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Red Internacional
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Tribuna Abierta. Lecturas poéticas en Feria del Libro Usado en Universidad Mayor

Taller Literario GREDAZUL abriendo caminos para promover el hábito de la lectura, mediante la difusión y venta del libro usado, que a un menor costo llega a numerosos lectores sin distinción.

Martes 13 de febrero de 2018

En el contexto de la XXVI Feria del Libro usado de la Universidad Mayor, que se realiza en Santo Domingo 711, desde el 31 de Enero al 18 de Febrero de 2018, Taller Literario GREDAZUL, grupo autónomo, fundado por el escritor Carlos Mellado Molina, y que sesiona todos los martes en la Sociedad de Escritores de Chile, con fecha 08 de Febrero del presente, efectuó sus lecturas poéticas y de microficción, a cargo de los escritores: Cecilia Aretio Aguirrebeña, Juan José Cartagena Madariaga, Leonor Merino Gutiérrez , Felipe Rodríguez Medina y Carla Andrea Zapata. Al final, de su intervención, el colectivo entregó al público asistente un tríptico con sus textos, el cual gozó de una excelente recepción.

Dentro de este espacio patrimonial, enclavado en el centro de Santiago, rodeado de libros y con la presencia de los libreros más experimentados y reconocidos de la capital, se dio inicio a esta fiesta de la cultura, donde la poesía se adueñó del asombro y el corazón conmovido de la concurrencia. Esto, demuestra, sin duda, que la poesía está en todas partes, invisible, y a veces, cautiva de las cosas simples. Y que el libro, si usted lo desea es siempre su más noble y mejor amigo.

Ahora, si anhela leer un texto de bajo costo y calidad, no olvide visitar durante este verano, la Feria del Libro usado de la Universidad Mayor y disfrutar las actividades culturales programadas. Y en cuanto a lecturas poéticas y de microficción, destaco el trabajo literario de los creadores(as) de GREDAZUL, arraigados en la inspiración de las vanguardias y la post modernidad, siempre abriendo caminos, donde habite la poesía y la belleza toque el canto del poeta.

NEOGÉNESIS

(Carlos Mellado Molina)

Como en la selva
o antes,
como en la caverna o antes aún,
en los lagos calientes , entre volcanes,
en el origen,
entre vegetaciones y tormentas,
junto al cataclismo,
antes y en este minuto,
lo esencial de la hembra moviendo al mundo,
la mujer disolviendo y creando
el húmedo misterio renovado,
el ácido primario de la vida oculto o expuesto,
feromonas gestándose.
Tú, nueva portadora después de millones de años,
yo de nuevo recomenzando tu persecución implacable
para ser tu fugaz dueño.

PLAGIO A BENEDETTI
(Cecilia Aretio)

Nunca será imprescindible
más si deseable
y hasta necesario
un hombre desnudo allí en lo oscuro

Un hombre apasionado
compañero confiable
que no cobre intereses por dar más
ni cotice desangrándose por meses de servicio.

Un hombre desnudo que pueda
abrazarte con un brazo
su espalda como imán atraiga el cuerpo tuyo
de pecho generoso
y respiración de hoguera

Es invocable y puede ser hasta un conjuro
un hombre ahí y así en lo oscuro.
Con su boca de vino para beberla a sorbos
y tras sus párpados, negras pupilas
que te reflejen precisa.

Tener contigo un hombre desnudo y luminoso
para elevarse cabalgando la noche
que se muera a tu lado y resucite luego
y que cuente contigo hasta tres y hasta cinco.

Que urda estrategias y tácticas
que propaguen gozosos los encuentros
y el aburrimiento y dolores
multiplique por cero.
Hombre de carne y hueso que trascienda el ideal
se acople a tus orillas y a tu profundidad.
Que sepa tejer, que sepa bordar
y que ponga música para celebrar.
Un ser milenario, un hombre postmoderno
que quiera aprender lenguaje vaginal
ese oscuro y delicado dialecto
que nombra lo que a simple vista no se da.
Un hombre desnudo que te regale tiempo
tiempo del año, del mes, del día a día
escriba versos intensos con su sexo erecto
y te ofrezca agua de luna con sus manos de vida (…)

ENCUENTROS
(Juan Cartagena)
Era costumbre buscarnos en las terminales
encontrarnos, conversarnos la vida
hablar
de encuentros y desencuentros
hablar tantas cosas
de ti
o algo de mí
era un mirarnos y alejarnos
con el sabor de todo lo hermoso
para luego perdernos
tal vez con las manos vacías
con el corazón fulminado
con los labios sin besos
y una sensación de amarnos terriblemente…

TIC TAC
(Leonor Merino)
Son las 7:30, camino tranquilamente al colegio. Me rodean feos y gordos relojes, corren de un lugar a otro despavoridos; algunos llevan bigotes y maletines; otros sombreros y carteras. Se preguntan mutuamente la hora. Van de un lugar a otro , desesperados, pendientes del tiempo, envejecen rápidamente durante el día, hasta quedar total y completamente inservibles. La semana ha transcurrido velozmente, ya es viernes. Me he quedado dormido, no puedo llegar tarde. Tomo un pantalón y una camisa. Corro a tomar la micro, pero, ya es tarde, comienzo a sufrir esa extraña metamorfosis ; de pronto me vulevo gordo, me salen agujas en la cara, mis extremidades se acortan. Ahora, soy yo, quien pregunta la hora.

INSTANTE
(Felipe Rodríguez)

Vacío,
devuelto por el oleaje,
arrastrando la vanidad sobre el tiempo.
Mis labios son ciegos escarbando en angustia.
Sin sangre,
sin piernas,
sin habla.
Sólo una palabra desnuda
recorriendo abismos.
Ahora es carne,
lamento,
cicatrices.
Ahora es silencio,
nostalgia hundida en un adiós.
Ahora es caída,
noche violentando el cuerpo,
fuga para no mirar el espejo.
No hay espera,
la palabra se humedece
por un mundo que convulsiona a mis pies.
Amparo,
desasosiego:
ojos para acurrucar demencias
y masticar gemidos.
Un instante como puñal,
como sudor de una nada incandescente.
Un fuego,
una isla lamiendo la piel,
como un niño acariciando cadáveres.

ZOZOBRAS
(Carla Andrea Zapata)

Te veo tendido sobre la tarde
en esa línea que dibuja el tiempo
con sus silencios.
Cierro los párpados
como si la muerte nos arrastrara
con la furia de sus besos
hacia el mismo abismo
y luego nos abandonara desnudos
llevándose el clamor de los latidos,
en un hilo de seda sosteniendo nuestros labios.
Entonces me quedo recostada junto a tu cuerpo
navegando en la soledad de tus ojos,
mientras la desnudez de la luna
va derramando su piel
en la inmensidad del universo.
Y en ese momento, sin que lo adviertas,
cruzo a oscuras la tarde
buscándote en esa misma línea de tiempo
zozobrando oculta en tus rodillas,
y simplemente, me instalo , sin hablar,
en cada uno de tus sueños,
acariciando el lugar donde desaparece
para siempre la breve luz de tu ombligo.