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Red Internacional
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MOVIMIENTO OBRERO. Ley Primer Empleo: una historia conocida contra los trabajadores

Miércoles 7 de septiembre de 2016 23:18

“Los roba pan”

En 1999 el gobierno de De La Sota implementó en Córdoba el Plan Primer Paso (PPP) para jóvenes de 16 a 25 años. En ese momento, la industria automotriz y metalmecánica se derrumbaba. Los políticos hablaban de transformar a Córdoba en la Detroit de Argentina, un megapolo industrial. Todo se hundía. Miles de jóvenes buscábamos lo que sea para trabajar o para hacer curriculum.

Así fue que ingrese junto a otros 8 jóvenes, por primera vez, a una fábrica de la UOM. Las primeras semanas y meses en la multinacional Rieter Automotiv fueron muy duros. Habíamos entrado en el marco de que despedían trabajadores con antigüedad. Había temor e impotencia por todos lados. Lógicamente las miradas de los trabajadores de planta eran muy hostiles con nosotros, nos decían “los roba pan”.

Nuestro salario era tendiente a nada. A mi me alcanzaba para los 4 cospeles que necesitaba por día para ir al trabajo. La irracionalidad capitalista es muy racional a la hora de pensar en su adicción por las ganancias: nos hacían hacer horas extras mientras había despidos y suspensiones para los compañeros de planta. Por nuestra parte, entre los nuevos del Plan Pobres Pibes, lo único que teníamos claro, es que teníamos que hacer curriculum para ver si en un futuro nos tocaba algo mejor. Era tal la malaria que ni ilusiones teníamos de quedar en la planta cuando terminara el contrato teníamos.

Cruzar miradas era todo un desafío que podía cambiarte el humor. Mejor mirar para abajo. Los trabajadores hasta el comedor habían perdido en esos días en que la UOM entregaba conquista tras conquista. Con el pasar del tiempo se fueron ablandando: “che, los pibes no tienen la culpa”, decían algunos.

No van a faltar quienes argumenten que el Ministerio de Trabajo controla que los patrones no se abusen, que los sindicatos denuncian estas situaciones. Pero no lo hicieron. Fueron cómplices.

Nada es para siempre

La verdad fue abriéndose paso y resultó evidente. Eran el sindicato, la patronal y el Gobierno, no nosotros. Comenzaron a aceptarnos y vivimos de cerca algo desconocido: las tristes despedidas a los despedidos. Porque mientras por un lado los obreros nos fueron aceptando como compañeros, por el otro, cada vez se hacían más asaditos o juntadas para “despedir” entre broncas y abrazos al que le tocaba nunca más volver. Eran viernes fatídicos.

Fuimos carne de cañón. Ni la escuela, ni la familia ni la vida nos educó para enfrentar esto. ¿Cómo evitar la precarización de la vida de las familias trabajadoras? ¿Cómo evitar que no nos enfrentemos entre trabajadores cuando a los planes patronales y de los gobiernos ni siquiera los enfrentan los sindicatos? ¿Cómo hacer cuando los sindicatos no solo no se oponen, sino que fueron y son parte de cada lanzamiento de estos indignos planes?

Córdoba “for export”

Sergio Massa, el diputado ñoqui que mas faltas tiene en el Congreso, el amigo de De La Sota, quiere exportar a nivel nacional este gran beneficio para las patronales. “El bloque que lidera Sergio Massa propone un sistema parecido al que se aplica en la provincia de Córdoba por considerarlo más sólido y que da trabajo de mejor calidad que el propuesto en el proyecto oficialista”, señala Infobae.

Nada que ver. Ni rastros de trabajo de calidad. Veamos: en Córdoba desde 1999 hasta hoy ya van 17 años de gobiernos de PJ. Miles de jóvenes pasaron por el PPP. En esta última tanda se anotaron más 75.000 jóvenes. Córdoba lidera los índices de desocupación a nivel nacional.

Los planes precarizadores no son todos iguales, pero tienen el mismo objetivo: bajar los costos empresariales.

Desde los fines de los 90 a hoy, muchas cosas cambiaron y entre ellas la disposición de millones a defender los puestos de trabajo y las conquistas con las que mantienen a sus familias. En el congreso se verá quién es quién, cómo votan los representantes peronistas de los sindicatos y cómo vota la izquierda. En las fábricas también veremos cuánto de estos planes logran imponer a costa de despidos. ¡Familias en la calle nunca más!