La patronal quiere proteger sus ganancias a costa del erario público.
Martes 19 de mayo de 2020
En un comunicado, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) se lamenta de que el gobierno federal no ha apoyado a los empresarios y pide que éste contribuya asumiendo parte de los salarios de sus trabajadores.
Le llaman “salario solidario” y representaría el 1.2% del producto interno bruto durante tres meses, o sea, 0.4% mensual.
Para los trabajadores de bajos ingresos, es decir, aquellos que ganan hasta tres salarios mínimos, las aportaciones entre el gobierno y la empresa serían por partes iguales. Así se podría mantener el 100% de sus ingresos, chantajea la Coparmex.
Para los trabajadores de ingresos medios y altos la medida sería reducir sus percepciones. El chantaje, en este caso, es que mediante esta “contribución pasiva” del trabajador la empresa no perdería su liquidez y podría mantener su plantilla laboral completa.
Para la Coparmex es urgente la implementación del salario solidario para que las empresas puedan subsistir, considerando además que, según ellos, los “generadores de empleo” son los principales contribuyentes de impuestos y de la seguridad social.
La gran patronal no puede ser más cínica (es un decir). No les basta con acumular riquezas a partir de la explotación de los trabajadores, de extraerles plusvalía (trabajo no remunerado) en condiciones laborales cada vez más precarias; no es suficiente con que el gobierno haya tolerado cientos de miles de despidos, reducciones salariales y continuidad de actividades no esenciales durante la contingencia sanitaria; tampoco que ahora tenga aval oficial la criminal vuelta al trabajo en las maquilas y se prepare la reactivación de las industrias automotriz, minera y de la construcción, en plena fase tres de la pandemia. Como es sabido, la voracidad capitalista no tiene límites.
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Detrás de la retórica hipócrita de la Coparmex de “salvar el empleo”, lo que está es el interés por proteger sus ganancias a costa del erario público.
Frente a la crisis sanitaria, económica y social los grandes empresarios no tienen nada que ofrecer. Son los trabajadores, que producen la riqueza y lo mueven todo, quienes pueden dar una salida a favor de las grandes mayorías, atacando necesariamente los intereses de los capitalistas.
Organizados, imponiendo la unidad a las burocracias sindicales (la mayoría de las cuales están mirando para otro lado) y sin ninguna confianza en el gobierno, es posible la lucha de los trabajadores por demandas como la prohibición de los despidos, licencias con goce de sueldo al 100% en los sectores no esenciales, test masivos para la detección del virus antes de cualquier reinicio de actividades, y que toda empresa que cierre o viole estas disposiciones sea expropiada y reconvertida para producir, bajo control obrero, lo necesario para enfrentar la pandemia, además de impuestos extraordinarios a las grandes fortunas, entre otras.
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