En una entrevista radial, en la que buscó mostrarse unido a Cristina Kirchner, defendió su gestión como ministro de Economía. Al mismo tiempo, se vio obligado aceptar que el gasto en partidas sociales no es suficiente. Una forma de cerrar filas con la vicepresidenta para continuar por el sendero de pagarle al FMI y sostener el ajuste, pese a los juegos de palabras.
Matías Hof @HofMatias
Miércoles 22 de septiembre de 2021 22:28
Entrevistado por Víctor Hugo Morales, este miércoles, Martín Guzmán negó que hubiera un "ajuste fiscal" justificando su manejo del presupuesto que había sido cuestionado por Cristina Kirchner en su carta. Pero además de elogiar a la vicepresidenta al considerarla una persona “realmente excepcional, con fuerza, inteligencia y con un compromiso excepcional con el país”, reconoció la falta de medidas para ayudar a “la gente y fortalecer el poder adquisitivo del pueblo trabajador”.
La eliminación del IFE en el Presupuesto 2021, las jubilaciones perdiendo con la inflación y un salario mínimo que apenas sobrepasa la línea de indigencia, son muestras claras de que el ajuste es real y tiene como consecuencia que más del 40 % de la población se encuentre en la pobreza. Sólo la derrota electoral llevó al ministro de Economía (y al Gobierno en su conjunto) a reconocer de forma parcial las consecuencias de su política, pero sin dejar de negar que están llevando adelante un ajuste sobre las grandes mayorías.
De esta manera, Guzmán se mostró en acuerdo con Cristina en lo esencial, una política de gobierno que en los hechos se traduce en aumentar el gasto de forma coyuntural para las elecciones y mantener el camino de ajuste para pagarle al FMI. En respuesta a la pregunta sobre por qué seguir pagando una deuda ilegal e ilegítima que tiene una causa abierta en la justicia, el ministro se limitó a decir que la deuda es vergonzosa, sin poder explicar esta contradicción planteada por un oyente de la radio.
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El mismo ministro había dicho, en la entrevista, que el gobierno de Macri dejó: “una deuda por US$ 45.000 millones, de los cuales US$ 21.000 millones se utilizaron para el repago de deuda y los restantes US$ 24.000 millones para fugar divisas". Y también expresó que: "A uno le gustaría poder hacer más, pero hay que contar con instrumentos y en Argentina no hay crédito y la moneda está muy debilitada". Para poder avanzar en resolver la crisis social, es necesario realizar un desconocimiento soberano de la deuda externa y así tener los recursos necesarios para combatir la pobreza. Guzmán niega que haya ajuste, pero es imposible llegar a un acuerdo con el FMI y al mismo tiempo destinar fondos suficientes a las partidas sociales.
"Enfrentar ahora este pago al FMI no es que nos guste o no, de hecho no nos gusta, pero es el sentido de la responsabilidad entendiendo que hay caminos desestabilizantes y peores. Hoy es el pago de capital de US$ 1.900 millones.” dijo Guzmán, en relación a la utilización de los fondos otorgados por el FMI, que en lo expresado por el Fondo tenían como objetivo enfrentar las consecuencias de la pandemia, pero que el Gobierno ya empezó a usar para cumplir con el primer vencimiento de capital del préstamo solicitado bajo la gestión de Cambiemos. Incluso teniendo una importante entrada de divisas debido a las exportaciones que en lo que va del año suman US$ 50.717 millones, dejando un saldo positivo de US$ 10.649.
Consultado sobre la crisis en el gabinete y la derrota en las PASO, Guzmán desarrolló: "¿Se podían implementar medidas antes? Tal vez sí y es importante escuchar y prestar atención al resultado de las urnas. Hoy algunas nos damos cuenta que sí y tratamos de corregir y luego agregó: “Aún cuando puede haber un punto que es distinto de otro, el Frente de Todos es un equipo”. Buscando mostrar una unidad que quedó a la vista en las últimas semanas es muy precaria, pero que a la vez, es cierto, parte de un objetivo en común: garantizar los pagos de la deuda externa y las ganancias de los grandes empresarios a costa de las condiciones de vida de millones de familias trabajadoras.
Cristina Fernández sólo cuestionó en su carta una subejecución del presupuesto de este año. El acuerdo interno era llegar a un déficit de 4,5% del PBI, y Guzmán apenas va por la mitad (2,1%) con lo gastado hasta agosto. Si bien es cierto que el Gobierno ajustó incluso más de lo previsto, el presupuesto votado por el Frente de Todos ya partía de un plan de ajuste, al partir de un déficit del 6,5 % del PBI en 2020.
Hacia adelante el plan general es similar, por eso el borrador del Presupuesto para el año 2022, aún suponiendo un acuerdo con el FMI que exima del pago de intereses al organismo por ese año, va a destinar el 8,3% de los gastos al pago de servicios de la deuda pública. Hasta el momento sigue excluyendo un IFE, recorta el presupuesto de salud y va a seguir priorizando el ordenamiento económico detrás de cumplir con metas que exija el FMI, sin priorizar las necesidades sociales.
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