Durante todo el estallido social, incluso antes, y ahora vimos directamente el rol que cumplen instituciones tan nefastas como lo es Carabineros de Chile, reprimiendo todos los días, dejando cientos de personas mutiladas, y asesinando, violando, torturando, en la más completa impunidad hasta el día de hoy.
Viernes 19 de febrero de 2021
Pasamos meses viendo todo lo que realizaba la yuta día a día en las calles, tanto en momentos de movilizaciones, como también en momentos en que no sucedía nada, en donde salían a reprimirnos, mutilarnos, asesinarnos, violarnos, torturarnos y muchas más acciones nefastas que realizaba, realiza y seguirá realizando la asquerosa y manchada de sangre institución de Carabineros de Chile.
Entre todas esas situaciones por tener a la yuta, se conocen diversos casos que fueron muy visibles y que siguen latentes hasta el día de hoy.
El caso del secundario Anthony Araya, víctima de la represión, quien fue arrojado al Río Mapocho por un policía durante movilizaciones en Santiago, dejándolo con distintas secuelas físicas y en un mal estado psicológico, luego de todo lo vivido. Esto fue comentado por el joven hace unos días: “psicológicamente no me siento bien. Al principio quise recuperarme, pero luego comencé a darme cuenta de lo que me pasó. Lloraba todas las noches, no paraba de llorar, no salía de mi pieza ni para comer”.
Pero, no es solo el caso de Anthony, también conocemos lo vivido por Mario Acuña, obrero, quien quedó en estado vegetal luego de las diversas golpizas recibida por los pacos; lo vimos también con el caso de Gustavo Gatica y Fabiola Campillay, quienes perdieron completamente su visión tras ser agredidos por carabineros durante el contexto de estallido social. En el caso de la mujer, no estaba en manifestaciones, sino que se dirigía a su trabajo cuando fue impactada por una lacrimógena.
Los casos mencionados anteriormente no son los únicos, son muchos los casos que están en completa impunidad hasta el día de hoy, en donde se remarca más que nunca que le entregan todo lo posible a la yuta, tanto para que nos repriman, como para cometer diversos delitos en donde lxs dejan en impunidad.
Si recordamos todo lo que ha realizado esta nefasta institución, no solo durante el estallido social, sino que antes y luego de la revuelta, se marca más que nunca que es necesario que una institución manchada de sangre tiene que desaparecer de una vez por todas. Es necesaria la unión de los distintos sectores como estudiantes, trabajadorxs, pobladores, mujeres y más, para exigir con toda la fuerza que tenemos, y que demostramos durante el estallido social, la disolución de Carabineros.
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