Ayer Prat Gay informó el fin del cepo cambiario y la unificación del tipo de cambio. El ministro admitió que no sabe cuál será el nuevo valor del dólar. Lo que viene: inflación, recesión y un nuevo ataque a los trabajadores.
Mónica Arancibia @monidi12
Jueves 17 de diciembre de 2015
El ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay anunció ayer el fin del cepo cambiario, la creación de un tipo de cambio único, desaparece el dólar tarjeta, el dólar turista y establece un límite de 2 millones de dólares para atesoramiento para personas físicas o jurídicas. El nuevo tipo de cambio es incierto de acuerdo a las declaraciones del propio ministro, a partir de hoy se verá de acuerdo a las operaciones cambiarias. Se estima en $ 14,60. Los eufemismos con los que habló Prat Gay esconden una fuerte devaluación que en menos de un día elevará el valor del dólar en un 50 % o algo así, desde los $ 9,80 que cerró ayer.
Alfonso Prat Gay, declaró que “a partir de mañana no hay límite para adquirir divisas para importar”, al tiempo que “cualquier persona que quiera comprar moneda extranjera podrá hacerlo a través de su cuenta bancaria”.
El ex JP Morgan señaló que “estamos cumpliendo con lo que prometimos en la campaña. Creemos en el valor de la palabra. En menos de una semana levantamos lo que duró cuatro años. Levantar el cepo, aquellas trabas que están frenando la economía. Cualquiera podrá comprar y vender dólares, importar y exportar. Queremos acercarnos cada vez más a pobreza cero. Estamos trabajando con todos los sectores”.
También explicó que se eliminará el encaje para el ingreso de divisas y de la retención de la AFIP como adelanto del Impuesto a las Ganancias por la compra de dólares. El ministro agregó que “desaparece el dólar tarjeta, el dólar turismo” y aclaró que los pagos en efectivo de paquetes turísticos van a tener una retención del 5 por ciento “para dar ventaja al que esta bancarizado”.
Los puntos salientes del anuncio son:
Prat Gay adelantó que es posible levantar el cepo porque en las próximas cuatro semanas se esperan que ingresen dólares por 15.000 a 25.000 millones de dólares. En la conferencia de prensa mencionó el acuerdo con bancos extranjeros, cerealeras y empresarios argentinos que darían USD 10.000 millones que permiten levantar las restricciones. Puntualmente las cerealeras se comprometieron a liquidar 400 millones de dólares por día durante las próximas tres semanas. Además se emitirá bono del Banco Central en dólares -con legislación argentina- como garantía a una tasa de 7 por ciento que será suscripto por bancos internacionales. Respecto del stock de deuda con importadores, el ministro precisó que la deuda asciende a unos 5 mil millones de dólares y anunció dos alternativas para su cancelación. Una opción será la adquisición de dólares mediante un cronograma y la segunda la suscripción de un Bono del Tesoro Nacional en dólares.
Paralelamente, el ministro dijo que estaban adelantadas las gestiones para “hacer una conversión importante de los yuanes a dólares”. Y por último, Prat Gay dijo que se obtendrá un préstamo de distintos bancos que estará lista en 10 días”, aunque no precisó el monto de la operación.
¿A cuánto se irá el tipo de cambio?
La liberación del cepo no define aún cuál será el nuevo tipo de cambio, de acuerdo a las operaciones cambiarias (compra y venta de moneda extranjera) que se empiecen a realizar a partir de hoy generará la suba o baja del tipo de cambio. De acuerdo a las estimaciones del mercado el dólar se ubicaría en $ 14,60.
Ante la pregunta de la prensa al Ministro de cuánto será el futuro tipo de cambio, el economista respondió “ojalá supiéramos”. Una respuesta que demuestra que no tienen ningún apuro para evitar que el dólar se dispare. En la conferencia denunció la "herencia recibida", señalando entre otras cosas que, desde el inicio del cepo, la moneda nacional se devaluó en un 230 %, lo que provocó la caída de las reservas del BCRA a la mitad y el estancamiento de la economía. Pero no dijo que de cumplirse los pronósticos, devaluaría en un solo día casi lo mismo que en promedio se depreció el peso en cada año de cepo.
Precios, inflados
Prat Gay durante la campaña había declarado que una devaluación no afectaría los precios porque la gente ya se “acostumbró” al dólar blue, por lo tanto el ajuste del tipo de cambio no generaría inflación. Ayer dijo que el Gobierno seguirá de cerca el nivel de precios y recordó que el Diálogo Social que el Gobierno encarará a partir de la primera quincena de enero tendrá como punto de partida los valores del 30 de noviembre de 2015. Si nos guiamos por los anticipos del discurso de Macri ante la UIA el día lunes pasado, será un “diálogo” para imponer el plan de guerra contra los trabajadores. El ministro intentó despegar al gobierno de la aceleración de la inflación, y sostuvo que los aumentos de precios son parte de la herencia “de una gestión que decía que controlaba los precios y al final los descontroló”. Sin embargo, una devaluación en una situación inflacionaria como la Argentina es echar nafta al fuego, decisión incendiaria que este gobierno toma a conciencia en aras de la libertad de dólares.
Un elemento que también presiona sobre la inflación es la quita a las retenciones que junto a la devaluación hay alimentos que podrían aumentar 100 % en pocos meses.
Una devaluación nominal de la moneda genera un aumento de los precios de los bienes y servicios que se exportan de los que no. Existen distintos factores que condicionan el traspaso del tipo de cambio nominal a los precios. Los más importantes son el nivel de actividad, si la economía trabaja a la máxima actividad o no; cómo es la estructura productiva de la economía, es decir si es muy dependiente de las importaciones o no, el nivel de inflación al que se encuentra la economía al momento de ajustar el tipo de cambio y la situación de la economía, si crece, decrece, hay desempleo alto o no.
Hay evidencias para afirmar que el traspaso a precios será elevado con la nueva depreciación del peso frente al dólar que se producirá a partir de hoy. Es decir que aumentarán significativamente los precios y eso impactaría directamente sobre el salario de los trabajadores.
Miguel Bein, quien asesoraba a Daniel Scioli, prevé “para 2016, con un dólar a $ 13,8 a fines de diciembre de 2015 y un tipo de cambio promedio de $ 14,8 para todo 2016, paritarias en torno al 28 % (lo cual requiere un fuerte manejo de la política) y un aumento de la tarifa eléctrica en torno a 350 %...(). Si esto ocurre, en 2016 la economía caería en torno al 2 %, con un consumo que lo hace algo más rápido y una tasa de inflación promedio en torno al 40 % (34 % en la punta), producto de la incorporación del cambio en los precios relativos, después de un 2015 donde la aceleración de la inflación en el último bimestre llevaría el índice del 22 % i.a. de octubre a un número más cercano al 35 % i.a. en diciembre.”
Según CeSur un aumento del tipo de cambio del 250 % en 2002 llevó a un aumento en la inflación del 41 % encontrando un traslado a precios del 20 %. Para el año 2014 una devaluación del 33 % acumuló una inflación del 38 % con un traslado a precios del 40 %. El análisis concluye “hoy la economía luce más parecida a 2014 que a 2002. De corregirse un 40 % el tipo de cambio oficial, en el caso de que el pass-through (traslado a precios) sea de 30 % (promedio entre los 2 casos), el año 2016 tendrá una inflación parecida a la de 2014”.
Según el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), “una devaluación del tipo de cambio induciría un aumento en el gasto en subsidios o forzaría un aún mayor ajuste tarifario. Dado que el precio de oferta de gas, y en menor medida, de la electricidad dependen de las importaciones de GNL (Gas Natural Licuado) y gas de Bolivia”, teniendo en cuenta que el macrismo ya anunció recortes en los subsidios de energía eléctrica y de gas, el combo configura un durísimo golpe al bolsillo del trabajador.
El capitán frío
El día anterior a la devaluación, el Banco Central allanó el camino impulsando un alza de la tasa de interés que la entidad paga por las Lebac, títulos que emite para absorber pesos. Estas subieron a 40 %. Las de más corto plazo pagan más que las largas, una señal que aspira a mostrar que habrá calma tras el salto del dólar. Como impacto de esta medida, los plazos fijos subirán por encima de 30% en enero. De esta forma, elevando las tasas de interés el gobierno aspira a retener en el sistema financiero a quienes podrían eventualmente buscar aprovechar la posibilidad de comprar dólares. El impacto de la medida es elevar aún más el costo del endeudamiento.
Con esto, y el impacto recesivo que tendrá la devaluación “exitosa” es previsible un fuerte parate de la economía durante los primeros meses del año. Lejos de ser un error de cálculo o un efecto no deseado, es parte inseparable del plan. El ajuste del tipo de cambio busca el aumento de la famosa “competitividad”, que para la burguesía significa ante todo abaratar el costo de la fuerza de trabajo en dólares.
Para los empresarios el salario no es más que un costo, que se mantendrá constante hasta tanto se inicie la discusión paritaria. Es decir que el “éxito” que esperan de la de una devaluación en marcha es lograr aumentar los precios en una proporción mayor al aumento del salario. En pocas palabras lo que se busca es la caída del salario real aumentando la participación del capital sobre el excedente en detrimento del salario.
Jorge Triaca, ministro de Trabajo, se anticipan a pedir que los trabajadores moderen sus reclamos a la vez que asegura la ganancia de los empresarios con privilegios impositivos, entre otros mecanismos. Declaró, “a los empresarios les vamos a pedir el control en los precios. Nosotros como gobierno vamos a hacer un gran esfuerzo fiscal para, entre otras cosas, bajar el impacto de Ganancias y darle el reintegro del IVA a la canasta de consumo para los sectores más afectados. Y a los trabajadores, pedirles que miren las expectativas de inflación que va a generar nuestro gobierno y que se adecuen sus reclamos en ese sentido”.
Como señalamos en La izquierda Diario, el plan de guerra de Macri contra el salario tendrá que sortear la resistencia de los trabajadores al mazazo sobre sus bolsillos que generará la inflación causada por la devaluación, la quita de retenciones y los tarifazos.
Las patronales buscarán una devaluación exitosa sobre los bolsillos de los trabajadores, Macri buscará disciplinarlos a través del pacto social, mientras la clase obrera se debe preparar para resistir y enfrentar el ajuste.
Mónica Arancibia
Nacida en Bs. As. en 1984. Es economista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas. Coedita la sección de Economía de La Izquierda Diario.