×
×
Red Internacional
lid bot

Crisis Sanitaria. Llueve sobre mojado: en el Valle de México de 6 a 67 casos de sarampión en 15 días

Con 67 casos confirmados el brote de sarampión focalizado en la zona Metropolitana del Valle de México aparece de manera silenciosa pero no por ello menos importante.

Martes 24 de marzo de 2020

Al momento de cerrar esta nota la Secretaría de Salud, a través de la Dirección de Epidemiología, informa que hay 67 casos confirmados de sarampión a nivel nacional, de esos casos confirmados, 62 se encuentran en la Ciudad de México y 5 están en el Estado de México.

En un momento en el que todas las miradas se concentran en la crisis sanitaria por la aparición del covid-19, el brote de sarampión aparece silenciosamente pero no por ello deja de ser preocupante.

Una revisión del avance que ha tenido la enfermedad descubre que hacia el 9 de marzo la cifra de enfermos era de solo seis, para el día 15 se tenía conocimiento de 16 casos. Una semana después, la secretaria de salud de la Ciudad de México confirmaba 47 casos pero tan solo 24 horas más tarde la información que actualiza el gobierno federal maneja una cifra de 67 enfermos por sarampión.

El sarampión es una enfermedad infecciosa que según datos de la Organización Mundial de la Salud cada año arrebata la vida a más de un millón de niños y adolescentes, lo que la convierte en la primera causa de muerte infantil prevenible por vacunación. Su transmisión se da principalmente al tener contacto con secreciones como la saliva de una persona infectada y llega a ser mortal si no se detecta y trata a tiempo.

En México la última epidemia de sarampión ocurrió durante los años 1989-1990 con poco más de 89 mil casos, siendo 1995 el año en que se conoció el último caso de ese brote. Hacia el año 2000 se tuvo noticia de 30 casos más pero en aquella ocasión se trató de casos importados. Los años 2003-2004 fue cuando se tiene reporte del último brote confirmado y es 16 años después que con 67 contagios ya superamos las cifras de aquella última ocasión.

El crecimiento exponencial de este brote de sarampión preocupa, entre otras cosas, por el momento en que se da. Con un sistema de salud más que deteriorado y con posibilidades de colapsar frente al incierto futuro del covid-19 que, en caso de ser necesario, limitaría al mínimo posible la infraestructura médica disponible para atender una escalada en los casos de sarampión, poniendo en riesgo la vida de cientos o miles de niños y adolescentes.

Resalta que la mayor parte de los casos confirmados se dan en pacientes que no fueron vacunados o con una vacunación incompleta. Y aunque en México no existe un fuerte movimiento anti vacunas como en algunos otros países, particularmente de habla inglesa, la falta de un cuadro completo de vacunación en estos pacientes, refleja en algún grado el aún deficiente alcance y aceptación de nuestros esquemas de vacunación. Un reto que creíamos superado hace tiempo.

En los informes que el sector salud ha dado salta a la vista que uno de los focos rojos se encendió al detectarse 16 casos al interior del Reclusorio Norte, de esos, únicamente nueve son adultos. La respuesta de las autoridades sanitarias fue vacunar a todo el personal del penal y a los internos. Pero sin duda, este ejemplo hace recordar las condiciones de hacinamiento e insalubridad que se viven dentro de las cárceles de nuestro país.

Desde la Secretaría de salud local se asegura que con las medidas tomadas hasta ahora: una campaña de vacunación masiva y la implementación de “cercos epidemiológicos” es suficiente para controlar el brote. Sin embargo, es difícil dejar de pensar en las condiciones particulares por las que atraviesa todo el sistema de salud y en particular el de la Ciudad de México.

Para hacer frente tanto a la pandemia por el covid-19 como a un posible incremento en los casos de sarampión es urgente que se implemente un plan integral de salud, que esté en función de las necesidades del pueblo pobre y trabajador, lo que sólo es posible luchando contra los intereses de los grandes empresarios y las trasnacionales para orientar todos los recursos médicos, tecnológicos y humanos para atender la crisis sanitaria.

Para salvar la vida de miles de personas urge amplificar la infraestructura médica, unificar todo el sistema de salud, tanto público como privado, para que la pobreza no sea nunca más el pasaporte a la muerte.

Y porque nuestra vida vale más que sus ganancias, las y los trabajadores necesitan construir en cada centro de trabajo genuinas comisiones de salud que aseguren condiciones sanitarias óptimas para las y los trabajadores, un esfuerzo que debe incluir a los trabajadores de la salud, médicos, enfermeras, administrativos y estudiantes de medicina, que son los que conocen mejor que nadie las verdaderas necesidades que hay en cada clínica y hospital de este país. Sin ellos poco avanzaremos.

Discutamos de manera amplia la mejor manera de maximizar la capacidad de nuestro sistema de salud, utilicemos cada espacio para discutir como materializar un plan integral de salud, que en nuestra opinión, pasa por fondearnos primero con el impago de deuda externa y después avanzando contra todos aquellos empresarios que sin ningún interés por la vida de los sectores populares se aprovechan de la crisis para incrementar sus fortunas ya sea a través de la especulación o el ataque a los derechos laborales.