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Red Internacional
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Conferencia matutina. López Obrador presume reducción de la pobreza en su gobierno

Según el presidente, todos los sectores de la población tuvieron aumentos durante la pandemia, pero más “los pobres” fueron los más beneficiados. Se basa en el ingreso promedio trimestral por sectores de hogares en 2022.

Jueves 27 de julio de 2023

“Nuestra política atiende a todos, pero primero a los más pobres” declaró el presidente. De acuerdo con el estudio presentado por el Inegi el ingreso laboral para 10 % de los hogares más pobres en promedio aumentó 29 % de 2018 a 2022 en términos reales. En cuanto a los programas sociales se registró un aumento real de 24 % para el 10 % más pobre, en comparación con 2016 a 2018 que se redujo 17 %.

El presidente explicó esta mejora en el nivel de ingresos de los hogares más pobres por el incremento de “becas, salarios, trabajo independiente, la disminución de la brecha de ingresos entre los más ricos y los más pobres, el incremento de aguinaldo y utilidades, el incremento de ingreso de los adultos mayores por el Programa para el Bienestar”.

Pero más allá de la retórica optimista, la realidad es que la inflación -hoy aparentemente contenida según los datos oficiales- golpeó el poder adquisitivo de la clase trabajadora y los sectores populares. Las familias siguen sin llegar a la quincena y muchas veces se recurren a créditos para completar la compra de la despensa.

Las perversas formas de contratación permanecen en para las y los trabajadores del Estado, que ni siquiera son reconocidos como asalariados. Honorarios, sin derecho a aguinaldo, vacaciones ni seguridad social son moneda corriente en todas las dependencias públicas, tanto a nivel federal como a nivel de los estados, los municipios y las alcaldías.

Los aumentos al salario mínimo solo llegaron al sector más desfavorecido de las y los trabajadores de nómina o contratados pero reconocidos como asalariados. Los aumentos para el resto de la clase trabajadora, que tampoco completa el gasto, fueron ínfimos.

Y aunque el presidente se ufane de que disminuyó la brecha entre los más ricos y los más pobres, lo cierto es que la desigualdad persiste y la gestión de la Cuarta Transformación no ha modificado en lo esencial las condiciones laborales que tanto benefician a los magnates como Slim, Salinas Pliego y Larrea, y a las trasnacionales que operan en territorio mexicano.

Sin tocar las ganancias de los capitalistas no se resuelve el problema de la pobreza estructural que golpea a amplios sectores de la clase trabajadora y los sectores populares.