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Red Internacional
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Farsa constituyente. Los mínimos comunes del oficialismo: FA y PC de rodillas ante la vieja Concertación

A pesar de que las coaliciones políticas del gobierno de Boric competirán por separado en la próxima contienda electoral constitucional, estas acordaron en una mesa programática convocada por el oficialismo, cinco ejes para plantear en la “nueva constitución”. Relacionados con el sistema político, la llamada “economía sustentable”, la igualdad de género y la lucha contra la corrupción. Todo lo cual a simple vista pareciera aceptable, pero que en el fondo se erige como un nuevo engaño ya que todo esto se pretende hacer sin tocar los pilares del régimen del 80.

Sábado 18 de febrero de 2023

A pesar de que las coaliciones políticas del gobierno de Boric competirán por separado en la próxima contienda electoral constitucional, estas acordaron en una mesa programática convocada por el oficialismo, cinco ejes para plantear en la “nueva constitución”. Relacionados con el sistema político, la llamada “economía sustentable”, la igualdad de género y la lucha contra la corrupción. Todo lo cual a simple vista pareciera aceptable, pero que en el fondo se erige como un nuevo engaño ya que todo esto se pretende hacer sin tocar los pilares del régimen del 80.

Según se pudo ver por la prensa, los constitucionalistas de la ex concertación satisfechos con su rol y objetivos políticos celebran que el PC y el FA dejarán atrás los “maximalismos” que según ellos caracterizó a la coalición de gobierno durante la convención constitucional.

Es decir, celebran que lograron moderar aún más el programa de los partidos de Boric y Vallejos. lo cual desde el punto de vista de los intereses del gran empresariado y el régimen político es el rol que la ex concentración ahora autodenominada “socialismo democratico” tenia que venir a jugar en este nuevo ciclo político, es decir ser el factor que dé confianza a la burguesía para la ejecución de un proceso constituyente a su medida.

El PC ya totalmente integrado a los partidos del régimen heredero de la dictadura, sabiendo usar su puesto de pata izquierda del intento de restauración del orden neoliberal, pretende darle un aire de progresismo a esta nueva cocina parlamentaria, la cual tarde o temprano fracasará rotundamente ya que no tiene que ver con estilos de gobierno y leyes que reglamenten un funcionamiento ideal del estado neoliberal chileno, sino con la estructura de un modelo que lejos de desaparecer, busca blindarse y oxigenarse para lograr sobrevivir, custodiado por los partidos del gobierno y su ya decadente fraseología progresista.

Salen los “maximalismos” entran los “mínimos comunes”

En las catacumbas de la ex concertación celebran esta supuesta “superación” del FA y el PC, ya que según su lectura la convención “fracasó” por la radicalidad de estas tiendas durante el proceso constitucional. Lo cual supuestamente provocó el rechazo de la población a la propuesta de nueva carta magna. Por el contrario, desde nuestra óptica el problema no estuvo ahí, sino más bien en que la población no vió en la convención una salida concreta a sus demandas y problemáticas agravadas durante estos últimos 30 años. Cuestión que es absolutamente cierta, sobre todo reconociendo que la convención se erigió como el desvío institucional de la revuelta popular.

El pueblo trabajador no quiere pirotecnia ni nuevas cocinas parlamentarias, quiere soluciones pensadas en sus intereses, de ahí las demandas de aumento de sueldo, del fin de las AFP, educación y salud gratuita, de recuperación de los recursos naturales etc. Cuestiones que la propuesta constitucional anterior no garantizaba y que sin duda este nuevo espectáculo en las alturas del régimen tampoco garantizará.

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Así el PC y el FA terminan de dejar atrás sus supuestas banderas de lucha.
En nombre de una pretendida “responsabilidad republicana”, olvidan ciertas cosas que molestaban a los capitalistas, relacionadas con la propiedad del agua, la propiedad privada, el carácter del Estado y la democracia representativa.

Lejos de reconocer su bancarrota política, en Apruebo Dignidad plantean demagógicamente que luego de este acuerdo siguen manteniendo su programa de “Estado social democratico y de derecho”. Asumiendo según ellos, la tarea de “corregir progresivamente” las desigualdades sociales.

Sin tocar los pilares estructurantes del Estado neoliberal, como la privatización de los servicios, recursos naturales y empresas estratégicas, sin tocar un pelo de la regulación laboral y de las policías, el problema de la restitución de territorios ancestrales etc. Personeros de Apruebo Dignidad plantean que estos “mínimos comunes” serían “un evidente progreso” comparado a la constitución vigente.

Lo cual no tiene nada de meritorio, ya que casi cualquier cosa podría ser mejor que la constitución de Pinochet, Guzmán y Lagos. Más aun reconociendo que el pueblo trabajador, las mujeres y la juventud no salieron a la calle, soportando represión, mutilaciones y asesinatos el 2019-2020, por sus vergonzosos “mínimos comunes”, sino por mucho más, a saber, por acabar con todo el lastre de la herencia dictatorial. Esa es la tarea que para nosotros y nosotras continua planteada.