La Familia Real (en el amplio sentido del término) nuevamente metida en un sainete escandaloso. Afloraron millones de euros con la amnistía fiscal de Montoro. Y luego nos hablan de poner el hombro.
Guillermo Ferrari Barcelona | @LLegui1968
Martes 7 de junio de 2016
La Corona española y en particular, el Rey emérito, Juan Carlos, han conseguido crear una espesa cobertura alrededor de su patrimonio, sus empresas e ingresos. Según la revista Forbes, Juan Carlos reúne la enorme fortuna de más de 2000 millones de euros, aunque eso solo sería la punta del iceberg.
En estos días ha salido otro gran escándalo de la familia real. Entre primos, tíos y tías abuelas, han aflorado más de cuatro millones de euros gracias a la amnistía fiscal del PP. Los llamados “Papeles de la Castellana”, versión castiza de los Panama Papers, muestran la verdadera cara de la Familia Real española, la verdadera patria que es defender y acrecentar su fortuna saqueando las arcas de la Administración Pública.
Los “Papeles de la Castellana” nacen hace tres meses, cuando la plataforma Fíltrala, en la que participan los medios Diagonal, La Marea y eldiario.es, recibió una enorme filtración: 38.598 documentos relacionados con clientes de varios despachos de asesoría fiscal situados en el paseo de la Castellana, en Madrid. Entre los documentos se incluyen declaraciones fiscales, correos electrónicos y diferentes informaciones relacionadas con empresas, funcionarios públicos y grandes fortunas de todo el Estado. Y, por supuesto, con la familia Real.
Estas grandes fortunas, productos de oscuros negocios y herencias, estuvieron ocultas más de 20 años al fisco español. Gracias a Montoro pudieron aflorar sin dar explicaciones y pagado apenas el 2% o menos. Cualquier trabajador paga un porcentaje mayor por cobrar un pobre salario que a duras penas llega a las cuatro cifras.
El PP preparó una amnistía fiscal para el Rey, sus amigos y los ricos y elevó el IRPF y el IVA a niveles inauditos para las familias de trabajadores y las clases populares. Mientras los cargos de políticos, militares y la monarquía cobran salarios estratosféricos se despachan con discursos para la plebe sobre que vivimos por encima de nuestras posibilidades. Y, todo esto sin haber dicho palabra alguna de las “empresas” de Cristina e Iñaki que han estado viviendo del robo a las arcas públicas.
Abajo la Monarquía y su séquito
Con Felipe o con Juan Carlos la Monarquía española da la misma imagen. Todos los medios de difusión han tratado de hacernos tragar la píldora de una Monarquía renovada y moderna. Operación lavado de cara: el casamiento del Príncipe y la abdicación del cazador de elefantes. Aunque la Monarquía se vista de seda…
En décadas de democracia para ricos, la Monarquía ha sido la gran plataforma para que las grandes empresas españolas se lanzaran a al mercado latinoamericano, han sido los años de un enriquecimiento bestial de Juan Carlos y todo su séquito, han sido años en que la clase obrera y del pueblo han sufrido una barbaridad mientras el IBEX 35.
Todo esto demuestra no solo que las monarquías son una rémora del pasado, sino que es una institución que está dispuesta a pisotear las conquistas de décadas para que las multinacionales españolas se lleven todo lo posible.
Los partidos que se dicen republicanos, como Podemos o Izquierda Unida, en vez de rendirles pleitesía como ha hecho Pablo Iglesias, deberían impulsar movilizaciones de repudio a la Monarquía que sirvan de preludio para echarlos de la Casa Real y para echarlos de nuestros presupuestos. Podemos e IU tienen en sus manos llamar ya a hacer una gran campaña social y militante para echar ya a los Borbones de una vez por todas.
Acabar con la Monarquía será para la clase obrera quitarse una loza pesada de encima, será para las nacionalidades existentes abrir un proceso de autodeterminación, será para amplios sectores populares la posibilidad de luchar en las calles por todos los agravios padecidos. Acabar con la Monarquía, en síntesis, será el primer paso para conseguir una verdadera República de los trabajadores y el pueblo pobre.