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Red Internacional
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PODEMOS 20D. Lo peorcito de los últimos fichajes estrella de Podemos para las generales

Un general defensor de la OTAN, una jueza que persiguió sindicalistas, un españolista que revistió en las filas de Adolfo Suárez, un guardia civil defensor de las pelotas de goma… ¿Éste era el contenido del “significante vacío” de Podemos? ¡Ay!

Diego Lotito

Diego Lotito @diegolotito

Miércoles 18 de noviembre de 2015

El general (R) José Julio Rodríguez, ex Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) entre 2008 y 2011 con el Gobierno de Zapatero. Segundo por Zaragoza.

Mucho se ha escrito en los últimos días del fichaje del general Julio Rodríguez como número 2 de la lista de Podemos por Zaragoza, aunque en la prensa del régimen poco se ha ahondado en la hoja de servicios del general. A lo sumo ha destacado que Rodríguez es un defensor de la permanencia del Estado español en la OTAN.

Pero el ex JEMAD durante el gobierno de Zapatero, que hoy desde la formación morada presentan como un demócrata consecuente, tiene en su currículo nada menos que la “experiencia” de haber dirigido las operaciones militares (bombardeos y ocupación terrestre) de las fuerzas armadas españolas en Libia y Afganistán.

Rodríguez no sólo es un defensor de la alianza atlántica imperialista liderada por Estados Unidos. Considera que “ninguna otra organización con competencias en materia de seguridad y defensa” como la OTAN “ha sido capaz de desarrollar capacidades comparables en la dirección de operaciones militares multinacionales”.

Consultado en un Seminario a propósito del 60 aniversario de la Alianza Atlántica hace pocos años, el general-candidato de Podemos recordó que la entrada del Estado español en esta organización fue “fundamental” desde el punto de vista de las Fuerzas Armadas: las “salidas al exterior” –es decir, las operaciones de ocupación militar de otros territorios- de las fuerzas armadas españolas, que han hecho que “el prestigio de España haya sido reforzado como nación”.

Lo peor de todo, es que incluso la militancia de Anticapitalistas, movimiento integrado en Podemos y que se reivindica de la tradición anticapitalista y revolucionaria, ha defendido el fichaje y aceptado mansamente la política de Iglesias de respetar “hasta la última coma” de los acuerdos del Estado español con la OTAN.

Su principal figura, la diputada gaditana Teresa Rodríguez, afirmó recientemente que el fichaje del general es una muestra de la “pluralidad que cabe dentro de Podemos” (sic). De lo que si son una muestra las declaraciones de la dirigente de Anticapitalistas es de los penosos derroteros a los que lleva la estrategia de disolución política dentro de formaciones neo-reformistas como Podemos.

Carlos Sánchez-Reyes, expresidente de las Cortes de Castilla y León, españolista confeso y antiguo hombre de Adolfo Suárez y el CDS. Primero por Palencia.

De Adolfo Suárez a peón de Pablo Iglesias, desde el CDS hasta Podemos, el veterano historiador y economista, actual miembro del Consejo Económico y Social (CES) de España, se reenganchó a la política a los 76 años, para encabezar la lista de diputados de Podemos por Palencia.

Españolista sin tapujos, entre 1987 y 1991 fue presidente de las Cortes regionales de Castilla y León durante el mandato en que José María Aznar (PP) dirigió la comunidad autónoma (1987-1989), y cuya investidura facilitó el voto del grupo parlamentario del CDS que encabezaba Sánchez-Reyes.

Descubrió a Podemos en las últimas elecciones europeas, en la primavera de 2014 y pronto sintonizó con su mensaje de la “nueva política” al servicio de la gente, “ni de derechas ni de izquierdas”. “Me preguntan por qué he pasado del CDS a Podemos. Respondo que por las mismas razones por las que me afilié al CDS; porque esta país necesita cambios”, dijo a la Cadena Ser,
Un hombre que se muestra orgulloso de tener amigos “a derecha y a izquierda” algo que, hay que reconocerle, dentro de Podemos se está haciendo cada vez más fácil.

La jueza Victoria Rosell, portavoz de Jueces por la Democracia, y de paso represora de sindicalistas, que procesó a cinco sindicalistas… Será cabeza de lista en Las Palmas.

“Imprescindible en nuestro compromiso por la reforma de la justicia y en la lucha contra la corrupción”. Con esas palabras defendía Pablo Iglesias a mediados de octubre la incorporación de la jueza Victoria Rosell para encabezar la lista de Podemos por las Palmas.

Rosell es titular del Juzgado de Instrucción Nº 8 de las Palmas de G.C y portavoz de Jueces para la Democracia. Muy próxima a los postulados ideológicos del PSOE, en los ámbitos socialdemócratas de Gran Canaria es categorizada como “progresista”.

Su presunto "progresismo", sin embargo, no impidió que la magistrada imputara a cinco sindicalistas de Intersindical Canaria a comienzos de 2013, por desplegar una pancarta en la sede de la Confederación Canaria de Empresarios para protestar contra la reforma laboral el 8 de marzo de 2012, en la conmemoración del Día Internacional de la Mujer.

La jueza “progre” acusó a los sindicalistas del presunto delito de “allanamiento de morada” y de una “falta de lesiones”. Posteriormente, el fiscal encargado del caso, Miguel Pallarés Rodríguez, dictaminó el “sobreseimiento provisional” de las actuaciones contra quien se hizo eco de la protesta y la apertura de juicio oral contra las sindicalistas, para las que solicita un año de prisión, inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena y abono de las costas del juicio.

El fichaje de la jueza represora, que según denuncias de sectores críticos de Podemos en Las Palmas fue un nuevo “dedazo” de Pablo Iglesias, deja poco que esperar de la política de “reforma de la justicia” de la que hace gala la formación morada.

El guardia civil Juan Antonio Delgado, ex portavoz de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) y defensor del uso de las pelotas de goma. Será el número dos por Cádiz.

No es ninguna novedad el orgullo que Pablo Iglesias ha mostrado por militares, policías y guardias civiles en más de una ocasión. Lo novedoso fue que esta posición llegara al extremo de incorporar generales y guardias civiles en sus filas. Este último caso es el de Juan Antonio Delgado, y exportavoz de la asociación unificada de la Guardia Civil.

El integrante de la Benemérita paso a la fama no sólo por su afiliación a Podemos –que hizo ruido entre sus propios camaradas de armas, que insólitamente ven en Podemos el cuco de ETA y el comunismo-, sino porque no hace mucho, en el marco de la masacre de 15 inmigrantes que intentaban llegar a España por mar y fueron reprimidos con pelotas de goma por la guardia civil en la playa del Tarajal -un caso brutal de represión de los tantos que sufren los inmigrantes que cruzan la valla en Ceuta y Melilla-, sostuvo que “prohibir las pelotas de goma es como quitar al médico el bisturí”.

Desde su cargo de portavoz de la asociación unificada de la Guardia Civil, Delgado se pronunció en diferentes ocasiones a favor de la utilización de las pelotas de goma, un material antidisturbios que ha ocasionado lesiones innumerables en manifestaciones y otros eventos, como es el caso de Ester Quintana y Consuelo Baudín, e incluso la muerte como el caso de Iñigo Cabacas.

A nadie puede extrañar que un miembro de una de las más importante fuerzas represivas del Estado español defienda justamente… la represión. Lo increíble es que ese sujeto sea candidato de Podemos, el partido que se presenta como defensor de la “democracia y los derechos humanos”.

Y dos que dijeron que sí, pero después que no: el catedrático Javier Pérez-Royo, defensor de la reforma constitucional del artículo 135 pactada por el PP y PSOE, y el abogado José Manuel Gómez Benítez, autor de la prisión permanente revisable, ambos con estrechos vínculos con el PSOE.

A Pérez Royo, un constitucionalista ligado estrechamente a las filas del PSOE andaluz, Podemos lo fichó la semana pasada, un hecho que dejó perplejos a sus amigos socialistas. Hasta ayer iba a ser el número 3 por Sevilla. Pablo Iglesias lo presentó como “es una de las personas con más prestigio en derecho constitucional” y una clave para “abrir los candados del ‘78” (una reforma constitucional), defendió en 2011 la odiada reforma exprés del artículo 135 pactada por PP y PSOE, contra la que tanto ha fustigado Podemos desde su surgimiento.

Pero el salto del catedrático a las filas podemistas duró poco y ayer se excusó de participar aduciendo “motivos personales”. Aunque parece que los motivos fueron mucho menos prosaicos y que la pronta retirada de escena del catedrático fue el último acto de una seguidilla de encontronazos con Sergio Pascual, cacique podemista de la región, que no quiso cederle el puesto número 1 de la lista por Sevilla. Su puesto lo ocupará, al parecer, el ex coordinador andaluz de Izquierda Unida, Luis Carlos Rejón.

En el caso de Gómez Benítez, éste se incorporó en las listas concurriendo en las primarias el partido el pasado mes de julio. Su trayectoria no tiene nada que envidiarle a la de Pérez Royo, aunque puede que la supere. Exvocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), abogado del expresidente Felipe González -y también de Ferraz en la denuncia del “tamayazo”-, el penalista es considerado por sus allegados como una personalidad abrupta e incluso con tics autoritarios. Mediador del Ejecutivo socialista de Zapatero –y leal de Alfredo Pérez Rubalcaba, entonces ministro del Interior- en las conversaciones con ETA, y por si faltaba algo, autor de la enmienda favorable a la “prisión permanente revisable” del nuevo Código Penal en el pleno extraordinario que tuvo lugar el 16 de enero de 2013.

Sólo una parte de la oscura trayectoria del “abogado del PSOE”, que obviamente no aparece en el currículum que distribuyó Podemos tras su fichaje. Aunque ahora nadie tendrá que rendir cuentas por él, puesto que también se excusó de ser candidato “por motivos personales”.

* * *

Estos son algunos de los últimos fichajes estrella que acompañaran, en la mayoría de los casos como cabezas de lista o en segundo puesto, al “núcleo duro” de Iglesias para las elecciones generales del 20D. Sus dirigentes más conocidos (Carolina Bescansa, Íñigo Errejón, Irene Montero, Rafa Mayoral, Sergio Pascual o Luis Alegre), ocuparán puestos privilegiados en las papeletas.

La “hoja de servicios” de los últimos fichajes (un general defensor de la OTAN, una jueza que persiguió sindicalistas, un españolista que revistió en las filas de Adolfo Suárez, un guardia civil defensor de las pelotas de goma, incluidos los fallidos abogados y amigos del PSOE), son una nueva (ya van) demostración de la consolidación de Podemos como un movimiento regeneracionista burgués del régimen político español.

Pero a pesar de todos los esfuerzos de Pablo Iglesias y la cúpula de Podemos por aparecer como un partido respetuoso de las instituciones del Régimen del ’78 y las reglas de juego del capitalismo español, la deriva sigue sin “pagar” electoralmente, dejando paso a una penosa asimilación sin gloria alguna.

Como decíamos en otro artículo hace poco, “a un año de la asamblea de Vista Alegre, lo que ha entrado en crisis no es sólo la estrategia electoral de la dirección de Podemos, sino el proyecto mismo: la ‘hipótesis populista’ sin anclaje social, o peor aún, negando la necesidad de una estructuración orgánica en la clase trabajadora y de la propia lucha de clases como motor de cualquier trasformación social profunda; la sobrevaloración del discurso (y la televisión) como generador de ‘relaciones de fuerzas’; la indefinición política como método y la revalorización del viejo credo socialdemócrata como programa; la centralización burocrática de un partido de simpatizantes, organizado para la video-política y no para la militancia; la integración pasiva en las instituciones de la democracia liberal acatando su legalidad y sus reglas de juego. En esto ha resultado el “vacío” del significante Podemos. ¡Ay!


Diego Lotito

Nació en la provincia del Neuquén, Argentina, en 1978. Es periodista y editor de la sección política en Izquierda Diario. Coautor de Cien años de historia obrera en Argentina (1870-1969). Actualmente reside en Madrid y milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.

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