Gobierno empresarial de Piñera, busca a toda costa dificultar la posibilidad de acceso a derecho de Aporte Familiar Permanente (bono Marzo) y seguridad social a familias trabajadoras inmigrantes.
Viernes 20 de julio de 2018
Enzo LW.
La Seguridad Social, en Chile y en el mundo, se ha definido según acuerdo internacional, mediado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), como un derecho humano destinado a la protección y bienestar social de cada individuo garantizando salud, vivienda e ingreso. En éste sentido, el Estado de Chile a denominado Sistema Previsional, al conjunto de leyes, políticas y medidas de protección social destinadas a apoyar a toda persona trabajadora bajo cualquier contingencia que le impida generar ingreso, por ejemplo: vejez, enfermedad, desempleo, invalidez, maternidad, accidentes laborales o perdida de sostén de familiar.
En el marco del proyecto que busca modernizar la Ley de Migraciones, éste Miércoles 18 se discutió en la comisión de Gobierno Interior de la Cámara de Diputados la posibilidad de integrar a trabajadores inmigrantes en beneficios de seguridad social, centrándose en el Aporte Familiar Permanente (Bono Marzo), financiado por el Estado como ayuda económica para las familias de menores ingresos.
El Ejecutivo implantó la propuesta de legislar para que migrantes con residencia mínima de dos años pudieran acceder al beneficio de Aporte Familiar Permanente, recibió negativa respuesta por parte de la oposición en la comisión de Gobierno, sentenciándose así la posibilidad de acceso a éstos derechos por parte de trabajadores migrantes sin plazo mínimo de residencia.
El subsecretario del Interior Rodrigo Ubilla, manifestó la irritación de parte del gobierno por la posibilidad de igualar derechos con los migrantes, amenazando con recurrir al Tribunal Constitucional (TC) en caso de que no se revierta la decisión de la comisión.
El gobierno derechista de Sebastián Piñera, sólo entiende de privilegios y es así que ven en el trabajador migrante, una persona merecedora de menos derechos, una persona de "menor nivel", una persona que a pesar de compartir día a día con el trabajador chileno las mismas inclemencias y dificultades, debe por su condición de extranjero tener menos oportunidades.
La derecha en el gobierno, muestra una vez más su marcada intención de separar a los trabajadores por status, buscando hacernos creer que el problema de la falta de recursos radica en la población migrante, en la desaceleración económica, o en uno que otro índice negativo en el valor del cobre. La verdad es que sólo buscan sacar el foco de lo que realmente importa; aproximadamente 18% de la población ocupada tiene un sueldo mínimo "miserable" (276.000), 50% de las y los trabajadores reciben menos de $319.673, la brecha salarial de género llega al 30% siendo las mujeres las "reinas" del trabajo precario, y es que en ámbito laboral y de "seguridad social" las deficiencias para las familias trabajadoras suman y siguen, mientras que los tiempos mejores sólo para los empresarios.
La derecha en el Gobierno, empresarios y partidos del régimen, son responsables directos de todas las falencias del modelo actual, donde no se nota el progreso para la clase trabajadora, que hoy en "tiempos mejores" de Piñera enfrenta miles de despidos; IANSA, Pastas Suazo, FCAB sólo como ejemplos y es víctima de planes de máxima flexibilización laboral como el nuevo estatuto del "contrato alternativo de estudiante trabajador", y para que profundizar en el sistema de AFP e Isapres.
Quieren hacernos creer que los culpables de la desigualdad y las inclemencias que viven las familias trabajadoras son las y los trabajadores extranjeros, pero el problema no está en cómo nos repartimos las miserias entre trabajadores nativos o extranjeros, el problema está en las ganancias de los grandes empresarios que nos obligan y presionan a luchar entre nosotros por migajas.
El actual contexto mundial en donde la crisis económica golpea irremediablemente, cada vez con más desigualdad en desfavor de la clase trabajadora, es más importante que nunca que las y los trabajadores solidaricen con sus pares, sin importar nacionalidad o género, ya que todos somos migrantes en potencia, con los mismos derechos humanos, aunque los empresarios y sus políticos nos quieran hacer creer lo contrario. Nativa o extranjera, la misma clase obrera.