La justicia dictó la liberación de uno de los imputados por el linchamiento que terminó con la vida de David Moreira en marzo del 2014 en el barrio Azcuenaga de la ciudad de Rosario. La semana podría ser liberado el segundo imputado que mantiene prisión domiciliaria. El juez a cargo, Daniel Acosta, fundamentó la medida con argumentos que rozan el cinismo.
Sábado 21 de febrero de 2015
David Moreira era un joven de barrio Azcuenaga. Fue linchado y asesinado cobardemente por un grupo de vecinos que lo acusaban de haber cometido un hurto. Luego de haberle dictado la prisión preventiva a dos de los imputados por el caso, la jueza Bernardelli le otorgó el beneficio de la prisión domiciliaria. Yendo aún más lejos, la Cámara Penal a través del juez Daniel Acosta otorgó la libertad a uno de ello y se espera que la semana próxima lo haga para el segundo de los imputados.
Como si fueran poco los privilegios que otorga esta Justicia tolerante contra los asesinos de David, un joven de los barrios rosarinos, el juez Daniel Acosta señaló hipócrita y cínicamente “todo exacerba la violencia del capitalismo y el hecho no es otra cosa que un subproducto del mismo”.
Al respecto La Izquierda Diario entrevistó a Norberto Olivares, abogado de la querella de la familia de David, quién señaló: “La primera parte del fallo tiene una serie de consideraciones que digo sinceramente es muy poco común escucharlo o leerla de boca de los jueces de este sistema. Es más creo que es la primera vez que hay un juez que yo escuchó en donde hace una contextualización del tema y lo mete dentro del tema de la violencia que ha provocado el capitalismo en la prevalencia de los bienes materiales, suntuosos o virtuales por encima de los valores de la vida, la solidaridad”.
Al mismo tiempo planteó: “Estamos ante un hecho aberrante donde la sociedad tiene que asumirlo, es un hecho vergonzante, real cotidiana de esta época, la verdad que como venía el razonamiento yo pensé que la resolución iba a ser distinta”.
También señaló que el proceder de la jueza Bernardelli (quien dicta la prisión domiciliaria) fue inconsistente, “Lo que pasa ahí está la cuestión técnica era previsible que para esto porque el fallo de la doctora Bernardelli en su momento cuando no prorroga, cuando no resuelve de fondo la cuestión de la prisión preventiva en la audiencia anterior y dicta la prisión domiciliaria era previsible que el fallo le diera la razón a los defensores. La contradicción era la siguiente: cómo va a haber una prisión domiciliaria sobre una prisión preventiva que no existe. O sea que no se prorrogó ni se estableció la misma. Eso lo tendrían que haber resuelto en noviembre”.
Olivares, en relación a la estrategia que asumirá la querella y también analizando esta disposición dijo: “La observación no los libera de las causas. Es un estado de libertad que puede cesar o puede caer en la medida que trabajemos en la conquista de nuevas pruebas, donde ya no haya indicios, sino que hay una certeza más o menos fuerte de que ellos tienen participación criminal”
