En el marco de la campaña Valemos Más Que Esto, entrevistamos a Lamine Bathily, portavoz del Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes de Barcelona, un sector en el que la precariedad se muestra con mayor crudeza.

Arsen Sabaté Barcelona | @ArsenSabate
Martes 21 de febrero de 2017
Las dificultades de vivir en Senegal, de vivir en el continente africano, empujaron a Lamine Bathily a cruzar el Estrecho y arriesgar su vida. Tras los tres primeros meses en Jaén trabajando en la temporada de aceituna, Lamine lleva ahora más de diez años viviendo en Barcelona y es uno de los muchos senegaleses que se pasan el día en la calle tras la precariedad de la manta. Es vendedor ambulante y uno de los portavoces del Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes.
La venta ambulante es un sector en el que, como define el propio Lamine, “mañana puedes perder lo que has ganado hoy”. A eso se le suma que los ya de por si pírricos planes ocupacionales del Ayuntamiento de Barcelona en Comú no sirven de nada ante el mantenimiento de los antecedentes penales y la situación ilegal en la que están la mayoría.
Por si fuera poco, la permanente campaña de persecución, represión e intimidación por parte de la Guàrdia Urbana de BeC es lo que sufren a diario. Redadas, denuncias, juicios, prisión y palizas son las consecuencias.
En el marco de la campaña #VALEMOSMASQUEESTO hablamos con Lamine para que pueda denunciar la situación de precariedad que sufre el sector de la venta ambulante.
¿Cómo son vuestras condiciones laborales y cuales crees que definen más la precariedad de vuestra situación?
Nosotros lo que hacemos es comprar y revender. Es decir, lo que tú ganas es lo que has vendido al día. Si vendes uno, has ganado uno. Si vendes dos, has ganado dos. Es así. Lo que hacemos cada día es ir a comprar para vender lo máximo posible y poder ganar un poquito.
La precariedad en nuestro caso es muy palpable. Si te detiene la policía no solo perdemos el material, si tienes mala suerte te citan judicialmente. Si te citan, te multan, porque allí tu palabra no vale nada. Seguramente vas a salir sancionado porque la versión “buena” es la de la policía. Ellos valen más que tu persona. Solo por intentar trabajar podemos perder dos veces; el material y una sanción económica.
Trabajando de vendedor ambulante puedes ganar como máximo en un día 50 “pavos”, pero mañana puedes perder todo lo que has ganado. Esa es la precariedad, ganas hoy y lo pierdes mañana. En verano podemos pagar el alquiler y mandar dinero a nuestras familias, pero ahora mismo no podemos. Ni siquiera en Navidad podemos ganar para alquiler y mandar dinero, porque en esas fechas es cuando más vigilancia hay. Nos persiguen más en Navidad que en verano.
La venta ambulante no es legal. Nosotros lo que reivindicamos es que entiendan que la venta ambulante es lo único que hemos encontrado aquí. Queremos un espacio donde poder vender legalmente, sin falsificaciones y pagar impuestos. Que no digan que no queremos trabajar, no. Es que no hay otra cosa para nosotros. La respuesta del Ayuntamiento de Barcelona en Comú a esta demanda se está eternizando. Nosotros exigimos al Ayuntamiento que se enfrente al lobby empresarial y nos deje tener un espacio en la Barceloneta, pero es muy complicado. Pero nosotros seguimos en la calle, seguimos luchando para conseguir esto. Presionamos al Ayuntamiento con manifestaciones y con el “Mercadillo Rebelde”. Al Ayuntamiento de BeC le molesta que hagamos mercadillos, siempre que hacemos uno el Ayuntamiento nos llama para la mesa de negociación, luego no hay nada que negociar. Siempre igual, la venta ambulante no se puede legalizar y tal.
¿Consideras que en tu puesto de trabajo se expresa más la precariedad por ser inmigrante?
Claro, claro. No es solo que seas negro, es que eres ilegal. Imagínate, si fuera legal, no habría puestos de trabajo para nosotros. Molesta el color de piel. Lo peor, lo más precario es no tener papeles. Si vienes sin papeles ya no puedes hacer nada.
¿En qué situación están los planes de ocupación que sacó el Ayuntamiento Barcelona en Comú para vuestro colectivo?
Hace un mes que dicen que los planes están en marcha. Lo que pasa es que hacen planes de ocupación para cincuenta “manteros”, pero sabes que cuarenta y cinco de ellos tienen antecedentes penales. Entonces esto no funcionará. En uno de los planes de ocupación, de diez integrantes solo tres han conseguido los papeles. Los otros siete tienen antecedentes penales, antecedentes policiales. Para estos siete no sirve de nada. Mientras no cancelen los antecedentes, mientras no cambien las leyes de extranjería, estos planes no van a funcionar para nada.
¿Cuántos planes hay en marcha?
Hay tres. Está el plan de cooperativa del Ayuntamiento para quince personas. Hay otro plan de mantenimiento de la calle y escuelas públicas para diez personas. De momento nadie ha conseguido legalizar su situación. Y luego está el plan de pescadería, que es el que estaba explicando antes, en el que tan solo tres compañeros han conseguido los papeles. Los han conseguido porque son recién llegados. Los demás tenemos antecedentes penales, yo soy uno de los otros siete. Yo tengo antecedentes.
La venta ambulante es delito: antes era falta, pero ahora es delito. Si te pillan dos veces estás jodido. A mí me han pillado montones de veces, he tenido montones de juicios.
¿En qué punto está la situación de persecución policial hacia vuestro colectivo?
En este momento no hay mucha persecución. Estamos en invierno, hace frío y viento y muchos compañeros no están. Hay pocos manteros en la calle. La situación está un poco calmada, pero cuando se acerque Semana Santa y el verano volverá la persecución, la discriminación y la acusación.
Además, no es solo que te persigan, es que te provocan. Provocan a los portavoces del Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes. A los portavoces se les persigue incluso más. Hace dos días, cuando íbamos a hacer esta entrevista en el Raval, la Guàrdia Urbana me dijo claramente “sabemos quién eres. Eres uno de los portavoces del Sindicato. ¿Qué haces? ¿Hoy no vendes?”. A Pape Diop, uno de nuestros portavoces, le dieron una paliza. A Lamine Sarr lo fueron a buscar a su casa y estuvo una semana preso en la cárcel Modelo. A Aziz Faye lo detuvieron cuando iba a visitar a Issa Seye en el CIE.
¿Porque Issa Seye acabó en el CIE de Zona Franca?
Issa Seye ya no está en Barcelona. Lo acusaban de ser el “jefe de los manteros”. Eso es falso, Issa ayudaba a los manteros. Si había algún problema él se enfrentaba. Antes, cuando la Guàrdia Urbana detenía a un compañero los demás teníamos miedo. Issa Seye siempre estaba allí para ayudar. Por eso lo metieron en el CIE. Eso es lo que aprendimos de Issa y ahora con la formación de nuestro sindicato si tocan a uno, nos tocan a todos. Eso es lo que reivindicaba Issa.
¿Qué papel tienen las organizaciones sindicales mayoritarias en vuestro trabajo? ¿Han apoyado vuestra lucha?
Tenemos el apoyo de colectivos sociales, pero ningún sindicato ha estado a nuestro lado, ni CCOO ni UGT. Tampoco CGT. Apoyos sociales si, sindicales no hemos tenido.
¿Cómo crees que los trabajadores más precarios podemos enfrentar esta situación?
Antes había algunas asociaciones de senegales que hablaban por nosotros, pero nunca hicieron nada en la calle. Nosotros en un año con el Sindicato hemos logrado mucho más que esta asociación en diez. Nunca reivindicaron para los manteros. Nosotros lo que hacemos es organizarnos y movilizarnos. Ahora, nosotros mismos podemos hablar, podemos negociar y podemos luchar. Para luchar hay que organizarse, salir a la calle y movilizarse.
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Esta entrevista ha sido publicada tan solo tres días después de la celebración de una de las mayores manifestaciones en Europa en favor de los derechos de las personas migrantes y por la acogida de refugiados. Sin embargo, para que el colectivo de “manteros”, uno de los sectores más representativos, pudiera participar y encabezar la manifestación, los portavoces del Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes tuvieron que pelear la posición durante la misma, ante organizadores e instituciones como el propio Ayuntamiento de Barcelona en Comú.
Además, la jornada no estuvo exenta de la persecución que sufre este colectivo tanto antes como después de la propia manifestación, como lo comunicaron los portavoces del Sindicato Popular a Izquierda Diario.