La relación entre el precandidato kirchnerista a la gobernación bonaerense y el SMATA. Amistad y alianzas que involucran a burócratas “antizurdos”, nostálgicos de la dictadura y hasta miembros de la CNU juzgados por delitos de lesa humanidad.
Daniel Satur @saturnetroc
Jueves 30 de julio de 2015
Foto: Oscar Romero, Julián Domínguez, Ricardo Pignanelli y Mario Manrique del SMATA
Cuando el miércoles 10 de septiembre del año pasado ingresó una patota del SMATA al Congreso con el único fin de hostigar y atacar al diputado del Frente de Izquierda Nicolás del Caño, quedó claro que quien había organizado esa presencia violenta de “los muchachos” había sido el diputado del Frente Para la Victoria y dirigente del SMATA, Oscar Romero. Los saludos entre el burócrata y sus amigos quedaron registrados en un video que La Izquierda Diario publicó en esa oportunidad.
Pero quien mejor trató a la patota ese día fue nada menos que el presidente de la Cámara de Diputados y actual precandidato kirchnerista a gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Julián Domínguez. No sólo les permitió copar los palcos durante la sesión sino que una vez consumado el ataque a Del Caño no hizo nada para retirarlos. Es más, cuando el diputado del PTS quiso hacer uso de la palabra, y los cánticos amenazantes aparecieron con fuerza, Domínguez sólo atinó a mirar hacia el palco y lanzar un modesto “disculpen, trabajadores de SMATA, les pedimos silencio”.
Compañeros peronistas
La relación estrecha entre Domínguez y el SMATA viene de hace años. Tan es así que en 2013, con la venia de Cristina, el mismo Oscar Romero acompañó al presidente de la cámara baja a la Cumbre Iberoamericana en Panamá, donde ambos se encontraron y compartieron reuniones nada menos que con Cristiano Rattazzi, presidente de FIAT Argentina. Esos niveles de amistad no se logran de un día para el otro.
Pero la patoteada a Nicolás del Caño en el Congreso era parte de un ataque general del SMATA a todo aquel que se estuviera solidarizando con las obreras y los obreros de Lear en su emblemática lucha contra los despidos masivos. Un ataque que ubicó a todo el arco antiobrero en un mismo lugar contra los trabajadores. Hablamos de la multinacional norteamericana, del SMATA, de los ministerios de Trabajo de Trabajo y Producción, de las fuerzas represivas nacionales al mando de Sergio Berni (caranchos incluidos), de la maldita Bonaerense y de no pocos medios oficialistas como C5N y Página/12.
Durante los conflictos de Gestamp y Lear de mediados del año pasado Ricardo Pignanelli, el secretario general del SMATA, lanzó una serie de frases que mostraron de cuerpo entero su impronta derechista y reaccionaria. En diversas entrevistas se dedicó a insultar y hasta amenazar a las organizaciones de izquierda por actuar junto a los obreros de las automotrices para enfrentar despidos y suspensiones. Incluso llegó a cuestionar la presencia de las organizaciones de derechos humanos que se pusieron al frente de la defensa de los obreros reprimidos con balas de goma, palos y gases.
Entre las frases “memorables” de Pignanelli de aquellos meses se puede mencionar aquella que le recomendaba a la izquierda “que se dedique a hacer política y nos deje a nosotros manejar los gremios. Y si quiere que arme una lista y dentro de dos años nos vemos en la cancha”. O esa otra en referencia a la nieta restituída María Victoria Moyano, referente del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH): "¿Qué tienen que hacer en la puerta de una fábrica? ¿qué tiene que hacer la nieta de los desaparecidos en la puerta de una fábrica? ¿qué tienen que hacer?", lanzó enojado por radio.
Con expresiones al estilo de Vandor o Rucci, el sindicalista amigo de Cristina Fernández, de Débora Giorgi y de Julián Domínguez también habló después de cada nueva represión orquestda por el gobierno en la Panamericana. "Buscan en el enfrentamiento con la Policía, la Gendarmería o con los trabajadores que se produzca una desgracia", dijo. Y acusó a los delegados combativos de querer "llevarse puesta la fábrica, se creen que esto es joda. Por culpa suya, Lear está evaluando irse del país. Su objetivo no son las reivindicaciones, la estabilidad laboral o pelear por los salarios. Quieren la lucha continua. La anarquía en el movimiento obrero".
Buenos (y gordos) muchachos
Lo que Pignanelli expresó y sigue expresando es la marca de origen del SMATA, uno de los sindicatos con mayor protagonismo en la década del 70 persiguiendo y entregando a cuanto delegado o activista “subversivo” pisara alguna planta automotriz.
Y tan cara es esa historia a los sentimientos de los burócratas de hoy que cada año, religiosamente, Pignanelli, Romero y sus muchachos le rinden homenaje al fallecido José “el Gordo” Rodríguez, quien condujo el SMATA entre 1968 y 2009 (cuando murió a los 74 años). En esos actos se puede escuchar hablar del dirigente que estuvo en la masacre de Ezeiza, que entregó a los genocidas de ’76 las listas negras de los “zurdos” a los que había que limpiar y que fue un gran colaborador del neoliberalismo noventista, definiéndolo como “un luchador incansable” y un “digno representante del movimiento obrero organizado”.
"El norte a seguir es Julián"
Hoy SMATA es uno de los sindicatos que más apoyan al gobierno. En su doble rol de garante de paritarias a la baja y de gendarme patronal dentro de las fábricas, el sindicato mecánico es uno de los más mimados por el gobierno y las multinacionales automotrices y autopartistas. Las fotos del “Gordo” Pignanelli junto a empresarios y funcionarios son más que frecuentes, en eventos de los más diversos. Hasta en misa.
A nadie sorprendió entonces el respaldo público de la conducción del SMATA a la precandidatura del amigo Julián Domínguez para gobernar la provincia de Buenos Aires y, obviamente, a Daniel Scioli para presidente. “Desde el SMATA y la mesa de la CGT acompañamos a un gran dirigente como Julián, que tiene la vocación de encarar un desafío importante como lo es conducir los destinos de nuestra provincia” expresó Oscar Romero en mayo durante un evento organizado por la burocracia del gremio de los taxistas en Luján. Evento del que participó Domínguez y en el que declaró que estaba allí para “decirle a la Virgen de Luján en nombre de los compañeros trabajadores que quiero conducir la provincia de Buenos Aires”. Después del candidato, un emocionado Pignanelli diría: “queremos ser partícipes de nuestro propio futuro, y nosotros no tenemos ninguna indecisión. El norte a seguir es Julián Domínguez”.
A la derecha de la derecha
Pero quizás la cercanía más directa dentro del SMATA con Domínguez la tenga la seccional Mar del Plata, conducida por Gastón Villatoro. Fue en esa ciudad donde el actual presidente de Diputados convocó a un acto inaugural de su Grupo San Martín en enero del año pasado y al que acudieron, entre otros, una decena de integrantes del SMATA regional con sus características gorras verdes, acompañando a parte de la comisión directiva. En ese acto fue cuando Domínguez lanzó la frase “un candidato peronista debe tener olor a pueblo y algunos se olvidan de eso”.
Quien seguramente hubiera querido estar junto a Domínguez en ese acto, pero no pudo, es el abogado laboralista Luis Roberto Coronel, quien trabajó durante décadas en el SMATA Mar del Plata como asesor letrado y hace poco menos de dos años debió dejar su cargo por problemas de salud. No se sabe porqué no estuvo en el acto. Pero sí es sabido que el estado físico no le impide al septogenario abogado seguir atentamente el juicio oral y público en el que, desde junio, junto a otros nueve civiles y un militar retirado está sentado en el banquillo de los acusados por crímenes de lesa humanidad cometidos en 1975.
Todos los imputados del juicio integraron la banda paraestatal de la ultraderecha peronista Concentración Nacional Universitaria (CNU). Esa organización de profesionales, estudiantes, policías, militares y lúmpenes a sueldo actuó a sangre y fuego entre 1971 y 1976, cometiendo decenas de asesinatos contra trabajadores, estudiantes y profesionales que militaban o estaban relacionados tanto con la izquierda marxista como con la izquierda peronista.
Si bien en La Plata la presencia de la CNU y la cantidad de crímenes fue mayor que en Mar del Plata (las dos ciudades de acción central de la banda), es en la localidad atlántica donde avanza el primer juicio a miembros de la organización armada fascista. En la capital provincial aún no hay juicio y la causa tiene tan sólo dos detenidos pese a la infinidad de pruebas presentadas por las querellas.
SMATA es una familia
El juicio marplatense comenzó el lunes 8 de junio. Y, como no podía ser de otra manera, para brindarle apoyo a Coronel y al resto de los acusados, el SMATA regional envió una veintena de “gorras verdes” a hacerse oír en la puerta del Juzgado. La escena fue registrada por los medios pero no pareció sorprender a nadie en particular. La impronta derechista y reaccionaria del SMATA ya está, a esta altura, naturalizada.
Los testimonios de sobrevivientes y familiares de las víctimas lograron demostrar que el hasta no hace mucho abogado del SMATA era uno de los que ponía su casa para las reuniones secretas de la CNU e incluso disponía el moviliario para mantener a resguardo el arsenal con el que él y sus compañeros salían a secuestrar y matar.
En esa casa se criaron los hijos de Coronel. Una de sus hijas, María Silvia, también se hizo abogada. Hoy trabaja en el estudio jurídico de su padre, forma parte de su defensa en el juicio y, como tampoco no podía ser de otra manera, reemplaza a su progenitor como asesora del sindicato. La familia del SMATA no sólo sabe de tradición. También asume como propias las lealtades necesarias. Todo peronista.
Pese a esta historia más que corrida a la derecha, algunos sectores intelectuales que se reivindican progresistas apoyan entusiastas la precandidatura de Domínguez para gobernar Buenos Aires. Claro que mucho para elegir, si quieren mantenerse dentro de FpV, no hay. Su competidor es nada menos que el experto en reprimir protestas sociales y consecuente antizurdos Aníbal Fernández. Todo muy peronista.
Daniel Satur
Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS) | IG @saturdaniel X @saturnetroc