El gobernador bonaerense y candidato a presidente Daniel Scioli participó ayer de la cumbre de la OFEPHI, que nuclea a las provincias petroleras. Allí, firmó un compromiso de asegurarles beneficios.
Esteban Mercatante @EMercatante
Miércoles 9 de septiembre de 2015
No es novedad. El sueño de una Argentina petrolera de la mano de los recursos no convencionales, se encuentra en el “freezer” con los precios del barril ubicados en poco más de la mitad del valor que debería tener para que la explotación shale en Argentina pueda ser considerada rentable. El barril WTI cotizó ayer a 45 dólares, mientras que distintas evaluaciones ubican en 80/85 dólares el precio para que Vaca Muerta dé las ganancias que esperan los petroleros.
En este contexto, los gobernadores de las provincias pertenecientes a la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (OFEPHI) negociaron con Scioli la continuidad de los beneficios al sector que se vienen aplicando desde finales de 2014. En diciembre del año pasado se acordó con las provincias petroleras mantener un precio interno alto del crudo a fin de garantizar la continuidad de las inversiones petroleras. Desde entonces, el barril de petróleo denominado Medanito, de Neuquén, cotiza a 77 dólares y el Escalante, proveniente de Chubut, a 63 dólares. Ambos muy por encima de la media mundial.
Las provincias buscan continuar con la política inaugurada con la reestatización de YPF que estableció como bandera la recuperación del autoabastecimiento energético a partir de sostén al precio interno del petróleo y también del gas para promover inversiones en el segmento de exploración y producción de hidrocarburos. Este precio sostén, posibilita no las inversiones internacionales (que se guían por el precio de Texas o de Londres, no por el de Buenos Aires), sino una mejor liquidación de regalías para las provincias productoras, representadas por la OFEPHI. Si no fuera por ese precio sostén, Neuquén y el resto de los Estados productores de hidrocarburos recibirían el porcentaje correspondiente por el precio internacional. Un 40 % menos de lo que reciben hoy. Esto se paga con el encarecimiento de las naftas respecto de lo que saldrían al precio internacional, algo recurrente en la economía argentina y que beneficia tanto a las petroleras como a las cuentas provinciales.
Al mismo tiempo que quieren asegurar la continuidad de estas medidas, los gobernadores buscan revertir algunos de los cambios que trajo la Ley de Hidrocarburos que hizo aprobar el año pasado Miguel Galuccio, jefe de YPF. Dicha norma, orientada a favorecer la explotación no convencional mediante la asociación de la petrolera con mayoría accionaria estatal y las grandes empresas multinacionales que dominan el sector, significó el recorte de algunas atribuciones para los caudillos provinciales, como es la explícita limitación de las regalías y los impuestos provinciales. Si el año pasado pudo imponerse esta normativa porque todos confiaban en el buen panorama del negocio petrolero de la mano de las inversiones para Vaca Muerta, el desinfle de estas expectativas reactivó los reclamos para imponer cambios.
Esto salta a la vista con las referencias que toma el documento. Este hace referencia a la Constitución, a la ley de soberanía hidrocarburífera (marco para la estatización de YPF) y a la llamada “ley corta” (26.197) que garantiza a las provincias la administración de los yacimientos en su territorio. En cambio, casi no menciona las modificaciones al marco normativo que convalidó el Congreso el año pasado. El documento explicita que se ratificará el dominio de los recursos hidrocarburíferos por parte de las provincias productoras y su carácter de autoridad de aplicación en lo que se refiere al poder concedente y administrador de las concesiones. También se garantizarán las facultades exclusivas de percibir regalías, entendidas como la participación de las provincias en el producido de la actividad por los recursos no renovables que son extraídos de sus suelos para el desarrollo de toda la nación y no como un tributo.
Otro de los puntos acordado es la creación de un fideicomiso para infraestructura básica para el desarrollo hidrocarburífero. A su vez, se “impulsarán” medidas y beneficios tendientes a incrementar la inversión en la exploración de los recursos hidrocarburíferos no convencionales, en la exploración de frontera en todas las cuencas sedimentarias del país.
Los gobernadores buscan recuperar atribuciones y ganar la pulseada que mantienen con Miguel Galuccio. A ambos lados de este tironeo, en el que los gobernadores se anotaron un poroto con el documento firmado por Scioli, hay un punto común: nadie cuestiona la vocación de abrir el negocio a las petroleras internacionales asegurando para eso todas las concesiones que haga falta.