Lo informó ayer la AFIP, los empresarios que blanquearon y aparecen en los cuadernos de Centeno no pagarán ninguna penalidad ni se les quitará ningún beneficio impositivo.
Victoria Sánchez @VickytaTw
Miércoles 29 de agosto de 2018
Ayer por la mañana la AFIP informó que aquellas personas que adhirieron al blanqueo de capitales finalizado en marzo del año pasado, no perderán los beneficios ni pagarán ningún tipo de penalización si aparecen en los “cuadernos de Centeno”.
Gracias al secreto fiscal, un artilugio legal que sirve para proteger a empresarios y millonarios, solo se pudo identificar a algunos de quienes se beneficiaron del último blanqueo de capitales debido a filtraciones de datos. Las más conocidas fueron expuestas por el periodista Horacio Verbitsky el año pasado. Entre los beneficiados se encontraban la familia Rocca dueños de Techint, quienes blanquearon $7450 millones; el empresario Alfredo Coto, que declaró $7000 millones; el clan Macri junto a Caputo, que blanqueó aproximadamente $1090 millones y Marcelo Mindlin que declaró $770 millones. Todos empresarios conocidos no solo por encabezar el ranking de los más ricos dentro del país, sino también por ser de los primeros que reclaman mayor flexibilización laboral.
Con una situación económica inestable, un dólar difícil de contener y la inflación que todos los analistas dan por descontado que superará el 32 % a fin de año, el blanqueo de capitales, tal vez sea la única empresa que “le salió bien” al Gobierno de Cambiemos. En abril del año pasado, se hizo público que argentinos declararon que poseían en el exterior alrededor de U$S 116.800 millones. Gracias a la importante suma exteriorizada se logró recaudar en concepto de impuestos alrededor de $ 148.600 millones, lo que le permitió cerrar el año con un resultados acorde a las metas fijadas desde el ejecutivo. El importe total exteriorizado es sin embargo, la punta del iceberg si se lo compara con lo que estiman distintos organismos y especialistas en fuga y evasión, más de U$S 400.000 millones sería el “piso” de lo que esconden los argentinos fuera del país.
Tamaña suma ubicaba al país en el año 2014 según una investigación realizada por investigadores del National Bureau of Economic Research en el cuarto lugar de importancia entre los países que más dinero tenían escondido, entre los países de América Latina. El mismo estudio arroja que si se toma en cuenta la riqueza oculta en guaridas fiscales, como proporción del PBI, América Latina mantiene un equivalente al 17,1 % de su PBI oculto, mientras que Argentina llega al 28,9 %.
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La AFIP ayer señaló que para quedar fuera del blanqueo, quienes aparecen en los “cuadernos de Centeno” tendrían que haber sido imputados por algún delito común del orden económico antes del 31 de marzo de 2017, fecha en que finalizó el blanqueo y ser procesados. El perdón fiscal caería si los arrepentidos hubieran ingresado al blanqueo de manera condicional, es decir si el empresario tenía una causa preexistente por evasión o por otros delitos económicos y ahora es procesado. Una vez más queda claro como todo está hecho para que sean los ricos quienes se benefician, si un trabajador no puede abonar la tarjeta de crédito o algún otro tipo de deuda, aparece rápidamente en el Veraz, mientras que para los evasores millonarios el propio ejecutivo elabora leyes de amnistía fiscal según su necesidad.
Entre los doblemente beneficiados se encuentran directivos y familiares de empresarios de Techint, Tecpetrol, Esuco, Cartellone y Pescarmona. La firma de Paolo Rocca es la que más dinero ha blanqueado entre familiares y directivos. Según el portal El Destape, la suma asciende a $ 7.014.793.572, la persona más conocida es Luis Betnaza, Director Institucional Corporativo de Techint con más de $ 61,1 millones. Entre la familia Rocca, varios miembros se beneficiaron del blanqueo y aparecen en los cuadernos, como Roberto Bonatti primo de Paolo Rocca, que se desempeña en el Directorio de Tenaris y blanqueó más de $ 1.876.822.790 millones; Marcela Rocca (prima de Paolo que falleció en 2017) y que estaba a cargo de la Fundación de los hermanos Rocca, con más de $ 6.900 millones blanqueados.
También aparece Marcelo Martínez Mosquera, ex titular de TecPetrol, con $ 122,6 millones; Alliata Di Montreale Paolo, jefe de Control de Calidad de Materiales en TecPetrol, con $ 133,3 millones. El CEO de Techint, Carlos Bacher, con $104,3 millones. El abogado del holding siderúrgico Fernando Ricardo Mantilla con más de $ 93 millones. A ellos se agregan el director de Techint Guillermo Horacio Hang con $ 114,2 millones y el ex director general de la actual Ternium, ex Siderar, Fredy Cameo con $ 97,9 millones. Uno de los “arrepentidos” de peso, como Carlos Wagner, presidente de Esuco y ex presidente de la Cámara de la Construcción, tiene a Juana Wagner, directora de ESUCO con un blanqueo de $ 86,8 millones.
La continua aparición de los mismos nombres, no solo en filtraciones de blanqueo así como de uso de estructuras offshore, sino también en los recientemente conocidos “cuadernos de Centeno” dejan en evidencia como un pequeño grupo de empresarios realiza un robo cotidiano de las riquezas del país.
Para hacer esto cuentan con un aparato legal a la medida de las patronales y la complicidad de los gobiernos que gestionan para sus intereses. Hoy, los mismos gerentes están al mando de los cargos públicos, con total impunidad para condonarse a sí mismos y favorecer la evasión. Hay que terminar con el secreto bancario y que las empresas abran sus libros contables. De esta forma se podrá conocer cuáles son las ganancias reales y adonde va el dinero. Los trabajadores y trabajadoras no pueden esconderse del Estado, como si lo hacen los evasores que ya llevan fugados en lo que va del año más del U$S 20.000 millones. Para esto se debe establecer una banca nacional única y estatal, y que de una vez por todas se detenga la sangría de la fuga de capitales, que no hace otra cosa más que expoliar recursos del país.
Todo esto debe estar administrado por comités de trabajadores y usuarios que decidan de forma democrática como utilizar los recursos para resolver las necesidades populares, estableciendo una verdadera línea de créditos a tasa cero para resolver de una vez por todas el déficit habitacional entre otras cosas. Solo un Gobierno de los trabajadores en ruptura con el capitalismo podrá llevar adelante estas demandas.
Victoria Sánchez
Nacida en Bs. As. en 1986. Es economista y docente. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2010. Coedita la sección de Economía de La Izquierda Diario.