Según una encuesta de Cadem, el 67% de los chilenos no está conforme con la reforma anunciada por la Presidenta. Los estudiantes se movilizan exigiendo el retiro del proyecto.
Martes 5 de julio de 2016
Nadie está conforme con las reformas presentadas por Bachelet, principalmente con el proyecto de reforma educacional que está totalmente deslegitimado en el movimiento estudiantil.
Las ilusiones que se abrieron con la campaña electoral y el programa de la Nueva Mayoría, se desmoronan. Todas las reformas del gobierno han sido cuestionadas: por derecha, cuando se trata de la UDI, RN, sectores de la DC, que no quieren ningún cambio que beneficie al pueblo trabajador; y por izquierda, cuando hablamos de estudiantes, trabajadores y diversos movimientos que cuestionan los proyectos oficiales por su moderación y por querer mantener todo igual.
Es así como el domingo la presidenta Bachelet emitió un escueto y general discurso, en cadena nacional, respecto al proyecto de reforma educacional que ingresó el gobierno este lunes, iniciativa ampliamente cuestionada y rechazada por el movimiento estudiantil, profesores, e incluso Rectores de las universidades estatales.
Según la última encuesta de la consultora Cadem, el 62% de la población considera que se deben retirar o modificar las reformas presentadas por el gobierno; el 67% se plantea en contra de la reforma educacional y 60% contra la reforma laboral; 69% desaprueba la conducción de Bachelet; 73% rechaza el equipo de Ministros; 74% cree que el gobierno va en “dirección equivocada”; y un 65% está en desacuerdo con el programa de gobierno. Sin embargo, el gobierno insiste en querer aprobar reformas que no responden a las demandas del pueblo trabajador.
Una reforma educativa que no conforma
La presidenta Michelle Bachelet pronunció un discurso para todo el país, con el objetivo de explicar los fundamentos del proyecto de reforma educativa que el gobierno envió el lunes al Congreso. La cuestionada iniciativa, que tendrá que ser discutida en el Parlamento, propone realizar algunos ajustes y pequeños cambios, para mantener todo igual.
“Se consagra y refuerza el carácter mixto de nuestra educación superior”, aseguró Bachelet al referirse al proyecto, ratificando que la privatización seguirá existiendo y que no hay intenciones de acabar con el mercado educativo, por lo menos no por parte de las autoridades. No se refirió en ningún momento a la demanda de educación gratuita universal que levanta el movimiento estudiantil, sino que planteó generalidades para justificar que el gobierno no cumplirá con sus promesas. “La educación no es un bien de consumo que se puede administrar”; “hemos escuchado a todos los sectores involucrados en esto”; “mientras avanzamos a la gratuidad universal, seguimos con apoyos y beneficios estudiantiles”; “mejor acceso”, fueron algunas de las expresiones que presento como pretexto la mandataria.
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El proyecto fue criticado por organizaciones estudiantiles. “Seguirá habiendo empresas de la educación, superior, media y básica, que seguirán recibiendo millones en transferencias del Estado, mientras las universidades y liceos estatales seguirán teniendo que autofinanciarse. Eso es el “sistema mixto”. Eso es lo que hace que la educación sea un “bien de consumo”. Que no haya verdadera libertad de elección, empujando a los estudiantes a ir a las instituciones privadas que hacen millonarias ganancias.” Dice un comunicado emitido por la Agrupación Combativa & Revolucionaria.
Este martes 5 de julio están planeadas diversas “marchas territoriales” que terminarán afuera del Ministerio de Educación. Se espera que la convocatoria que tendrá como propósito expresar el rechazo al proyecto de reforma educacional y exigir su retiro marque un nuevo episodio en la tensa relación entre el gobierno de Bachelet y el movimiento estudiantil:
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