En miras a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), los empresarios no quieren tocar el tema del salario y Alfonso Navarrete Prida, titular de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS), dice que México no requiere un aumento salarial en términos de emergencia.
Camilo Cruz México
Jueves 3 de agosto de 2017
Desde inicios de año se viene hablando de diversas propuestas para subir y homologar el salario. Esta discusión se ha pateado por meses, mientras los salarios de miseria que percibe la clase trabajadora castigan duramente las condiciones de vida de millones de trabajadores.
No es una novedad que cada vez se hable más de la necesidad de un aumento salarial para mínimamente cubrir la canasta básica. Sin embargo, choca con lo que ha sido el proyecto de país que tienen los empresarios y el gobierno: mantener los salarios bajos como atractivo para mayores inversiones en distintas ramas industriales.
Frente a la renegociación del TLCAN, los empresarios y el gobierno de conjunto se juegan a no contradecir una sola línea de lo que quiera imponer el gobierno del magnate Donald Trump y muy probablemente esta renegociación contemple profundizar las condiciones laborales infrahumanas y los salarios de miseria.
Alfonso Navarrete Prida, titular de la STPS, dice de la manera más sincera que el gobierno no puede hacer nada porque los empresarios son quienes están frenando el aumento salarial, sin embargo desairadamente, presume que, por órdenes del Ejecutivo, se ha autorizado un incremento de 200 millones de pesos al presupuesto del Servicio Nacional de Empleo (SNE) y que esta ampliación de este gasto permitirá completar las nóminas en todos los estados del país.
Este aumento al presupuesto del SNE lo quieren pintar como un verdadero avance para el combate al desempleo ya que, según Navarrete Prida, el SNE ha generado oportunidades de empleo para millones de personas y se prevé que al cierre de este año se llegará a 3 millones de personas el nuevo número de afiliados al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el sexenio.
Regresando al tema del salario, Navarrete Prida ve más margen para intentar negociar con las patronales un aumento salarial para el conjunto de los trabajadores hacia diciembre.
Con el clásico cinismo de este gobierno, Navarrete Prida comenta que pese a la negativa de los patrones a aumentar el salario, no hay prisa por hacerlo y es exagerado plantear la necesidad del aumento salarial en términos de emergencia, ya que la clase trabajadora ha tenido salarios de miseria desde los 70s y los 80s.
Porque nuestras vidas valen más que sus ganancias
La actitud de Navarrete Prida denota que el gobierno quiere dar la careta de preocupación por el bienestar de los trabajadores. De ahí que intenten hace eco de un aumento al presupuesto del SNE y salgan a dar la cara por los empresarios que no quieren darle un centavo a los trabajadores que encima cargan con jornadas laborales que llegan hasta las 14 horas.
Mientras el gobierno en realidad se preocupa por mantener condiciones de miseria para los millones de trabajadores, que en su gran mayoría perciben sólo dos salarios mínimos, los empresarios aprovechan esta condición para llevarse ganancias millonarias a costa de nuestras vidas, que se dejan día con día en nuestros centros de trabajo, algunas veces con consecuencias fatales.
Los millones de trabajadores que somos obligados a vivir en condiciones miserables, tenemos la necesidad de comenzar a organizarnos para pelear por mejores condiciones para nosotros.
Es por eso que desde el diario digital La Izquierda Diario impulsamos la campaña por las 6 horas de trabajo, 5 días a la semana, con un salario que iguale a la canasta básica y un plan de reparto de horas entre empleados y desempleados.
Porque con las ganancias millonarias que los empresarios se llevan es plenamente posible conquistar esta demanda, porque lo único que se interpone entre esta propuesta y nuestra actual condición, son sus ganancias.
El gobierno, al servicio de proteger las ganancias de los empresarios, no nos va a regalar nada. Por eso es necesario que la fuerza de la enorme clase obrera compuesta por 55 millones de trabajadores se ponga en movimiento para arrancar la jornada laboral de 6 horas, 5 días por semana y salarios que cubran el costo de la canasta básica.
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