Un breve recorrido por las visiones de ambos escritores
Miércoles 24 de enero de 2018
Ambos se fueron un 23 de enero. Primero Lemebel el 2015 y luego Nicanor este año, sin duda los dos fueron escritores insurrectos de la poesía, aunque giraban en distinta dirección. Pedro Lemebel levantaba las banderas por los movimientos sociales y dedicaba su poesía en ello, mientras que Nicanor Parra comparaba al capitalismo y al socialismo para más tarde hablar de Pinochet como un salvador.
Ambos nacieron en lugares pobres. Nicanor Parra nació en San Fabian, una comuna rural. Pedro Lemebel nació en las calles obreras de Santiago en la Aguada. Ambos tuvieron caminos y direcciones distintas, a pesar de que la antipoesía del último de los Parra siempre tuvo una crítica ácida al régimen, las conclusiones que estos dos escritores sacan de las miserias del capitalismo son muy distintas.
Pedro Lemebel ponía en su escritura la marginalidad que llevaba a cuesta por ser pobre, homosexual y de izquierda en un Chile atravesado por la dictadura militar y la heteronorma que se volvía mas dura por la represión que ejercían los militares en las calles y que también se colaba en la salas de clases. En 1986 Lemebel recitaba Manifiesto, con una fuerte critica al Partido Comunista - en el cual, sin embargo, siempre militó - pero dejando en claro que veía la necesidad de organizarse para acabar con el capitalismo.
“Que la revolución no se pudra del todo / A usted le doy este mensaje / Y no es por mí / Yo estoy viejo / Y su utopía es para las generaciones futuras / Hay tantos niños que van a nacer / Con una alíta rota / Y yo quiero que vuelen compañero / Que su revolución / Les dé un pedazo de cielo rojo / Para que puedan volar”
Un año después tarde Nicanor Parra daba una entrevista en el canal español TVE donde analizaba la dictadura militar desde una visión ecológica, explicando que si no nos relacionamos bien con la naturaleza no nos podríamos relacionar bien entre nosotros mismos, lo que no esta lejos de la verdad, pero luego, agrega que tanto el capitalismo y el socialismo son la misma cosa, lo que los hace insuficientes para abordar el problema de fondo. Nicanor Parra fue conocido entre otras cosas por no simpatizar con ningún partido ni tendencia política, aunque esto no le impidió opinar sobre las miserias que vivía Chile en los 80´s, tampoco admitir en una entrevista que Pinochet había salvado a Chile de convertirse en Cuba.
“Nadie tiene derecho a sonreír en un mundo podrido como éste salvo que tenga pacto con el Diablo S.S. debiera llorar a mares y mesarse los pelos que le quedan ante las cámaras de televisión en vez de sonreír a diestra y siniestra como si en Chile no ocurriera nada ¡Sospechoso señoras y señores! “
Nicanor Parra, autor de Artefactos, Defensa de la Violeta, Poemas y Antipoemas entre otros, fue un escritor que revolucionó la manera de escribir poesía en latinoamérica, que expresó la inconformidad con el régimen y sus exigencias, que tuvo la oportunidad de nutrir sus estudios de física y cosmología fuera de Chile.
Por otro lado, Pedro Lemebel, se alimentó de las historias de las calles, de su propia historia, con los ojos puestos en la necesidad de hacer un cambio y de organizarse por ello, sufrió la discriminación de las instituciones educacionales, que no le permitieron llevar a cabo su carrera de docente, mostrando con ello un verdadero ejemplo del arte militante, de un arte consciente que se reconoce como parte de una clase, de un sector oprimido que anhela la liberación.
La muerte de ambos escritores nos muestra el final de un ciclo, un recambio generacional. Lo que deberíamos ver en esto, fuera de la pena que sentimos cuando nuestros referentes artísticos mueren, es la necesidad de tomar el legado de ambos artistas, para nosotros mismos buscar o convertirnos en nuevos referentes de un arte distinto que descoloque las comodidades del arte burgués, que sea un tanto rudo, honesto y sensible, como lo es la vida en esta constante crisis del capitalismo. Esto no quiere decir que los admiremos a ciegas, si no que seamos capaces de tomar aquello que nos sirva para contribuir a un cambio, para revolucionar los parámetros del arte mercantil pero con un horizonte claro que apunte a revolucionar la vida bajo este modelo económico.