El día 29 de junio se llevó adelante una nueva audiencia en el juicio por los crímenes de lesa humanidad perpetrados en los centros clandestinos de detención Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes e Infierno. En esta oportunidad declararon los hermanos Fabio y Filemón Acuña.
Domingo 11 de julio de 2021 19:37
En primer lugar dio su testimonio Fabio Acuña, quien era la primera vez que declaraba en un juicio oral. Relató que era cabo segundo de la prefectura naval al momento de ser víctima del secuestro y que la noche del 25 de Noviembre de 1975, teniendo 23 años, salió a las 22hs de la guardia y se tomó el colectivo Río de La Plata hacia su casa cercana a la rotonda de Alpargatas en Berazategui.
Allí una persona se le sienta al lado y horas después, ya de madrugada, un grupo compuesto por alrededor de siete hombres armados pertenecientes a las fuerzas armadas y de seguridad que estaban de civil, se presentaron en su casa, lo esposaron, lo vendaron y lo trasladaron junto con su hermano y su novia. El primer lugar donde les llevaron y escuchaba gritos de tortura lo desconoce.
Luego de algunas semanas allí les trasladan a Brigada de Quilmes donde pudo recibir la visita de su hermano y donde permaneció treinta días. Posteriormente les llevaron a la comisaría 8va de La Plata por dos semanas y luego a Campo de Mayo por una semana y media. El periplo que sufrió se completó con un mes en la cárcel de Devoto donde tanto él como su hermano Filemón pasaron a estar a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, la detención en la Unidad 7 del Chaco por seis años y en la Unidad de La Plata desde donde luego de unos meses recuperaron la libertad.
En el traslado a Chaco los golpearon muchísimo: “El avión se movía del maltrato que recibíamos”. Como consecuencia de esos golpes relató que lo operaron de un tumor en el estómago. Describió la cárcel de Chaco como un campo de concentración, se encontraban aislados, los verdugueaban, pasaban mucho tiempo sin comida y luego con comida muy mala, durante el año 1977 y 1978 sin visitas y en los años que recibieron visitas les familiares sufrían vejámenes. Llegó a bajar veinte kilos. En un momento se llevaron personas detenidas que después fusilaron en la conocida masacre de Margarita Belén.
Su prima Dionisia Cano, que lo visitaba durante un corto lapso de tiempo antes del golpe genocida, está desaparecida. Manifestó que una vez liberado quiso entrar de nuevo a prefectura y no lo aceptaron por su comportamiento en el campo de concentración en donde luchaba por sobrevivir y se apoyaba en los demás: “Había que aguantar para no quebrarse, era una tortura continua”. Lucha que hoy, según sus palabras, continúa por sobrevivir.
En un momento de su secuestro fueron del juzgado 3 de La Plata el juez y fiscales a entrevistarlo, situación sobre la que luego se refiere su hermano Filemón.
En la Brigada de Quilmes estuvieron alojados en celdas en el tercer piso. Los policías se hacían llamar por apodos. Las condiciones de detención eran inhumanas, comían restos algunos días y llegaban a pasar hasta cuatro días sin comer.
Luego de la Unidad 7 en Resistencia, Chaco, los trasladaron a la Unidad 9 de La Plata, desde donde los liberan en Noviembre de 1981. Luego estuvieron con libertad vigilada, Fabio cada 24 horas se presentaba a constatar que no se había fugado, durante siete meses y Filemón, durante un año recibía diariamente el control policial en su domicilio.
Sobre las consecuencias en su vida de todos estos años de secuestro y prisión Fabio mencionó, además del tumor que: “De la vida me sacaron un pedazo”. Pronuncia estas palabras llorando y guarda silencio durante unos minutos. “Tuve que empezar de nuevo, trabajé en construcción, changas. Pienso que todo fue muy injusto pero a pesar de todo sigo luchando”.
En segundo lugar declaró su hermano, Filemón Acuña, quien trabajaba en Peugeot, era militante político y tenía 25 años al momento de su secuestro. Filemón manifestó que durante la madrugada del 26 de noviembre de 1975 les tiran la puerta abajo en donde se encontraba su hermano, su compañera y una pareja de vecines del barrio que estaban viviendo con elles, robando todo lo que pudieron. Lo interrogan a él y luego lo llevan vendado, junto con su hermano y su compañera, María Rosa Ortiz, con destino desconocido, llegando a un lugar donde lo torturaron con golpes y picana eléctrica, preguntándole por actividades políticas.
Relató el mismo periplo del horror que sufrió junto a su hermano, y una parte junto a quien era su esposa en ese momento, María Rosa Ortiz de 20 años que fue liberada en 1979. Agregó que era el Juez Adamo quien estaba a cargo del juzgado Nro 2 de La Plata cuando les arman una causa a él y a su hermano, acusándolo a él de tenencia de propaganda.
Desde el golpe estuvieron incomunicados hasta después de la visita de la Organización de Estados Americanos (OEA) en 1979 a partir de la cual el régimen cambió, comenzaron a tener visitas de la familia hasta el traslado a la Unidad 9. Filemón recuperó su libertad en abril de 1982. Estaba muy mal económicamente después de salir de la cárcel, estuvo con sus padres y con poca posibilidad de trabajar, con la policía encima de él: “Conseguía un trabajo y la policía le decía a quien me daba trabajo que era un sujeto peligroso. Me impidieron trabajar”. Vivió una etapa muy difícil después de su liberación, sus padres tampoco tenían recursos.
La próxima audiencia se llevará a cabo de manera virtual el martes 13 a las 9hs y será retransmitida por La Izquierda Diario.