Película. Los intrusos

Resulta notablemente inglesa esta forma elusiva y detallada de un film que podría haber resultado gore en otras manos (en una producción alemana o norteamericana), incluso con estos mismos intérpretes. Si bien el suspenso se sostiene en la primera hora de la película, después todo se inclina hacia cierta previsibilidad, como si uno de alguna manera pudiese adivinar qué es lo que sigue.

Como ejercicio de estilo en una ópera prima aún posee su mérito (más en este género de terror y suspenso) y las talentosas actuaciones principales la vuelven un registro creíble de un argumento pequeño, pero no por eso menos sólido. Se trata de The Owners (Los propietarios) que aquí se retitula Los Intrusos, intentando centrar la trama en quienes irrumpen en la mansión y no en sus dueños, quizás para mantener mejor cuidado el secreto.

Se trata del primer largometraje del director francés Julius Berg que tiene una interesante trayectoria como director, en su país, de la destacada miniserie conocida como El Bosque (La Forêt - 2017), de contenido policial y sostenido suspenso. Previamente había dirigido un corto de ciencia ficción llamado Off, también en Francia. Éste, que marca su debut del otro lado del “Canal de la Mancha”, cuenta con producción británica y también una mayoría de actores de esa nacionalidad, que encabeza la muy recordada, por su rol de Arya Stark en Game of Thrones, Maisie Williams (de reciente aparición en la cinta sobre los jóvenes X-Men llamada Los nuevos mutantes – también de 2020, en el papel de la mutante alemana que se transforma en loba, Rahne Sinclair o Wolfbane –Loba Venenosa en español).

Aquí se encarga de dar vida a Marie, quien en principio pareciera un rol secundario al ser una víctima involuntaria del accionar delictivo de su novio Nathan (Ian Kenny –Han Solo: Una historia de Star Wars, 2018) quien junto al ex de la hermana de Marie, su amigo, Terry (Andrew Ellis), un joven con problemas de sobrepeso y autoaceptación, de carácter muy fácilmente influenciable, son arrastrados por el malviviente Gaz (Jake Curran, de Maze Runner: La cura mortal y Oliver Twist) a irrumpir en la casona señorial de una pareja de ancianos, con el fin de penetrar en los secretos de su bóveda que piensan repleta de dinero: el doctor Huggins y su esposa Ellen, antiguamente su enfermera asistente. Estos roles recaen respectivamente en el actor escocés Sylvester Mc Coy (séptima encarnación del célebre Doctor Who para la televisión inglesa) y la muy inglesa Rita Tushingham (la Tonya de Doctor Zhivago, 1965). Serán ellos, junto a Maisie Williams, las actuaciones más destacadas y el verdadero sostén del film.

Sin alimentar falsas expectativas, puedo decirles que la ópera prima de Julius Berg va a resultarles entretenida y por momentos brillante, con cierto regusto a los mejores exponentes del género. Es una historia no pocas veces transitada la de los jóvenes sin un futuro en sus comunidades que planean hacerse ricos de la noche a la mañana asaltando a una pareja de ancianos y que no termina como lo habían previsto, ante la premisa de: “qué hicieron ellos para tener semejantes lujos mientras nosotros vivimos en la pobreza”. Sin tener una lectura social o política que acompañe semejante choque de clases, se centra en los hechos sin dar demasiada explicación de las historias previas, incluso dejando algunos cabos sueltos, que podrían ameritar cierta precuela o son fruto de un guión inacabado que no se detuvo a cerrar esos detalles.

Es otra película que llega hasta nosotros desde la grilla de Netflix. Les dejamos a ustedes el veredicto final que esperamos puedan compartir en los comentarios.