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Red Internacional
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ACTO INTERNACIONAL Y SIMULTÁNEO - BRASIL. Leticia Parks: “En Brasil vivimos en un régimen tutelado por las Fuerzas Armadas”

Compartimos la intervención de la editora de Esquerda Diario Brasil, militante del MRT y dirigente de la agrupación Quilombo Vermelho durante el Acto internacional contra el racismo y la violencia policial transmitido en simultáneo por la Red Internacional de La Izquierda Diario.

Sábado 11 de julio de 2020 16:38

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Buenas tardes compañeras y compañeros. Las mayores protestas de masas en la historia de Estados Unidos contra el racismo imperialista impactaron e influenciaron en Brasil, donde hubo importantes manifestaciones contra el reaccionario Gobierno de Bolsonaro, [el vicepresidente] Mourão y los militares. También por la situación trágica de la pandemia que ya está haciendo de nuestro país el campeón de muertos e infectados, la inmensa mayoría negros. Miles salimos a las calles incluso con las hinchadas de futbol a las manifestaciones antifascistas y antirracistas. Gritamos juntos por João Pedro y tantos otros asesinados por la policía. Gritamos que ¡Las vidas negras importan!

Cuando vi el video de aquella niña negra en Estados Unidos gritando “sin justicia no hay paz!”, pensé en la situación de todas las madre en Brasil que pierden sus hijos por la bala de la policía, por el trabajo precario, por el coronavirus, o incluso por la brutal explotación capitalista, robados desde chicos el derecho de vivir y decidir su futuro, como el pequeño Miguel, de cinco años, que mientras su madre, empleada doméstica, llevaba el perro de la patrona a pasear seguro, ese niño fue abandonado por la misma patrona solo en el ascensor y se terminó cayendo del edificio. Ese es un símbolo de la herencia de la esclavitud en la vida de la inmensa masa de mujeres negras y el dolor que viven todos los días en Brasil.

Esas tragedias capitalistas ocurren en el Gobierno de Bolsonaro, un presidente que a pesar de negar los peligros de la pandemia, él mismo está contaminado. En un Gobierno que es la expresión más fascista del régimen político heredero del golpe institucional de 2016. Un golpe articulado por el poder judicial aristocrático y racista que organizó operaciones políticas para cambiar gobiernos contra la voluntad popular, como vimos con la prisión arbitraria de Lula. Un autoritarismo judicial racista que encarcela a los negros en masa y que se fue fortaleciendo en los propios gobiernos del PT. Hoy vivimos un régimen político con el [ministro de economía] ultra neoliberal Paulo Guedes, privatizando y haciendo reformas antiobreras que precarizan las vidas negras, un Congreso con partidos que venden sus votos a cambio de regalías, policías racistas que organizan milicias para asesinar a jóvenes negros, criminalizando la pobreza con la excusa de la “guerra contra las drogas”. Por eso seguimos con toda la fuerza exigiendo al Estado una investigación independiente por justicia para Marielle Franco, concejala del PSOL negra y lesbiana que fue brutalmente asesinada. Y no podemos dejar de decir que este es un régimen tutelado por las Fuerzas Armadas que siguen impunes por sus crímenes en la dictadura, con Mourão en la vicepresidencia.

Por todo esto nuestra lucha es por tirar abajo a Bolsonaro y Mourão pero también a todo este régimen podrido, sabiendo que salidas institucionales como el impeachment no sirven. Por eso luchamos por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, que no cambie solo los jugadores sino que cambie las reglas de este juego, abriendo el camino a la verdadera soberanía popular que pueda decidir los grandes problemas de las masas trabajadoras. En este proceso, defendemos la autoorganización de los trabajadores para luchar por un gobierno de trabajadores de ruptura con el capitalismo, ese sistema miserable que utiliza el racismo y el patriarcado para aumentar la precarización, violencia y miseria de las mujeres y el pueblo negro. La lucha negra precisa ser una lucha contra la explotación capitalista.

Pero también hay que decir: si la lucha de Estados Unidos impactó en la juventud y en los trabajadores de acá, las centrales sindicales y en particular el PT a través de su peso en los sindicatos como la CUT actuaron para separar las luchas y llamar a los trabajadores a quedarse en casa por la pandemia, manteniendo una fuerte tregua con el gobierno de Bolsonaro en un momento en que los repartidores de todo el país se levantaron en un fuerte paro de miles de jóvenes de Rappi, Ifood, UberEats, en su mayoría negros. Esa pasividad electorera y el boicot de las luchas en los sindicatos es solo una expresión más de la política de un partido que le abrió espacio a la derecha en sus gobiernos, empezando a implementar planes de ajuste, aliándose con el agronegocio y con la bancada evangélica. Aumentando exponencialmente la tercerización que pasó de 4 a 12 millones en los gobiernos del PT y masacrando al pueblo de Haití con tropas de la ONU lideradas por Brasil.

Por eso el reformismo y todas sus variantes son incapaces de acabar con la opresión a los negros y a las mujeres, porque lo que quieren es administrar el capitalismo. Los frentes amplios que comienzan a diseñarse juntando hasta sectores del PSOL con golpistas y empresarios ya son la muestra de una derrota anunciada. La unidad que necesitamos es la de la clase obrera, una mayoría femenina y negra, lado a lado de nuestros hermanos explotados blancos, indígenas, LGBT e inmigrantes.

Como decía León Trotsky, para ser un revolucionario hay que mirar la vida con los ojos de las mujeres. En este momento de furia negra y de la brutal violencia racista y patriarcal, hago un llamado a todos a mirar la vida con la potente mirada de las mujeres negras que en todo el mundo no tienen nada que perder salvo sus grilletes.