Tuvo lugar ayer sábado. Definieron las medidas a tomar luego de la muerte de su compañero David Ramallo por la desidia de la patronal.
Domingo 11 de septiembre de 2016 11:53
Este sábado se realizó una asamblea de los trabajadores de la Línea 60 en la cabecera de Maschwitz, partido de Escobar, para definir qué medidas llevaran a cabo ante la muerte del compañero electricista David Ramallo, quien murió el viernes aplastado por una unidad al desprenderse un elevador, en la cabecera ubicada en el barrio de Barracas.
El mal estado de las instalaciones ya habían sido denunciadas por el cuerpo de delegados. "Tenemos que salir a la calle a pedir justicia por el compañero, no puede quedar impune. La negligencia de las patronales en complicidad con el Gobierno, porque la rentabilidad de los empresarios la seguimos pagando con nuestra salud y con nuestras vidas. Tenemos que salir a la calle y que garantizarla con la lucha, con la protesta, con la ayuda del pueblo. Si no nos cuidamos entre nosotros, va a pasar lo que paso en Iron Mountain, donde no hubo justicia o como en la masacre del ferrocarril de Once. No puede haber más trabajadores muertos, asesinados por la desidia, por la búsqueda de ganancia a costa de los trabajadores" decía uno de los delegados.
"Le paso a mi compañero la semana pasada, le temblequeo tanto el bondi que se le metía arriba de la parada. Lo soltó y se le salió para Panamericana. Si una sola persona se muere, la vida la paga el trabajador. No podemos trabajar así, le pese así a los encargados, porque les importa un carajo la vida nuestra y la de los pasajeros."
Esta situación responde también a falta de técnicos, ya que de 200 técnicos que contaba la cabecera, la patronal fue despidiendo y nunca renovó, entonces quedaron reducidos al 10% del personal para una dotación de unidades, lo que provoca que no den abasto. Las consecuencias, como siempre, las pagan con sus vidas los trabajadores.
"Entonces nosotros hacemos medidas de fuerza porque la empresa no le pone un peso a la línea, la línea la llevamos nosotros adelante. Y a los pasajeros los levantamos nosotros, porque a la empresa no le importa. Una medida de fuerza vamos a tener que hacer para evitar más muertes, para que se respete la vida de los trabajadores, la de sus familias y la de los pasajeros", palabras de un chófer.
"Esto es un asesinato. Porque esto ya estaba denunciado. No fue un accidente, se avisó que andaba mal la máquina. Yo nunca me di cuenta, no le prestaba atención a las condiciones de trabajo, pero vi muchos trabajadores trabajando en la intemperie. Nosotros pasando un frío terrible y no nos dejaban poner una estufa, ni una garrafa. Vi trabajando a compañeros bajo la lluvia, con condiciones deplorables. Si le decís a la empresa que no podes trabajar porque no están las condiciones de seguridad, te tratan de vagos y que no querés laburar, que incentivás la vagancia. Acá hay mucha bronca y dolor por más que el compañero no haya sido de esta cabecera. Es terrible ver como se la llevan toda junta y nosotros terminamos pagándolo con nuestras vidas".
En este sentido, y como parte de una serie de medidas, se votó hacer una ficha de las unidades con el objetivo de tener un seguimiento de las unidades en cuanto a su estado, manutención y/o reparación de los coches que en su gran mayoría no están en condiciones de salir. Además exigen la presencia de funcionarios del gobierno y una inspección para que vean si en estas condiciones se puede seguir trabajando. La empresa por el momento, no da señales ni se comunicó con los trabajadores. En la cabecera de Maschwitz no hay nadie.
Se votó también que un grupo de trabajadores se dirijan hacia la cabecera de Plaza Constitución para llevar solidaridad y también para discutir qué medidas realizar, ya que el lunes habrá una reunión entre el Ministerio de Trabajo, la patronal y el sindicato.
Por último, se recitó un texto escrito por la esposa de un trabajador. A continuación, reproducimos esas palabras:
"Los muertos invisibles:
David era un tipo de mediana edad cuarentón como yo, laburante apretado en estos tiempos. Seguramente con hijos que van al colegio, que crecen y necesitan ropa, los pantalones le quedan cortos y las zapatillas apretadas. Algún que otro regalito, total después nos ajustamos... Algún cine en familia, algún McDonald de vez en cuando, unos días en Mar del Plata si se puede, total después nos ajustamos...
Esta vida es dura, muy dura para los que elegimos el camino tan difícil, el del esfuerzo y el trabajo digno. Es muy dura para nosotros, la gente decente, para todos, para David también. Pero hay algo más duro y terrible que es la muerte cruel e inesperada como la que encontró David en un día común de trabajo. Un día común de los que se sale a ganarse el pan y vivir menos ajustados, tratando de meter tal vez quizás alguna horita de más. Una muerte absurda y que indigna, y que en dos minutos aplastó, literalmente, los sueños y la vida de una persona como vos, como yo, o como cualquiera de nosotros que trabajamos. Un invisible, una muerte que no tenía que ocurrir injusta, impía, marcada por la desidia, la precariedad y corrupción. David no va más a trabajar, no va más al cine, no va más al McDonald con su familia, no va más de vacaciones, ni al fulbito ni a los asados con los amigos, ni al fernet ni a ningún otro de los placeres del pobre. David se murió y no hay más vida para él. La 60 está parada otra vez. Los negros de mierda pararon la empresa. La paran por David -quien recita las palabras se emociona, corta y continua-, por injusto y doloroso cruel e indignante. La paran porque no quieren más muertos invisibles."
Aplausos en medio de una asamblea conmovida.