Compartimos un poema de Daniel Satur, miembro de la sección política de La Izquierda Diario y compañero de militancia de Leo.
Sábado 14 de marzo de 2015
Me voy a morir
Vos también
Todas y todos, inevitablemente, vamos a morir
El punto es cuándo
Y cómo
Tengo 39, no es momento
Me digo, no es momento
No quiero que lo sea
Tengo mucho por hacer
Él también tenía 39
Y había hecho más que yo
Más que mucha gente
Entonces el cuándo y el cómo
Y el por qué
(pregunta incómoda e inasible)
Sé que me voy a morir
Pero antes quiero ver morir
A quienes verduguean a mi clase
A quienes se benefician con nuestra explotación
A quienes arropan sotanas crápulas
A quienes nos acarician la cabeza
Para quedarse con nuestra cabeza en la mano
A quienes él y yo, a los 39, odiamos tanto
Hoy no esperaba enterarme de su muerte
Y no soy el único
Por eso ahora leo cartas y cartas
Espontáneas, poéticas, viscerales
Tristes, embroncadas, doloridas
Por él, por su partida
Leo decenas, cientos de recuerdos
Leo que dicen que él cambió cabezas
Leo que aseguran que él sembró conciencia
Leo que le prometen redoblar la lucha
Leo que dicen que fue enorme y bueno
Leo que no lo van a olvidar nunca
Y leo, también, lo que él escribió
Cuando un obrero de su fábrica
Contratado
(de los que hay millones)
Murió, joven también
Por las precariedades de esta vida
Leo que decía, Leo, que esa muerte
(absurda)
Renovaba su odio al sistema
Y sus convicciones militantes
Leo hoy, y comprendo
Que son muchas y muchos
Que no lo van a olvidar nunca
Y que por él renuevan su odio
Al sistema
(absurdo y criminal)
Y sus convicciones militantes
Porque, ¿qué es la Revolución?
Si no la lucha por cambiar
(de raíz y para siempre)
Los cuándos y los cómos
De nuestras inevitables muertes
Leo que se fue de prepo
Leo el desconcierto y la angustia
Leo que lo quieren como a pocos
Leo que en la fábrica
(donde dejó mucha vida)
Sus pares, su clase
Le dijo a la gerencia
Que no iba a trabajar
Que no podía trabajar llorando
Leo eso, y lloro
Cuando mueran quienes detentan
La propiedad de esa fábrica
(y de todas nuestras fábricas)
No voy a leer que alguien
Fue llorando a la gerencia
A decir que no trabajaría en su homenaje
Nuestra historia está llena de vida
Y también de muertes
Y como son, a la larga, inevitables
Los cuándos y los cómos
Importan tanto como los por qué
Fue a los 39, cuando menos queríamos
Fue en la cama de un hospital
Cuando el corazón no pudo volar
Tanto como él se lo propuso
Leo, y seguiré leyendo
Palabras de homenaje
Y palabras de aliento
Promesas de recuerdo
Y promesas de futuro
Mañana, en el trabajo diario
En la vuelta a todo, sin él
Haremos de este golpe
Una marca indeleble
Donde su lucha será escuela
Y su recuerdo combustible
Porque, ¿cómo avanzamos a la Revolución?
Si no tatuando en nuestros cuerpos
(con estos cuándos y estos cómos)
Los nombres y las historias
De luchadores como él
Leo, seguro seguiré leyendo,
Sobre quien, yéndose joven,
Dejó escrita una página
(imborrable)
De nuestra historia
A Leonardo Norniella (12 de marzo de 2015)