Ante un imponente operativo policial que incluye detenciones preventivas sin causa y la posterior represión, volvieron a movilizarse en París y otras grandes ciudades.
Sábado 20 de abril de 2019 19:47
En la semana número veintitrés de protestas, la movilización de los chalecos amarillos vivió nuevamente la represión producto de un fuerte dispositivo policial desplegado por las autoridades francesas.
El Ejecutivo francés sigue aplicando la nueva doctrina de seguridad, en particular las detenciones preventivas que la policía utiliza para limitar la jornada de protesta mediante la intimidación.
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Ni el posible anuncio de medidas del gobierno, ni el llamado a la “unidad nacional” utilizando políticamente el incendio de la catedral de Notre Dame, ni el inicio de las vacaciones de Semana Santa, detuvieron la nueva manifestación. Nada ha impedido que los chalecos amarillos vuelvan a tomar este sábado las calles en París y otras grandes ciudades de Francia, en protesta contra el presidente Emmanuel Macron y sus políticas económicas y sociales.
Un despliegue policial inmenso desde primera hora de la mañana hicieron casi sistemáticos los registros de toda persona que se acercaba a lugares sensibles de la capital francesa. Más de 10.000 personas fueron cacheadas e interpeladas, casi 200 detenidas y la mayor parte de ellas llevadas a dependencias policiales, algo que permite una de las nuevas normativas represivas aprobadas por el actual Gobierno, limitando el derecho democrático a manifestación.
El final de la manifestación en París estaba fijado en la céntrica plaza de la República. Los chalecos amarillos que mostraban consignas en contra de Macron y llamamientos a la revuelta, fueron reprimidos por la policía con gases lacrimógenos y balas de goma generando disturbios y enfrentamientos, como sucede desde hace varias semanas especialmente con la decisión del Ejecutivo francés de utilizar al ejército para terminar con las protestas.
En sus demandas los manifestantes incorporaron críticas a las grandes fortunas del país que han prometido donaciones millonarias para restaurar Notre Dame pero no tienen la misma generosidad con los problemas sociales del país.
"Gracias por acordaros de Notre Dame, pero no os olvidéis de Los Miserables", se leía en una pancarta que recordaba dos de las más célebres obras de Victor Hugo.
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Como en París, en varias ciudades del país también se registraron manifestaciones. En Lyon y Toulouse se repitieron las imágenes de represión y violencia policial contra manifestantes y periodistas.
Según sus datos, casi 30.000 personas se manifestaron en todo el país, la mayor parte en la capital, lo que supone cifras muy similares a las últimas movilizaciones.
Macron tiene previsto anunciar el próximo jueves las medidas adoptadas para responder a las demandas de los chalecos amarillos. Las manifestaciones lograron un primer triunfo cuando hicieron retroceder el aumento de combustible que había decretado el gobierno y que encendió las protestas.
Luego de esas primeras concesiones dadas por el gobierno, ante un movimiento de protesta que se mantuvo y hasta profundizó sus demandas, Macron apostó a la represión y la intimidación para desgastar y terminar con las manifestaciones.
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