La sudestada y las fuertes lluvias volvieron a mostrar al San Fernando de los problemas estructurales que sufre el pueblo trabajador, y a dejar al desnudo la responsabilidad y el cinismo de los políticos patronales que gobiernan para los negocios millonarios de las empresas, las guarderías náuticas y afines.
Lorena Rebella Docente - Redacción Ecología y Ambiente
Jueves 6 de noviembre de 2014
Luego de la tormenta –que afectó según los datos oficiales a 19 distritos del GBA dejando más de 5.200 evacuados y tres muertos– la hipocresía de ellos subía sus apuestas. No terminaba de informarse la muerte del joven trabajador, Daniel Quintana de 22 años, que en el Barrio San Jorge perdía la vida en el marco de la inundaciónpero a causa de la negligencia de funcionarios del gobierno y las consecuencias de sus negociados con las guarderías náuticas, que la única preocupación de los funcionarios, intendentes y el gobernador era desligar responsabilidades y aprovechar los acontecimientos para sus internas, las que hay en curso dentro del Frente Renovador y también en el Frente Para La Victoria.
De un lado el intendente Andreotti del FR declaraba estos días en los medios locales que Scioli es el responsable: “La provincia no está cumpliendo con su obligación” en referencia al mantenimiento de las obras hidráulicas de la estación de bombeo N°8 ubicada en las inmediaciones de la empresa Fate, de mantenimiento y finalización de obra de cuencas y trabajos de limpieza en zanjones y de terminación de la Cuenca del Arroyo Cordero. O llegaba a minimizar cínicamente la situación por la que están atravesando cientos de familias sanfernandinas: “A pesar de la tragedia la situación en San Fernando se está normalizando. Hemos pasado la noche bastante bien. No hemos tenido evacuados, enpocas casas ha entrado el agua”. "No es necesaria la ayuda de los vecinos", informaba la Comuna.
A otros la inundación les sirvió para hacer la clásica demagogia, como Alex Campbell del Pro San Fernando que recorriendo los barrios buscaba fotografiarse para su campaña, o se llamaban a silencio como el ex massista y que fuera secretario de Obras e Infraestructura Pública, Gastón D´Aquino, durante la gran inundación de abril de 2013. Este político que desde hace unos meses se pasó al bando de Scioli, y se perfila como un posible candidato del FPV, en aquellos momentos pedía a los vecinos “mayor precaución en lugares como cuenca natural del Cordero donde se arrastra mucha mugre en todo su recorrido y la misma se deposita en los conductos y la zona se anega por ser muy baja”. En resumidas cuentas, el problema había sido “la mugre” de los vecinos.
Lo cierto es que ni fue la mugre de los vecinos, ni tan mínimas las consecuencias de un fenómeno climático que sin inversión se transforma en un crimen social. Barrios como San Jorge, Villa Jardín, Santa Catalina y la zona 1 de San Fernando, no sólo vivieron la inundación, algunos con pérdidas materiales de muebles e inmuebles, hogares que al día de hoy todavía están sin electricidad, escuelas de las que emergen sus problemas de infraestructura, sino también la precaria atención médica y social prestada por el municipio y la provincia. Una situación que se volvía más crítica en las islas que en el continente. No funcionaron las escuelas estos días y la situación de aislamiento que cuentan los docentes que trabajan en ellas, está muy lejos de las palabras del Intendente. la negligencia de funcionarios que no procedieron a cortar la energía en la zona al momento de la subida del agua, la falta de atención primaria negándose al traslado del joven y por último el avance del negocio de las guarderías náuticas sobre los terrenos. En este caso puntual, la empresa
Complejo Naútico Sarthou, que posee la guardería naútica más poderosa de la zona quitó una compuerta que los vecinos habían construido y éste fue el detonante de que la crecida avanzara sobre el barrio.
Negocios para pocos, inundaciones para muchos
Andreotti que se jacta en su enfrentamiento al gobernador Scioli en que “Esta gestión no autorizó ninguno de los barrios cerrados de San Fernando” no dice que el auge del negocio inmobiliario de las guarderías es uno de sus pilares de gestión; el mismo tiene una fuerte relación con la erosión de las tierras. Por un lado, el gobierno administra el impuesto a las embarcaciones y bajo un convenio que rige desde el 2005 se queda con el 50% de la recaudación de embarcaciones registradas. Pero un operativo de fiscalización detectó que el 80% de las embarcaciones de Tigre, San Fernando y San Isidro no figuran en los registros de la Agencia y que 14.000 yates no declarados están amarrados en la localidad de San Fernando. Todo un negocio redondo no declarado, sumado al que funciona alrededor del Consorcio Parque Náutico San Fernando Sociedad Anónima. Esta asociación comercial público-privada, pionera en la provincia funciona desde 2003, es una empresa mixta cuyo capital se encuentra constituido en un 51 por ciento por la Municipalidad de San Fernando y en un 49 por ciento por la Cámara Argentina de Constructores de Embarcaciones Livianas (CACEL). Una organización empresarial constituida por astilleros y proveedores de servicios de la actividad náutica, que constituye una de las actividades económicas más tradicionales y de mayor impacto en la generación de trabajo local, precario en la mayoría de los casos. Esta sociedad tendrá una duración de 20 años de negocios a costa de la calidad de vida de los trabajadores que viven en los barrios ribereños. No lo podemos permitir.