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Red Internacional
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Mundo Obrero. Limpiadoras de la sanidad movilizadas contra los despidos y la precariedad en Zaragoza

Las trabajadoras de Clece en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza se concentraron este 10 de junio en la entrada del centro. Exigen la readmisión de 4 compañeras que han sido despedidas estando de baja. Se suma a la denuncia de sobrecarga de trabajo que sufren desde que la última adjudicación a la baja en 2017.

Lunes 10 de junio de 2019

Las limpiadoras de sanidad del Hospital Miguel Servet de Zaragoza han convocado concentraciones todos los días, de lunes a viernes, desde hoy día 10 y hasta fin de este mes de junio de 9:30 a 11:00 y de 18:00 a 18.30.

Estas trabajadoras vienen sufriendo altos ritmos de trabajo desde 2017, cuando el consejero de Sanidad del Gobierno de Aragón contrató 41 jornadas menos de las habituales con Clece.

Las trabajadoras denunciaron que la calidad del servicio no se podía dar, las ignoraron y vieron aumentado su ya importante esfuerzo, lo que provoco que muchas de estas trabajadoras lo pagaran con su salud. En concreto de las 313 trabajadoras del Servet, 70 están de baja a día de hoy.

Esta situación se agrava cada día más al no cubrir Clece las bajas que se producen. En concreto, y según denuncia Olga Yebra delegada sindical de UGT, “en traumatología hay 16 trabajadoras de baja, de las cuales sólo se han cubierto tres. La misma situación se repite en el edificio general, donde sólo se han cubierto 4 de las 22 bajas actuales”.

La gota que ha colmado el vaso

Si ya la situación era angustiante, ahora lo es más para las 4 trabajadoras que han sido despedidas por estar de baja. Una táctica que Clece emplea para amedrentar a la plantilla para que no cojan la baja incluso pagando con su propia salud la precariedad que está imponiendo la multinacional.

Y es que Clece se mueve en terreno conocido, pues ya usó la táctica del miedo cuando despidió en febrero pasado en Madrid a 3 trabajadoras que denunciaban la falta de material en el Centro Alzheimer Fundación Reina Sofía.

Es por todo esto que las limpiadoras han dicho “basta” para denunciar la situación que viven y para hacer frente a las políticas sanitarias que ponen los beneficios de las empresas privadas por encima de la salud de trabajadoras y usuarios.

Tendinitis, contracturas, hernias…son varias las dolencias de las trabajadoras. Se ven exigidas al máximo al tiempo que señoritos de corbata especulan y acuerdan las contratas públicas a la baja para alegría de sus bolsillos.

Los distintos gobiernos autonómicos presumen cínicamente de sanidad de calidad y universal cuando ni es universal ni de calidad. En Aragón y el resto, los 17 gobiernos autonómicos, han ido privatizando cada vez más la sanidad y diversas contratas como Eulen, ISS, Clece y otras se adjudican contrataciones con las que se enriquecen con el negocio de los cuidados. Si una limpiadora se parte el espinazo, no es un hombre de corbata el que se arremanga. Que su compañera trabaje por dos.

Recuperar la movilización contra los recortes y la privatización

Tras la ilusión de recuperar lo público desde lo institucional, como se prometió desde las candidaturas “del cambio”, es hora de pensar otra alternativa. Por su parte, las cúpulas sindicales de CCOO y UGT han llamado a apoyar al PSOE, lo que equivale a apoyar los recortes y la privatización. Algo que tampoco ha sido criticado desde Unidas Podemos o Izquierda Unida.

Ante este problema político es más que necesario que la clase trabajadora pelee contra todas las políticas de recortes y privatizaciones. Para ello también hay que pelear por tomar la iniciativa por encima de la pasivización que cultivan las burocracias de CCOO y UGT, con Unai Sordo y Pepe Álvarez al mando.