¿De cuánto es el aumento?, ¿desde cuándo y a quiénes beneficia? Acá te decimos lo que hay que hacer para extender el aumento salarial a todos los trabajadores.
Viernes 2 de diciembre de 2022

Durante la conferencia matutina en Palacio Nacional se anunció para 2023 el incremento al salario mínimo será del 20 por cierto, alcanzando a poco más 6 millones de trabajadores; menos de un tercio de los registrados en el Seguro Social.
El anuncio realizado durante la mañanera por María Luisa Alcalde, Secretaria del Trabajo y Previsión Social resaltó que con el acuerdo alcanzado en la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CONASAMI) el salario mínimo general pasará de 260 a 312 pesos diarios en la Zona Libre de la Frontera Norte (ZLFN) y de 172 pesos a 207 pesos para el resto del país.
Semanas atrás, la COPARMEX acusaba que un incremento salarial superior al 15% sería incosteable para el sector patronal mientras que la Dirección Técnica de la CONSSAMI emitió un comunicado señalando que los incrementos salariales durante este sexenio han tenido costos mínimos para las empresas.
Según el Boletín No. 09/2022 de la comisión, con el aumento de 22% en 2022 el costo de la masa salarial adicional pagada por los empresarios incrementó apenas 1.8% en la ZLFN y 1.2% para el resto del país. El costo en los años previos fue de 3.8 y 0.12 en 2019 con incrementos de 100 y 16.2 por ciento; 0.01 y 0.39 en 2020 con incrementos de 5 y 20 por ciento y 0.7 y 0.4 en 2021 con incrementos del 15 por ciento en ambas zonas económicas.
Recordemos que en las últimas tres décadas la tesis neoliberal sostenía la necesidad de mantener a raya los salarios para el control inflacionario pero sobre todo buscaba abaratar los costos de producción y aumentar así la ganancia empresarial. De esta manera México cimentó el antiguo TLCAN ofreciendo mano de obra barata como "incentivo para la inversión".
Incremento, pero no para todos
Contrario a lo dicho durante los últimos 30 años por los defensores de la política de contención salarial, no se encontró una afectación significativa a las ganancias del empresariado ni desató una crisis inflacionaria que, si bien este año supera el 8%, no tiene relación directa con el incremento al salario mínimo.
Dicho sea de paso los aumentos al salario de este sexenio siguen siendo insuficientes frente a la caída del poder adquisitivo en el mismo periodo, entre otras cosas, porque el alza salarial anunciada alcanza solo a seis millones de trabajadores (menos de un tercio de los empleos formales) sin olvidar que en México el 60 % de las y los trabajadores se encuentran en la economía informal.
Además, durante las últimas décadas el retroceso de los Contratos Colectivos de Trabajo y la consolidación de contratos individuales que se acompañan de la pérdida de derechos y prestaciones junto a la subordinación de las direcciones sindicales a los distintos gobiernos y a las propias patronales dejaron en peores condiciones a la clase obrera de cara a la negociación salarial.
Así pues, el incremento anunciado en Palacio Nacional solo aplicará para aquellos cuya relación contractual esté indexada en términos del salario mínimo. Por otro lado, frente a la negociación salarial 2023 la mayor parte de direcciones sindicales han aceptado incrementos incluso por debajo de la inflación, es el caso del STUNAM que acordó 4% de incremento directo al salario y 2% en prestaciones, todo tras un proceso donde sectores de base cuestionaban la necesidad de votar por el sí a la huelga y pelear por un incremento del 20% al salario mientras cuestionaban los salarios de los altos funcionarios.
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Un estudio detallado del poder adquisitivo arroja que incluso con los incrementos del sexenio apenas superan la línea de pobreza por ingreso definida por el CONEVAL y el 70% de los trabajadores no logran adquirir lo necesario para una vida digna. Además qué la Canasta Alimentaria que consideran las cifras oficiales deja fuera una serie de gastos necesarios como transporte y servicios básicos, cómo agua y energía eléctrica, extrapolando estos gastos, una familia de 4 integrantes necesita un piso mínimo de 19,374 pesos mensuales, lo que implica más de 3 veces el monto del salario mínimo anunciado para 2023.
Merecemos salarios dignos
Es importante señalar que la inflación tiene consecuencias más allá del alza de precios. El aumento en el costo de la canasta alimentaria y demás productos y servicios implica que los trabajadores deben trabajar más horas para adquirir la misma cantidad de productos básicos y el avance de la precarización implica que esto lo hacen en peores condiciones laborales.
Frente a este escenario urge que el incremento salarial sea realidad para el conjunto de los trabajadores y que su negociación ponga por delante los intereses de las y los trabajadores y no las ganancias de los empresarios, si el poder adquisitivo se pulveriza con la inflación se requiere que los salarios incrementen mes tras mes según avance la inflación así como el control de los precios para que los empresarios no especulen con el costo de los alimentos y productos básicos.
Para ello necesitamos la unidad de los trabajadores sindicalizados y precarizados, arrebatar a las burocracias sindicales el control corporativo de sus afiliados y que rompan el pacto y subordinación que mantienen con los empresarios. E imponerlr a los gobiernos que no se atreven, para no contrariar a los patrones, a imponer un alza de salarios generalizada por más que sea urgente frente a la inflación.
Así como en el pasado se conquistó la jornada salarial de 8 horas cuando las telecomunicaciones estaban en la prehistoria, hoy en día, con smartphones e internet, con el avance de la robótica, la Inteligencia Artificial y lo que eso implica para la optimización de los ritmos laborales, es posible reducir la jornada laboral sin que eso implique la reducción salarial.
Tal como se comienza a discutir en otras partes del mundo, creemos que es perfectamente posible una jornada 30 horas semanales, seis horas 5 días a la semana pues no solo urge elevar los salarios sino también la calidad de vida de las y los trabajadores.