaria, profundizar las acciones de lucha y hacerlas más contundentes son pasos necesarios. Las centrales gremiales deben prestar su apoyo incondicional; la conducción CTA y los sindicatos que son parte de la misma deben dejar su obsecuencia con el Gobierno y ponerse a disposición.
Hay que retomar las tradiciones de luchas solidarias como fue en su momento el paro que realizaron los trabajadores del subte con los metrodelegados a la cabeza en repudio a la represión desatada contra los trabajadores aeronáuticos de LAFSA y que fue un importante apoyo para que la lucha contra los despidos triunfara.
La lucha de las trabajadoras/es de LATAM por la continuidad laboral tiene que triunfar. Si aquello sucede todos los aeronáuticos y los trabajadores en general estarán en mejores condiciones para pelear contra el ajuste pandémico.