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Red Internacional
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Política. Los posibles candidatos a la jefatura de la CDMX

Después de la encuesta de Morena y la elección del Frente Amplio por México donde se definieron las candidatas presidenciales Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, respectivamente, el siguiente proceso esperado con altas expectativas es la elección de los candidatos para la jefatura de gobierno en la Ciudad de México (CDMX).

Miércoles 4 de octubre de 2023

Si bien desde hace varios meses, varios políticos mostraron sus intenciones de contender por el puesto, diversas encuestas ponen a ciertos personajes como los principales contendientes.

Las nuevas corcholatas de Morena

Del lado de la 4T, desde hace varios meses, Clara Brugada planteó abiertamente su deseo de participar en la contienda. La ex alcaldesa de Iztapalapa se presentó como la opción principal de Morena para las elecciones y tiene un amplio recorrido político en la ciudad.

Pero hace unos días Martí Batres, Jefe de Gobierno, anunciaba la renuncia de Omar García Harfuch, ex Secretario de Seguridad de la CDMX, para participar en la contienda interna de Morena para dirigir la ciudad. Apenas se destapó como candidato recibió muchísimo apoyo de diversos sectores. Hay encuestas que lo presentan al frente del resto de sus compañeros de partido y otras lo posicionan en segundo lugar, después de Clara Brugada, si bien la diferencia de puntaje es mínima.

La elección de Harfuch muestra una clara postura por parte de la 4T, de conciliación con los actos aberrantes de las administraciones pasadas. Harfuch fue uno de los personajes involucrados en el caso Ayotzinapa; en ese momento se desempeñaba como jefe de la Policía Federal en Guerrero. A pesar de los cuestionamientos por el papel que desempeñó en el caso, Claudia Sheinbaum lo eligió como jefe de la policía capitalina.

El tercer prospecto a la candidatura es Hugo López Gatell, figura clave durante el primer año de la pandemia pues era el encargado de encabezar las conferencias vespertinas.

Durante esos primeros meses, la 4T lo utilizó como figura conciliadora ante los difíciles tiempos en los que el COVID cobró la vida de miles de personas en el país.

La otra figura que aspira a la candidatura es Mario Delgado, dirigente de Morena, quien se ha mostrado afín a Claudia Sheinbaum, al grado de darle la espalda a Marcelo Ebrard en la encuesta por la candidatura presidencial.

Si bien Delgado tiene, al igual que Brugada, una amplia trayectoria política -ambos ex militantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD)-, todo parece indicar que la competencia será entre la ex alcaldesa de Iztapalapa y el ex jefe de la policía.

Candidatos de la oposición

Por el lado del Frente Amplio por México, Sandra Cuevas, ex alcaldesa de Cuauhtémoc, externó en un evento público sus deseos de contender por la jefatura de gobierno, a pesar de que hace tan solo unos meses declaró que estaba “asqueada” de la política mexicana y aseguró que se retiraría de la vida política.

Cuevas, al igual que Harfuch, presentan un discurso a favor de la policía y con claros tintes represivos. En redes sociales la ex alcaldesa ha sido duramente criticada por sus políticas de limpieza social que, disfrazas bajo el operativo “diamante”, han perseguido a comerciantes, jóvenes, trabajadoras sexuales y personas de la diversidad sexual.

Poe su parte, desde el año pasado, Santiago Taboada, alcalde de Benito Juárez, externó sus deseos de contender por el puesto. El panista fue reelegido para un segundo mandato en la alcaldía. También es la figura señalada por AMLO, así como lo hizo con Xóchitl Gálvez, como candidato ya preelegido por el Frente Amplio por México (FAM).

Kenia López es la otra candidata que figura como aspirante. La senadora panista ha pedido públicamente a la UNAM que revise el caso de plagio del que se le acusa a la jefa de gobierno. “Medir con la misma vara” fue la solicitud de la panista, en referencia al también supuesto plagio de Gálvez.

¿Hay opción más allá de la derecha y la 4T?

Aún falta por definir formalmente a los candidatos a la jefatura de gobierno de la CDMX, sin embargo, tenemos que considerar que hay varios contendientes que no solo tienen una trayectoria política amplia, sino que cuentan con un gran apoyo social. Como el caso de Clara Brugada, quien gobernó la alcaldía más grande de la CDMX, e impulsó ampliamente los programas sociales que implementó la 4T.

Si bien Morena ha impulsado una serie de políticas que en primer lugar parecen progresivas, como el aumento al salario mínimo y los programas sociales, la realidad es que es insuficiente ante la inflación actual. La precarización laboral aumenta cada día, incluso dentro de los mismos programas sociales (quienes laboral en ellos no son reconocidos como trabajadores sino como beneficiaros de un programa social).

También se ha criticado las políticas que la 4T ha implementado en el sector salud o en políticas públicas, por ejemplo, la militarización del país. A la guardia nacional se le designó, en el presupuesto de este año, 4 mil 700 millones de pesos. Dinero que hace falta en sectores como el educativo y el de la salud.

Todas estas contradicciones entre el discurso de AMLO y la aplicación de las políticas que en los hechos demeritan las condiciones laborales y de vida de la población, difícilmente cambiarán con la llegada de un nuevo candidato de este partido. Si con Sheinbaum se exacerbó la presencia policial y la criminalización, con la llegada de un candidato como Harfuch este tipo de políticas solamente se encrudecerán.

Por el lado de la oposición la situación es aún más compleja, pues se trata de un sector abiertamente neoliberal que antepone los intereses de los empresarios, en demérito de la calidad de vida de los trabajadores. Fue precisamente el PAN quien impulsó la militarización del país con la “guerra contra el narco” que cobró más den350 mil vidas. Principalmente el PRI y el PAN han apostado por políticas de precarización, pero pudieron llevarlas adelante con la conciliación del PRD, que durante muchos años se mostró como la “pata izquierda” de la política mexicana, pero pactaba cuando debía pactar.

En materia de represión social también es un sector al que no le tiembla la mano cuando ven necesario soltar a las fuerzas militares. Recordemos la matanza de Ayotzinapa en 2013 cuando Peña Nieto era presidente.

Ante todo, esto, no podemos confiar en que sean los mismos partidos del régimen -ya sean de la derecha o de la 4T-, que se han encargado de generar las difíciles condiciones que vivimos, aquellos que también le den una respuesta. Sus intereses están puestos en llenar los bolsillos de las grandes empresas con las que pactan, para llenar los propios . Ni siquiera con una representación como Morena, que muchos consideran el mal menor, dejará a un lado sus intereses para gobernar de manera justa. El último sexenio se demostró que es imposible gobernar para ricos y pobres, los pobres siempre terminamos perdiendo.

¿Qué podemos hacer ante esta situación? La única respuesta que nos queda es la de generar nuestro propio partido que sea socialista, anticapitalista y con independencia política de los partidos del régimen, en donde confluyan los trabajadores, las mujeres y la juventud con una perspectiva revolucionaria para darle salida a las grandes problemáticas y crisis que nos impone este sistema.

La única salida posible vendrá de nuestras propias manos.

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