El Círculo Rojo. Lightyear y los besos prohibidos

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· Disney Pixar estrenó Lightyear (del universo Toy Story). La película no cambiará la historia de la animación, pero mucha gente se enteró de su existencia por una “controversia”: en una escena dos mujeres se besan. La película fue censurada en algunos países y en otros como Perú se colocaron carteles en los cines con la advertencia de “ideología de género”.

· La “ideología de género” es una etiqueta que suelen usar las derechas para referirse a cualquier cosa que cuestione valores conservadores, que critique el machismo o exprese de alguna forma, cualquiera sea, los derechos conquistados por los feminismos o el movimiento LGBT.

¿Qué hace una chica sola acá?

· No era necesario el estreno de Lightyear para saber que siguen existiendo los prejuicios y que las películas infantiles juegan un rol en la construcción de imágenes sobre los géneros y cómo se espera que nos comportemos.

· Hace un tiempo, la hoy exministra de las Mujeres de Brasil, Damares Alves, dijo que la película Frozen estaba lesbianizando a las niñas.

· Una de las cosas más buscadas en Google sobre Frozen es si Elsa es lesbiana porque en la película no hay príncipe. Cuando se estrenó Frozen II, Elsa ya era una de las princesas más populares de Disney (entre las películas que más recaudaron y su disfraz fue el más vendido durante varios años). Y no tenía que ver con su sexualidad o su identidad, sino con un momento en el que las mujeres son protagonistas de varias movilizaciones (Ni Una Menos, Me Too, Marea Verde).

· En el propio universo de Toy Story también hubo cambios en un sentido parecido. En Toy Story 4, la pastorcita, que en las películas anteriores llevaba pollera y enagua ahora usa pantalones y reclama su independencia, ella “no tiene amo, no le pertenece a ningún niño”.

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¿Ideología de género?

· ¿Disney se hizo feminista y tienen una agenda gay secreta como dicen muchos sectores conservadores? Nada parece confirmarlo. En todo caso, lo que hace Disney es intentar acompañar algunos cambios de este lado de la pantalla para mantenerse vigente. Pero, como pasa siempre, las cosas son más complicadas. Disney había borrado la escena durante la postproducción de Lightyear, pero por presión de la gente que trabajó en la película se mantuvo en el corte final.

· Esta no es la primera discusión. Disney estuvo dispuesta a aceptar de buenas a primeras un proyecto de ley del estado de Florida (donde está la empresa) llamado “No digas gay”. La ley prohíbe hablar sobre “orientación sexual o identidad de género” desde el jardín de infantes hasta tercer grado. Solamente retrocedió, otra vez, por presión de la gente que trabaja para Disney.

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· A la que le encanta hablar de "ideología de género" y lobby homosexual es a la derecha, a la nueva y la vieja (que se parecen bastante más allá de los discursos “modernizados”). Presentar los derechos de las personas LGBT como un ataque a la forma de vida de la mayoría es una de las banderas más utilizadas por estos sectores (algo parecido hacen con los derechos de las mujeres o las denuncias contra el machismo o la violencia patriarcal). Como si la vida de la mayoría de las familias fuera peor porque se eliminan prejuicios y discriminaciones, y no por las políticas neoliberales que aplican los gobiernos hace años.

· Es lo que hacen Javier Milei en Argentina, Bolsonaro en Brasil, Vox en España, la derecha republicana en Estados Unidos. Y la operación más peligrosa es mezclar el descontento con los intereses de la misma clase minoritaria que vive a costa de esos millones de personas que no tienen nada.

Otras ideas

· También hay otras ideas en juego cuando se habla de la película. Algunas personas se opusieron a la censura con el argumento de que una escena en una película de dibujos animados no vuelve gay a nadie. De hecho, las relaciones sexoafectivas entre personas del mismo sexo son viejas como la humanidad, existieron mucho antes de que Walt Disney dibujara al ratón Mickey por primera vez. Pero el periodista Hibai Arbide propuso otro enfoque: “Me molesta un poco que todo el mundo insista en que por ver un beso en una peli les niñes no se van a volver LGTBI. ¿Por qué no? ¿Qué tendría de malo?”. Introdujo otro aspecto al debate.

· Las sociedades en las que vivimos se esmeran por mostrar que son “tolerantes”, se eliminan discriminaciones legales, pero es bastante difícil imaginar la igualdad en un mundo tan desigual.

· Es bueno recordar cuando se acerca el aniversario de la revuelta de Stonewall de 1969, que incluso los derechos conquistados todavía están lejos de la libertad que encendió el movimiento de liberación sexual, no solo para las personas LGBT sino para todas las personas.

· Las películas, como otras producciones culturales, pueden proponernos otros mundos posibles, ideas que no imaginábamos. Que la sexualidad sea una de esas tantas ideas, y no un “problema” que puede provocarte una película, se parece más a esa libertad.