Los consejeros ejecutivos que pertenecen a las multinacionales que cotizan en el Ibex35 vieron aumentar su sueldo en 2021 un 13,2%, marcando como sueldo medio 1,7 millones.
Ivan Vela @Ivan_Borvba
Miércoles 21 de septiembre de 2022
Foto: EFE/ Altea Tejido
Si no fuera porque la situación de inflación golpea de forma muy dura a miles de familias de clase trabajadora y sectores populares, casi se podría bromear diciendo que al menos los altos ejecutivos de las empresas del Ibex35 han visto aumentar su salario acorde a la inflación.
Pero como decimos, no hay sitio para esta broma cuando se ha sobrepasado el 10% de inflación en el mes de agosto y cuando ya desde el segundo trimestre del 2021 la inflación superaba el 6%. Una situación que ha mermado el poder adquisitivo de la clase trabajadora y los sectores más humildes que ven como el futuro más inmediato pinta negro: inflación en tendencia ascendente y bajadas de producción en muchos sectores que acarreará recortes en horas (y salarios) y EREs.
Los sueldos más elevados obviamente se encuentran en las plantas nobles de esas empresas y corresponden a los presidentes ejecutivos. De medía, la nómina para estos cargos se situó en 2021 en los 2,4 millones, seguidos de los consejeros delegados, con una media de 2,1 millones (1,9 millones en 2020). En tercer lugar estarían el resto de consejeros ejecutivos (1,1 millones de promedio vs 842.000 euros en 2020) y en cuarto y último lugar los presidentes no ejecutivos, que tuvieron una retribución media de 570.000 euros (vs los 347.000 euros en 2020).
Estas cifras bochornosas, recibidas además por los altos cargos de empresas que se han estado lucrando durante los peores momentos de la pandemia (farmacéuticas) y se lucran ahora con la guerra de Ucrania y la crisis energética (bancos y energéticas), muestran como en momentos de crisis y penurias para la amplia mayoría de la sociedad los capitalistas ven oportunidad de negocio y de engrosar sus cuentas particulares.
Y esto no para en 2021, ya los datos del primer semestre del 2022 muestran como la mayoría de empresas del Ibex35 siguen cosechando beneficios vs ejercicios anteriores. Lo hacen los bancos, como el Banco Sabadell (+78% vs 2021), o el Banco Santander (+33% vs 2021) un banco con larga tradición de inversión en armamento militar. De hecho actualmente el Santander se sitúa entre los mayores financiadores europeos de la industria de armamento militar.
No podemos olvidarnos en este contexto de las energéticas, como Iberdrola, que crece un 35% vs 2021 o Endesa, que lo hace un 10%. Una realidad insostenible que no el gobierno “progresista” no solo no ataja, como es de esperar, sino que legisla para garantizar que cualquier “tope” o impuesto que pueda mermar por mínimo que sea las arcas de las grandes energéticas sea compensado con ayudas a través de subvenciones o paquetes de ayudas de los fondos europeos.
Es urgente en el contexto actual y en la transición ecológica que la crisis climática nos impone, que las empresas estratégicas, como las energéticas, estén bajo control de los trabajadores y de los usuarios y no bajo el control de un puñado de capitalistas centrados en añadir un cero más a su cuenta multimillonaria sin importarle las necesidades de la mayoría de la población ni del planeta tierra.
Lo estamos viendo ahora, en el marco de la guerra de Ucrania y ante la crisis energética que su política imperialista, junto a la reaccionaria invasión de Putin, han provocado. Aquellos débiles y falsos discursos en convenciones del clima interminables se han demostrado papel mojado mucho antes de lo que incluso ellos podrían haber pensado. Ahora vuelven a apostar por energías altamente contaminantes, por no hablar del aumento del gasto militar, una industria altamente contaminante.
La situación requiere un cambio de 180 grados, pero ni este gobierno progresista, ni la Unión Europea y ni mucho menos de la OTAN van a ser quien lo realice.