Mientras el promedio de rentabilidad de la banca para América Latina fue del 2,6 %, para Argentina esa cifra es del 5,9 %, así lo muestra un estudio realizado por el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica.
Viernes 21 de agosto de 2020 14:30
El estudio recopiló información de agencias de supervisión bancaria sobre los Estados Financieros y de Resultados de 10 países de América Latina: Uruguay, Perú, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Colombia, Argentina, Brasil, Chile y México.
Fue realizado por el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) comparando los resultados con indicadores del resto del mundo. Del análisis surge que después de África, América Latina tiene el sector financiero más rentable a nivel internacional.
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Los resultados de Argentina están muy por encima del resto de los países tanto de latinoamerica como a nivel mundial, es el único país donde la rentabilidad sobre los activos sube desde 2005 hasta la actualidad. En ese caso el porcentaje de 2019 fue del 5,9%, cifra quince veces mayor al retorno registrado por los bancos de la Unión Europea que promediaron el 0,4 por ciento el año pasado.
Según el estudio Argentina y Brasil se destacan porque la mayor fuente de beneficios son las actividades especulativas en el mercado de valores y cambios.
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Detrás de Argentina se ubicaron Perú (2,9 por ciento), Uruguay (2,8 por ciento), Brasil (2,6 por ciento), Paraguay (2,4 por ciento), México (2,3 por ciento), Ecuador (2,1 por ciento), Colombia (1,8 por ciento) y Bolivia (1,6 por ciento).
Los bancos fueron uno de los principales ganadores de la política económica implementada por el macrismo que dio vía libre a la especulación financiera. Algo que se expresó en la toma de una enorme deuda en dólar que fue a parar en la fuga de capitales hacia el exterior. Ante las sucesivas movilizaciones de la oposición de derecha en defensa de la “propiedad privada”, el gobierno solo mostró medidas que terminaron beneficiando a los grandes empresarios, como se vio en el retroceso de la expropiación de Vicentín o en la implementación de un impuesto a las grandes fortunas.
