Miguel Kiguel, Marco Lavagna (FR) y Federico Sturzenegger (PRO) disertaron en el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF). Los especialistas coincidieron que el próximo gobierno deberá eliminar el cepo cambiario, reducir el gasto público y la presión tributaria.
Jueves 11 de junio de 2015
Los tres economistas expusieron en el marco del 32º Congreso Anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), con el título "La Argentina del diálogo y el consenso". Los temas debatidos fueron alrededor de las tareas que deberá llevar adelante el próximo gobierno y el denominador común de las preocupaciones fue el cepo cambiario, el gasto público y la presión tributaria.
Kiguel, ex secretario de Finanzas durante el gobierno de Carlos Menem, señaló que "se viene" una nueva etapa donde será necesario "un sinceramiento" del tipo de cambio y "un ajuste" del gasto, pero aclaró que "este ajuste se puede hacer con plata". En cuanto al cepo cambiario manifestó que "uno de los mayores errores (de este Gobierno) fue el cepo", por lo que "el desafío es removerlo" y, aunque reconoció que "eso es costoso e implica el riego de que se traslade a la inflación", consideró que de aplicarse un "shock" devaluatorio "que favorezca la entrada de capitales". Según Kein “el efecto del ajuste puede ser compensado porque la Argentina está subinvirtiendo y está subendeudada", expresó la necesidad de que haya una "suba de tarifas" y un "sinceramiento del tipo de cambio".
Marco Lavagna, quien trabaja en los equipos del Frente Renovador de Sergio Massa sostuvo que que "la presión tributaria es regresiva y asfixiante" y que "la productividad (de la economía argentina) viene cayendo al uno por ciento anual desde 2011". El economista, director de la consultora Ecolatina, acuerda en que es necesario eliminar el cepo cambiario "aunque no de un día para el otro", sino a través de un período que estimó en seis meses, y subrayó que "la inflación debe estar en el centro de la discusión". También afirmó que "hay que volver al mercado único y libre de cambio y reducir el déficit fiscal ampliando la base impositiva, con una disminución de impuestos a las ganancias al trabajo y para promover inversiones".
Por otro lado, Sturzenegger -economista y diputado por el PRO- explicó que "la Argentina no tiene un problema fiscal", ya que su deuda pública es de 20 por ciento sobre el producto bruto interno (PBI), pero puntualizó que debe "bajar el gasto público y sustituir el impuesto inflacionario". El diputado del espacio macrista añadió que "el gasto público es de 40 por ciento del PBI y el gran desafío es recuperar la eficiencia" en las erogaciones del Estado. El legislador sostuvo que uno de los objetivos del PRO está en estabilizar "la inflación en una banda de cero a cuatro por ciento en tres años".
Los asesores económicos de los principales candidatos a presidente confiesan que el próximo gobierno deberá ajustar. Hablan de eliminar el cepo cambiario y esa medida generará una devaluación que afecta directamente al bolsillo del trabajador, porque aumentan los precios y se abaratan los salarios medidos en dólares, una verdadera ganga para los empresarios. Ninguno de estos economistas ni el gobierno apuntan a la verdadera causa de la salida de dólares que es el pago de intereses, utilidades y dividendos de las empresas que para el año 2014 representaron una fuga de U$11.000 millones. Tampoco señalan el drenaje de dólares para el pago de la deuda externa, que durante el kirchnerismo fue mayor a los U$ 180.000 millones.
Como señalamos en La Izquierda Diario los planes políticos del próximo presidente tanto del oficialismo como de la oposición patronal, son el recorte fiscal y la devaluación. Sólo buscan descargar el ajuste sobre el pueblo trabajador.
Fuente: DyN