Polémica con una nota publicada en Página 12, sobre los maestros de Oaxaca, de la periodista Sandra Russo.
Miércoles 29 de junio de 2016
En su nota del sábado pasado, en Página 12, titulada “Los maestros de Oaxaca”, Sandra Russo señala que: “De hecho, uno de los principales conflictos de los que, de todos modos, salió indemne Macri en su gestión porteña, fue el que mantuvo con los docentes cuando intentó implantar un régimen de evaluación periódico para eliminar las plantas permanentes y reducir el número de educadores (si la memoria no me falla, aquella vez los docentes fueron expulsados de la puerta de la Legislatura por barrabravas. A los medios no les mereció consideración ese hecho, a pesar de que participan del discurso “qué terrible la violencia en el fútbol”). Esa medida era la puerta abierta a la privatización de la educación pública, porque las evaluaciones iban a ser tercerizadas. Precisamente ésa es la base de la Reforma Educativa a la que se resistían los maestros de Oaxaca que el domingo pasado fueron salvajemente reprimidos, gaseados, apaleados y baleados. Los números varían, pero ubican el número de muertos entre los 8 y los 15, y agregan un número similar de heridos de bala y otros tantos de desaparecidos: alrededor de sesenta víctimas. Hay que tener en cuenta que cuando en México desaparece gente, pocas veces reaparece”.
En primer lugar, el ataque desplegado contra el magisterio en Oaxaca, que cobró el 19 de junio las vidas de hasta ahora 11 manifestantes, tiene un entramado de intereses económicos detrás. Por un lado, la imposición de la mal llamada reforma educativa tiene la finalidad de liquidar la estabilidad laboral del magisterio y degradar sus condiciones de trabajo.
También conlleva cargar a madres y padres de familia con los gastos de mantenimiento de los establecimientos educativos. Asimismo, en el ámbito de los planes de estudio, el secretario de Educación pretende reducir los conocimientos impartidos a la lectoescritura y destrezas matemáticas básicas. O sea, dar los elementos mínimos para formar una mano de obra eficiente que no cuestione nada. Pero esto no es todo lo que se juega en la movida gubernamental. La campaña mediática centrada en desprestigiar al movimiento magisterial, así como las detenciones arbitrarias de activistas y dirigentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) buscan eliminar a este sindicato que cuenta con gran prestigio entre amplios sectores.
Por esto comparar la lucha de México con el Instituto Evaluador, es un poco forzado y además erróneo, ya que la lucha de los docentes de la Ciudad de Buenos Aires que explica Russo no fue por esto, sino por la eliminación de las juntas de Clasificación y Disciplina. En dicha lucha, la conducción kirchnerista de UTE, dejó pasar este ataque y entregó esta conquista de los docentes. Sobre este punto, Russo no se pronuncia.
Para no ir tan lejos, en la historia de pactos del PRO con los K, el viernes 4 de diciembre del 2015, se votó en la Legislatura Porteña un paquete de leyes a las apuradas, en el que estaba incluido el proyecto de la diputada del PRO Morales Gorleri para eliminar las elecciones democráticas de las juntas docentes, además del presupuesto para la Ciudad de Buenos Aires del año 2016. En un pacto con los diputados del Frente para la Victoria, el PRO logró hacer aprobar este proyecto, con 50 votos a favor, 4 en contra y 3 abstenciones. Una vez más, atacan a la educación pública y los derechos de los docentes.
Un análisis sin autocrítica
Este análisis de Russo, oculta que los avances de Macri en atacar la educación pública se dieron de la mano del aval de la conducción de UTE y Ctera de López y Baradel que, del mismo modo que en estos seis meses de gobierno de Macri a nivel nacional le han dado tregua al ataque de Cambiemos a la educación pública y a los docentes, hicieron lo mismo con Macri en la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Es que atacar al macrismo ahora, es fácil. Lo que no es fácil es sostener que el gobierno de Cristina Fernández, la madre del proyecto, no ha sido un gobierno que se ha destacado por sus ataques al movimiento obrero y a los docentes, solo por recordar la saña del gobierno nacional de Cristina y del provincial de Scioli con los indomables de Lear, o la lucha heroica de los 17 días del 2014.
Es que tanto macristas como kirchneristas son herederos y continuadores de la nefasta Ley Federal de Educación, que aunque avanzó en la provincialización de la educación, no ha podido llevar la educación pública en Argentina al nivel de Chile, donde la educación privada rige y se impone en la vida política nacional y solo ha sido cuestionada y obligada a retroceder y dar ciertas condiciones al movimiento estudiantil subproducto de la lucha heroica de decenas de miles de estudiantes que han puesto su lucha por la educación pública gratuita en el centro de la escena política nacional.
Los docentes trabajan 4 horas y tienen 3 meses de vacaciones, ¿alguien se acuerda?
Un primer paso para implementar la evaluación es lograr cierto “consenso” en la sociedad y en los docentes en particular, tras años de segmentarlos entre el que “falta a trabajar” y el que no. La descalificación constante del trabajo docente va en este sentido, a tono con una de las premisas del neoliberalismo: atacar los trabajos “más reconocidos” y así instalar la idea de que los docentes son vagos y, en última instancia, lo mejor es la escuela privada donde “no hay paros”. Es, también, una forma de atacar el derecho a huelga.
El ya famoso y recordado discurso al inicio de las sesiones legislativas de CFK, diciendo que los docentes son vagos, trabajan 4 horas y tienen 3 meses de vacaciones, abona a este tipo de proyectos neoliberales pedagógicos donde el eje está puesto en el ajuste, pasando primero por lograr un consenso perjudicial contra los docentes.
O en el spot de Sergio Massa en la reciente campaña electoral donde se decía: “Yo voto a Massa, es el único que tiene propuestas para mejorar la educación, porque no es justo que cobre lo mismo el que trabaja, que el que no trabaja o el que busca excusas para faltar”.
En Argentina, el kirchnerismo ha demostrado su odio a los docentes: desde el discurso de CFK en el Congreso de la Nación en 2011, donde los acusó de trabajar cuatro horas y tener tres meses de vacaciones, hasta la saña con la que gobernadores k atacan a los trabajadores de Santa Cruz y Tierra del Fuego para doblegar sus reclamos.
Por esto, contra el ataque a la educación pública de Macri en el presente y de los kirchneristas en la década pasada, hay que poner en pie una corriente política de independencia de clase, que sin sectarismos le plantee a los honestos y de base trabajadores kirchneristas, que sólo sumando sus fuerzas al FIT pueden canalizar su odio a la casta política kirchnerista y a la macrista, y a su política a favor de la provincialización y privatización de la educación junto al ataque a las conquistas laborales de los trabajadores de la educación.
Sobre este punto, Russo, sostenedora desde 6,7,8, de un proyecto de supuesta “transformación social” desde el Estado burgués y sus instituciones, ha terminado en el gobierno de Macri. Un discurso que aplaude lo “positivo” pero silencia “las contradicciones”; donde las “conquistas” tienden a desvanecerse, frente a un gobierno todo lo neoliberal que se puede ser; donde la “resistencia con aguante” no la encabezan ni el kirchnerismo (que aplica el ajuste en Santa Cruz y Tierra del Fuego) ni los grandes sindicatos. Lo que queda claro es que para muchos “convencidos”, entra en crisis un proyecto que los había enamorado.
Sandra Russo, aún hoy es una periodista que se reivindica kirchnerista y se refugia en la pregunta de CFK: "¿están mejor o peor que antes?". Claramente se está desarrollando un ajuste como no se vió en los últimos 15 años. Para tomar un dato, las paritarias a la baja sólo son posibles por la estructura sindical burocrática que sostuvo al gobierno anterior, por no hablar de los recortes en educación y salud, que se apoyan en el presupuesto que el propio kirchnerismo votó el año pasado. Pero hoy el kirchnerismo “desde el llano”, quedó al desnudo. Enredado en los mismos negociados corruptos que todos los gobiernos capitalistas utilizan para construir poder a través de la obra pública.
Sin embargo, no todo está perdido para los que realmente tengan la convicción de enfrentar al macrismo como proyecto neoliberal y ajustador. Es que lejos de lo que quiso instalar el kirchnerismo diciendo que a la izquierda estaba “la pared”, hay otra militancia posible, opuesta a la casta privilegiada que gobierna al servicio de los capitalistas. Así como hay una política al servicio de los capitalistas, hay otra política, de otra clase, que viene de abajo hacia arriba.
Y en ese camino viene avanzando, a paso firme, el Frente de Izquierda. Con dirigentes obreros que han rechazado millonarias “coimas” para abandonar sus luchas. Con diputados como Myriam Bregman y Nicolás del Caño que cobran como una docente y, mientras donan parte de sus dietas a los trabajadores en huelga, exigen que todos los funcionarios cobren igual y sean revocables.
Los docentes del PTS en el FIT nos proponemos organizar la resistencia desde abajo, sin compromisos con los burócratas millonarios que se venden por nada como Baradel o Yasky, que no enfrentan la entrega, el ajuste y la represión de Cambiemos ni de los gobernadores. Nuestra militancia enfrenta el ajuste y llama a los docentes a impulsar agrupaciones comunes en todo el país, a que pongamos en pie una red nacional de corresponsales docentes de La Izquierda Diario con decenas de compañeros independientes en cada lugar de trabajo, desde cada escuela.
Ariel Iglesias
Nació en Buenos Aires en 1969. Es docente (jubilado). Militante del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Escribió en Ideas de Izquierda "La Educación en el país de los soviets"; "Chubut: Crónica de un triunfo popular contra la Megaminería". Escribe y edita La Izquierda Diario+ en Chubut.