Durante esta semana se volvió a abrir la discusión sobre el bochazo en medicina. Las polémicas declaraciones públicas de las autoridades de la Facultad de Cs. Médicas de la UNCuyo que fueron levantadas por los medios de comunicación mendocinos “casualmente” dos semanas después de que se dieran a conocer las cifras del ingreso.
Viernes 18 de marzo de 2016
Haciendo un análisis de los argumentos falaces que esgrimieron, claramente intentan camuflar el elitismo reinante en la carrera, desviando la discusión hacia una lógica que contrapone la cantidad de estudiantes a la calidad educativa, o da por hecho que; el ingreso irrestricto vulneraria los derechos del paciente. El principal problema que señalan es el “bajo nivel académico” de los secundarios que repercute en las cifras de desaprobados. También plantean que la capacidad edilicia y docente, no es adecuada y colapsaría la faculta, como el sistema de cursado en los hospitales.
Luego de la reforma cosmética que se llevó acabo el año pasado a la menemista Ley de Educación Superior, particularmente en el artículo 7, dejan en claro que “Todas las personas que aprueben la educación secundaria pueden ingresar de manera libre e irrestricta a la enseñanza de grado en el nivel de educación superior. Este ingreso debe ser complementado mediante los procesos de nivelación y orientación profesional y vocacional que cada institución de educación superior debe constituir, pero que en ningún caso debe tener un carácter selectivo excluyente o discriminador”.
Por el contrario, y en sentido opuesto a la modificación, para las autoridades “en algún momento hay que aplicar la selección” como declara el Decano de Cs. Médicas Pedro Estéves, también mencionó “Ahora, ingresa un grupo seleccionado y hay que perderle el miedo a la palabra seleccionado”. Estas declaraciones dejan en claro que pesar de la reforma, van a seguir “seleccionando” un grupo privilegiado que pueda acceder a la educación. También recalcó que “es absolutamente imposible mantener la calidad educativa si hay ingreso irrestricto” y que “tenemos una capacidad educativa limitada por los hospitales, centros de salud, materiales de estudio y aparatología. Pero aunque se hiciera un gran esfuerzo y se aumentara el presupuesto no la alcanzaría. Porque nosotros trabajamos con pacientes que tienen derechos”. Por un lado, el decano afirma que mientras existan menos ingresantes o más bochados, mejor es la calidad académica de la carrera. Negando por completo la posibilidad de que ingresen todos los que quieren estudiar y que a la vez la facultad brinde los conocimientos necesarios para los primeros años. Si partimos de la realidad actual del curso de nivelación que brinda la facultad, se puede corroborar que la mayoría de los que ingresan, provienen de pre-universitarios privados. Esto se debe fundamentalmente a dos razones, la diferencia abismal entre los contenidos y las horas de cursado que existe entre la preparación que brindan los pre-universitarios privados y el de la facultad, sumado a que los institutos privados cuentan con un método de enseñanza basado en la realización cotidiana de ejercicios similares a los que se toman en los exámenes de ingreso, información con la que no cuentan los que no pueden costear un instituto privado.Y por otro lado, es real que se debería aumentar el presupuesto conjuntamente a la implementación del ingreso irrestricto, para garantizar las condiciones materiales que; permitan a todos los ingresantes cursar de forma adecuada, manteniendo el “nivel” académico, como la ampliación de la planta de docentes y no docentes, y la construcción de nuevas aulas de serlo necesario. Finalmente, intentando justificar el carácter elitista y limitacionista, argumentando que no existe una proporción adecuada de pacientes ni de médicos suficiente para el cursado del ciclo clínico y que el ingreso irrestricto iría en contra de los derechos del paciente. Cuando en la actualidad existen una capacidad de internación de 2.346 camas repartidas entre los 22 hospitales públicos de Mendoza. Sin mencionar, que se cuenta con el Hospital Universitario, la mejor solución para la problemática de las prácticas hospitalarias sería la puesta en marcha del mismo, que actualmente no está completamente activado y que podría ser la solución a la hora de formar a más estudiantes de la salud. Allí podrían hacer prácticas muchos alumnos, y serían prácticas controladas por profesores.
En la misma sintonía el secretario académico Roberto Miatello, ferviente defensor del ingreso restrictivo e ilegal, dió cifras que no se correlacionan con la realidad por un lado, tratando de argumentar que del total de inscriptos, 1000 aproximadamente no sabía rendir un examen universitario o no les interesa verdaderamente la carrera y por eso no se presentaban a rendir los exámenes. El nivel de sinismo es impresionante, ya que no se hace mención de las verdaderas causas de deserción del cursillo de nivelación que brinda la facultad, que empiezan por un aracelamiento de los cuadernillos de 400 pesos, seguido por las pocas horas de cursado y el deficiente nivel en los contenidos respecto a lo que después se toma en los exámanes. Todos estos factores, sumados a los horarios de cursado del carrera en los primeros años, que no permiten trabajar y estudiar son los verdaderos motivos por los cuales más de la mitad de los inscriptos no se presentan a rendir, ya que por un lado advierten que con el cursillo de nivelación que brinda la facultad simplemente no van a poder aprobar los exámenes y en el caso de aprobarlos, tampoco podrían estudiar debido a la imposibilidad horaria de trabajar y estudiar.
Para el secretario “Esto da un poco de miedo si uno piensa en dejarlos entrar a todos” o que “ni con cuatro edificios nuevo sería posible, porque habría que reformar el plan de estudios que fue pensado para tener educación lo más personalizada posible”. También habló sobre las acreditaciones de la CONEAU que ha recibido la facultad y que por ello está entre la mejores. Miatello se horroriza ante el hecho de que se abran las puertas de la facultad, pero ni un poco de escozor le causa limitar la formación de nuevos profesionales de la salud, que podrían contribuir a revertir en parte la profunda crisis que afecta al sistema de salud público, ya que parte de esta crisis es la falta de profesionales entre otros varios factores.
Pero como mensaje concreto desaprobaron a un 25% más que el año anterior cuando era “legal” dicho examen. Este es un claro mensaje hacia el movimiento estudiantil de que los intereses de las autoridades y el gobierno, no son los mismo que los de esos miles de jóvenes que quieren acceder a la educación pública y son limitados para generar un gran negocio con la educación, a través de los pre-universitarios y las universidades privadas.
Para todos aquellos hijos de trabajadores y sectores populares que no pueden siquiera acceder, los filtros hoy no son solo los exámenes sino los ciclos de ingreso como el CBC, la falta de comedores, la imposibilidad de acceder a una jornada laboral reducida, el costo de los materiales.
En estos años de la mano de rectores kirchneristas y radicales en todas las universidades se avanzó en la mercantilización a través de la acreditación de carreras bajo las exigencias de la CONEAU: se sacaron contenidos de grado para pasarlos a posgrados pagos, se degradaron carreras a tecnicaturas para las grandes empresas. Hoy existe 2744 posgrados acreditados en todo el país según los datos mismos de la CONEAU, más de la mitad florecieron con el kirchnerismo mientras se atacaron las carreras de grado.
Una educación de calidad al servicio del pueblo trabajador y no de los intereses del mercado, empieza por anular la LES y triplicar el presupuesto educativo en base al no pago de la deuda externa bajo control democrático de estudiantes, docentes y no docentes. Para esto, insistimos en la necesidad de que la FUC y los Centros de Estudiantes se pronuncien en contra de estos ataques y llamen a organizar un plan de acción en defensa de la educación pública. Desde La Izquierda Al Frente, te invitamos a sumarte a la resistencia que ya se viene desarrollando contra el plan de ajuste, despidos y represión que la UCR-PRO junto al PJ están descargando sobre la espalda del pueblo trabajador.