Dilma Rousseff sancionó sin vetos la Ley Presupuestaria Anual de 2016 y mantuvo la partida destinada por el Congreso Nacional al fondo partidario. La propuesta inicial del gobierno federal era que la transferencia a los partidos políticos fuese de 311 millones pero el Congreso hizo un pedido para que aumentase esa partida a 819 millones, el cual Dilma terminó aceptando.
Martes 19 de enero de 2016
En la enorme crisis que atraviesa el país, el PT cede cada vez más a los demás partidos del orden, ofreciendo innumerables privilegios para mantener la unidad burguesa. Esa unidad tiene como propósito atacar a la clase trabajadora y demás sectores populares de la sociedad, haciendo que estos paguen por la crisis económica generada por el gobierno y por los grandes empresarios.
Mientras Rio de Janeiro enfrenta una verdadera calamidad en su sistema de salud y en Rio Grande do Sul se pagan en cuotas los salarios de los empleados públicos, se hace evidente el enorme absurdo que es el mantenimiento de un superfondo partidario a los partidos del orden y los salarios exorbitantes de diputados, senadores y funcionarios de alto escalafón político.
Para ponerle fin a los privilegios de los gobernantes, es preciso imponer por la fuerza de la movilización una asamblea constituyente libre y soberana que pueda cuestionar profundamente los ataques a los trabajadores y los enormes privilegios de los políticos que actúan para defender a los capitalistas y sus ganancias.
