Se cumplen 69 años del bombardeo a Plaza de Mayo, cuando la Fuerza Aérea y la Armada atacaron la Casa Rosada y sus alrededores. Registros de aquel hecho inédito en la historia política del país, anticipo del derrocamiento de Perón tres meses más tarde por la llamada “Revolución Libertadora”.
Viernes 7 de junio 00:50
Al mediodía del 16 de junio de 1955, aviones de la Fuerza Aérea y de la Aviación Naval iniciaron un bombardeo sobre la Plaza de Mayo y la Casa Rosada. Este atentado dejó más de 300 víctimas y más de 1000 heridos. En el momento del ataque, una multitud participaba de un desfile militar, cuando unos 30 aviones de la Aviación Naval y de la Fuerza Aérea, que debían lanzar flores en señal de apoyo al gobierno, comenzaron a dejar caer bombas sobre una Plaza de Mayo repleta, buscando también hacer blanco sobre la Casa Rosada.
Cayeron un total de 29 bombas sobre la Casa Rosada y otras sobre la Pirámide de Mayo. Se lanzaron 14 toneladas de explosivos. El objetivo de este ataque era asesinar al presidente Juan Domingo Perón, doblegar a todo su gobierno, ocupar la Plaza de Mayo alentando el desconcierto entre la población y concretar un golpe de Estado.
Los aviones llevaban pintadas en sus colas una “V” y una cruz, que señalaban “Cristo Vence”. Los capellanes del Ejército habían sido claves en el desarrollo de la conspiración y la jerarquía de la Iglesia Católica no dudó en alentar los comandos civiles armados contra el peronismo.
El ataque aéreo se realizó en sucesivas oleadas entre las 12.40 y las 17.40 hs. En el primer ataque, una de las bombas impactó contra un trolebús repleto de pasajeros, dejando una gran cantidad de muertos, cuya mayoría eran niños de escuela primaria.
Además de la casa de Gobierno, fueron bombardeados el ministerio de Hacienda, la sede de la CGT, el departamento de Policía y la residencia oficial de Perón, en Palermo.
La respuesta de Perón fue evitar la movilización y la respuesta organizada de los trabajadores. Ese mismo día, habló por radio y pidió “no tomar medidas aconsejadas por la pasión” señalando que “la lucha debe ser entre soldados”. Otro tanto haría la CGT.
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Los responsables de la operación se refugiaron en Montevideo, llegando con los mismos aviones con que habían bombardeado Buenos Aires. Tres meses después de esta masacre, los militares que participaron de ella, alcanzaron el poder dando un golpe de estado, la llamada “Revolución Libertadora”, ocupando cargos importantes en el nuevo Gobierno. Nunca hubo detenidos ni nadie pagó por los muertos.
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Enfoque Rojo
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