Este jueves 16 fue especialmente delicado para los trabajadores del retail. Por las noticias y redes sociales empezaron a correr los pactos “voluntarios” que los gigantes del comercio imponían a sus trabajadores.
Viernes 17 de abril de 2020
En todo el país los empresarios del retail y el comercio hicieron inmediato uso de la ley de “protección al empleo”. ¿El efecto? Cientos de trabajadores y familias en la incertidumbre debido a que por 3 meses deberán subsistir con el seguro de cesantía.
Esto gracias a que la ley de protección al empleo legalizó la suspensiones sin goce de sueldo, un verdadero despido disfrazado impuesto mediante “mutuo acuerdo” y bajo la amenaza de despido, aunque nada asegure tampoco que transcurrida la suspensión no se materialice el despido.
Trabajadores de las tiendas Corona, por ejemplo, denunciaron que fueron obligados a firmar la suspensión hasta septiembre bajo amenazas de despido, dejando en la incertidumbre a más de 3.000 trabajadores.
Hites, Ripley, Maui & Sons, HyM, La Polar son algunas de las 23 mil empresas que se acogieron a esta nueva ley, aunque hay otras evaluándolo como Paris, que viene en asegurar que los efectos de la crisis la paguen los trabajadores siendo arrojados a cobrar sus seguros de cesantía en medio de una crisis sanitaria que viene escalando.
La indignación rápidamente se hizo sentir llenando las redes sociales de molestia y denuncia contra estos negocios y sus magnates que echan a la calle, sin ningún resquemor, a sus trabajadores.
Así mismo diversos sindicatos expresaron su molestia. La Federación de Sindicatos de Empresas Ripley denunciaron que esta medida “no hace otra cosa que obligar al trabajador a que se pague con sus propios ahorros del seguro de cesantía un “sueldo sustituto” y decreciente por -a lo menos- tres meses”.
No se arruga el gobierno, no se arrugan los empresarios, no se arruga la CUT
Ante esta critica situación se requieren medidas urgentes. Los empresarios, de la mano del gobierno, quieren pasar por sobre nuestras condiciones de trabajo jugando con el futuro de nuestras familias en medio de una pandemia.
No podemos resignarnos a que los empresarios nos pongan el pie encima cuando empresas como Ripley, que acumularon ganancias, sólo el 2019, por más de $100 mil millones, arrojen a sus trabajadores a la incertidumbre. Un ejemplo de resistencia son los sindicatos organizados en torno al Comité de Emergencia y Resguardo que este viernes harán el lanzamiento de una campaña nacional en contra de los despidos y los ataques del gobierno para demostrar que los trabajadores pueden dar una respuesta.
Es el momento de que los sindicatos le pongan un freno a estos ataques y para esto es necesario exigir a la CUT que deje de permitir a los empresarios seguir atacándonos. Que la CUT acabe su tregua con el gobierno, levante un plan de lucha y llame a organizar un paro nacional.
Hay que responder para que la crisis no la paguen los trabajadores y sus familias, estableciendo la expropiación de todo local o empresa que cierre o despida, con la inmediata prohibición de los despidos y el cese de operaciones de todos los trabajos no esenciales para afrontar la crisis sanitaria con el pago a sus trabajadores del equivalente a la canasta básica familiar.