En un nuevo monólogo de “Periodismo Para Todos”, Jorge Lanata se encargó de criticar las tomas de los secundarios y el movimiento de mujeres Ni Una Menos.
Lunes 2 de octubre de 2017
En la noche de ayer, como ya es costumbre, Jorge Lanata embistió contra las tomas y la organización de aquellos secundarios que, según él, “se sienten iluminados” como para opinar sobre su propia educación. Para el “periodista”, mucho mejor sería que los estudiantes, en vez de organizarse, fueran a trabajar callados y sin chistar para los grandes empresarios argentinos de los cuales él es vocero.
En su monólogo, con el micrófono antiguo y el telón rojo de fondo, no sólo le pega a los estudiantes en general, como ya hizo en sus editoriales en Clarín, sino que arremete directamente contra el centro de estudiantes del Nacional Buenos Aires, usando una denuncia de violencia de género para atacar a los secundarios que defienden la educación pública.
Lanata acusa al CENBA, “el centro que opina que puede pelear por sus propios planes de estudio”, de encubrir abusadores, cuando, lo único que hicieron fue respetar los tiempos de su compañera, quien hace la denuncia. Ellos la tuvieron en consideración, a diferencia del rector Zorzoli, los medios de comunicación y el mismo Lanata, que aprovechan cualquier oportunidad para atacar las tomas, sin reparar en cómo le afecta y los procesos que hacen las mujeres víctimas de violencia.
Además, en su intento permanente de ridiculizar cualquier lucha que se dé desde abajo, plantea que “ellos culpabilizan al sistema machista”. ¿Chocolate por la noticia, es que se dice? Por supuesto que lo hacen, señor Lanata.
Los estudiantes son conscientes que vivimos en un sistema donde muere una mujer cada 18 horas por femicidios, donde mueren 300 mujeres al año por realizarse abortos clandestinos (que parece que ni a Macri, ni a Lanata y tampoco a “la feminista” Cristina le merece ningún interés) y donde estos hechos de violencia son un eslabón en la larga cadena de opresión a las mujeres, que los estados junto con sus instituciones legitiman y reproducen.
Vale aclarar que además estudian en un colegio donde el rector Zorzoli se encargó de encubrir distintos casos de abuso. Y en su escuela, como en las de todo el país, no se aplica la ley de educación sexual integral, como tampoco un protocolo contra la violencia de género que, dicho sea de paso, el estudiantado viene pidiendo hace largo tiempo en las escuelas y en la UBA, con un financiamiento real e integrado por estudiantes, docentes, no docentes, graduados y especialistas, que además realicen jornadas de debate. Lo que no sabe (o mejor dicho cuenta) es que hoy toda actividad relacionada a poner en debate esta problemática que afecta a las mujeres y la diversidad sexual, es realizada por la propia voluntad de estudiantes y docentes organizados.
Pero... ¿le importará realmente algo de todo esto a Lanata?
No alcanzó con atacar a los “iluminados que toman colegios”. El monólogo también fue contra las distintas agrupaciones de nuestro país, que participan del movimiento Ni Una Menos. Diciendo que “hacen esas marchas, pero cuando violan a una nena de 14 años nadie dice nada. Y esto tiene algo que ver con lo que ellas dicen que luchan, no? Me parece”.
El método es el mismo: chicanas, falsedades y amarillismo. Pero se suma la subestimación a un problema que crece en la Argentina. “Esas marchas” que dice, son nada más y nada menos que un grito de hastío, un grito de rebeldía que pide basta de asesinatos a las mujeres. Y las organizaciones de mujeres vienen dando esta pelea día a día.
Si son las mismas que conforman la comisión de mujeres del Nacional Buenos Aires y el resto de los colegios de la Capital Federal.
La realidad es que a Lanata no le importan las víctimas de abusos, como tampoco le importa la educación pública, las desigualdades que sufren las mujeres ni el colectivo de la diversidad sexual. Nunca lo vimos preocupado por ninguno de los, lamentablemente numerosos, casos de abuso que hay en las escuelas y que se encargan de silenciar. Ni pidiendo las medidas paliativas mínimas que podría garantizar el estado en estos casos.
Lo que realmente le importa es atentar contra la organización estudiantil, atacar a la educación pública, deslegitimar la lucha de cientos de miles de mujeres que no quieren más femicidios. Es que por sobre todas las cosas, lo que realmente le importa y necesita es ser el vocero ideológico del Gobierno y los empresarios para defender sus intereses a capa y espada.
Lanata, no te van a alcanzar ni todos los domingos del año para frenar esta lucha.