Durante la crisis los grandes prestamistas se han beneficiado de la deuda generada por el Estado español a razón de 70 millones de euros diarios. La política neoliberal de los gobiernos de la UE, desde el Estado español hasta Grecia, ha sido garantizar este abultado negocio.

Carlos Muro @muro_87
Martes 28 de noviembre de 2017

A día de hoy se van conociendo tan solo algunos datos de los grandes negocios de las entidades financieras y grandes conglomerados bancarios. A “bombo y platillo” durante la fase más crítica de la crisis de la deuda por la que atravesó la UE, se repetía hasta la saciedad de que había que pagar la deuda generada por los “ciudadanos”.
Se les “olvidó” nombrar que no eran simples ciudadanos los que habían generado esta inmensa deuda, sino que los causantes han sido los distintos gobiernos de la UE -como los distintos gobiernos del PP o PSOE- junto con las grandes patronales industriales y financieras.
En concreto la deuda pública ha sido generada durante años por la administración central, las comunidades autónomas y los entes locales, con la permisibilidad estatal. Una deuda pública que equivale al 100% del Producto Interior Bruto (PIB) y los intereses derivados de ella casi duplican, por ejemplo, el gasto del Estado en prestaciones por desempleo.
Los “buitres” se benefician de la miseria
Mientras la población trabajadora sufría recortes, precariedad, paro o miseria por una crisis que no habíamos generado nosotros -y que incluso se nos acusaba de vivir por “encima de nuestras posibilidades”- los grandes prestamistas del Estado español y sobre todo las multinacionales, se beneficiaron de la deuda generada por los mismos gobiernos, que tan sólo en 2017 les reportará unas ganancias del orden de los 30.000 millones de euros.
Si sumamos todos los intereses que ha pagado el Estado a sus acreedores desde el inicio de la crisis en 2008, la cantidad resultante llega a los 255.000 millones (a razón de 70 millones diarios). Lo que representa una cuarta parte de la riqueza nacional.
Esa ingente cantidad va a parar, sobre todo, a inversores extranjeros, que han aprovechado las cuantiosas necesidades de financiación del Estado español durante la crisis para hacerse con algo más de la mitad de su deuda pública. En los años noventa, la participación que tenían era de apenas el 10%
¿Quiénes son los "buitres"?
Por orden de mayor peso encontramos a multinacionales de potencias como EEUU o China, como el caso de Blackrock, la mayor gestora mundial de fondos, o Pimco, líder en el mercado de renta fija, ambos estadounidenses. Por otra parte, encontramos al estado chino, que ha llegado a controlar el 12% de la deuda pública española.
De los acreedores españoles, el más destacado son las entidades de crédito y financieras, que han obtenido pingües beneficios de tomar dinero del Banco Central Europeo (BCE) prácticamente gratis y prestárselo al Estado a un tipo de interés que llegó a estar en el 4%.
El peso de capitalistas individuales también tiene relevancia, ya que normalmente tienen estrechas relaciones con el poder político del Régimen, aunque en estos años han llegado a controlar el 5% de la deuda pública, aunque el porcentaje viene disminuyendo como consecuencia del escaso atractivo de los tipos de interés que ofrece.
En tercer lugar encontramos a la Seguridad Social, cuyo Fondo de Reserva invirtió miles de millones en títulos del Tesoro antes de ser esquilmado. Algo similar ha sucedido con las aseguradoras, por lo general muy conservadoras, pero que a medio y largo plazo necesitan rentabilidades más altas
La deuda es una bomba de relojería que amenaza con estallar. Las consecuencias serán más recortes que nos harán pagar a nosotros, los trabajadores y las clases populares. Es necesario imponer con la lucha el no pago de una deuda ilegitima y la expropiación a los bancos y las grandes fortunas, para que la crisis no recaiga sobre nuestras espaldas, sino sobre la de los capitalistas que la generaron.

Carlos Muro
Nació en la Zaragoza en 1987. Es estudiante de Historia en la UNIZAR. Escribe en Izquierda Diario y milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.