La gobernadora bonaerense anunció la vuelta de descuentos del 50 % para clientes del Banco Provincia en compras de supermercados. No son más que parches. El día anterior se conocieron datos de una gran caída del consumo en los sectores de menores ingresos.
Jueves 12 de julio de 2018
En una aparición fugaz ante la prensa convocada en La Plata, la gobernadora de la Provincia de Buenos Aires anunció ayer medidas económicas destinadas a los clientes del Banco Provincia, quienes podrán acceder a un descuento del 50 % en compras en los supermercados “adheridos”.
Varios días más tarde la autocrítica de Vidal, o el reconocimiento a la innegable crisis económica, fue muy similar a las frases repetidas por otros referentes del Gobierno. El ministro de Hacienda Nicolás Dujovne ya había admitido que vamos hacia un escenario de “mayor inflación y menos crecimiento”.
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Las condiciones del descuento que ofrece la gobernación bonaerense a la clientela del Banco Provincia son de un 50 % de descuento en compras en los supermercados adheridos, con un tope de reintegro de $ 1.500, a partir del 18 de julio.
Un requisito es realizar la compra (que deben ser abonadas con tarjetas Visa Débito, Visa Crédito y Mastercard Crédito) el tercer y cuarto miércoles de cada mes.
Según anunciaron en la conferencia de la cual participó el presidente de la entidad bancaria, Juan Curuchet, los locales que adhiere serían cerca de 239 en todo el territorio provincial.
Los supermercados adheridos, hasta el momento, son Coto y las cadenas del grupo chileno Cencosud (Disco, Vea y Jumbo).
Claramente estos grandes grupos de remarcadores de precios no van a perderse un negocio redondo que les ofrece Vidal, para aumentar sus ventas justo en momentos en que se registran caídas en el consumo.
Estas cadenas de supermercados tienen garantizadas sus ganancias aún en tiempos de recesión económica de la mano del Gobierno.
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La pérdida del salario real de los estatales no tiene tope
"Esta medida es para beneficiar a los más de cuatro millones de clientes que tiene el banco, muchos de ellos empleados de la provincia, los docentes, médicos, policías empleados", destacó la gobernadora.
Pero cuando alertamos que la vuelta de los descuentos del 50 % en compras de alimentos no son más que un parche, no es para negar que son un atenuante frente a la pérdida de poder de compra de los salarios producto de la creciente inflación, del techo paritario y de los efectos de la devaluación y el recorte en el gasto público.
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Pero sí para marcar que la medida responde a la situación económica recesiva y al consecuente creciente malestar social. Y, si hilamos más fino, a la baja en algunas encuestas de la imagen positiva de María Eugenia Vidal.
A esto se suma que las condiciones del descuento se mantienen iguales a las de 2017 (50 % con tope de $ 1.500 de devolución) mientras que los salarios estatales ese año cerraron cerca del 20 % y tuvieron la compensación de 4,5 % (siempre en cuotas).
Pero para el año en curso esas condiciones deberían “actualizarse” para generar el mismo efecto riqueza, es decir, para permitir a los trabajadores adquirir la misma cantidad de bienes.
La inflación esperada en 2018 es, de mínima, del 30 % y las paritarias estatales se ubican un 50 % por detrás, entre un 13 y 15 %, y en cuotas.
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A diferencia de los topes de devolución en las compras (para garantizar que los supermercadistas no pierdan ni un peso) las pérdidas de salario real parece no tener tope.
Si al panorama de alta inflación con recesión le sumamos los efectos de la devaluación y la inestabilidad del dólar, el golpe al bolsillo obrero es muy fuerte.
Sobre los sectores de menores ingresos o pobres estas condiciones generan peores efectos. Según se desprende de un estudio realizado por la consultora de consumo masivo Kantar Worldpanel, el consumo se frenó abruptamente en abril y mayo, cayendo un 2 %.
El Director de la consultora, Federico Filipponi, explicó que “para los hogares de bajos recursos, el consumo masivo es el principal gasto ya que le destinan el 57 % de sus ingresos, de esta manera el comportamiento de los precios es central para entender la evolución, cuando estos se aceleran muy rápido tienen que ajustar”.
Las desesperadas medidas de Vidal para garantizar una parte de consumo básico, al mismo tiempo que garantiza nuevas oportunidades de negocios a los grupos amigos, son insuficientes.
Ante los desequilibrios estructurales de la economía y el creciente endeudamiento con el FMI que exige recortes, hay que responder que los puestos laborales no sobran y no pueden ser la variable de ajuste.

Redacción
Redacción central La Izquierda Diario