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Red Internacional
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Ola de sindicalización. Los trabajadores de Amazon se preparan para formar su segundo sindicato

El lunes, 1.600 trabajadores votarán para decidir si forman o no el segundo sindicato de Amazon en Estados Unidos. En respuesta, la empresa está utilizando todas las maniobras posibles para intimidar a los trabajadores y socavar la votación.

Domingo 24 de abril de 2022 13:40

Eduardo Munoz Alvarez/AP

La victoria del Amazon Labor Union (Sindicato de Trabajadores de Amazon, ALU) en Staten Island cambió el panorama del movimiento obrero estadounidense e inspiró a millones de trabajadores. El lunes se vota en otro almacén de Amazon de 1.600 trabajadores justo al otro lado de la calle, y lo que está en juego no podría ser mayor. Si tiene éxito, esta segunda victoria en el almacén LDJ5 consolidaría aún más el poder del ALU y demostraría que su primera victoria no fue una casualidad. También confirmaría la importancia del modelo de organización de base del ALU y aceleraría lo que parece ser una ola de sindicalización en otros almacenes de Amazon en todo el país. En respuesta, Amazon está aprovechando todas las oportunidades que puede para mentir, engañar e intimidar a los trabajadores con el fin de socavar el esfuerzo de sindicalización y anular la primera votación. Los trabajadores y los sindicatos de todo el mundo deben apoyar plenamente los esfuerzos de sindicalización del ALU en Staten Island y en cualquier lugar.

Como engranajes de una máquina

Amazon, que obtuvo beneficios récord el año pasado, construyó todo su modelo de negocio sobre la explotación de una mano de obra mal pagada, con exceso de trabajo y precaria. El salario inicial de la mayoría de los trabajadores de almacén a tiempo completo es inferior a 30 mil dólares al año, cuanto el MIT, una de las universidades más prestigiosas del país, calculaba para 2019 que se necesitaban cerca de 69 mil dólares al año para una familia 4 integrantes. Además la tasa de rotación, como informó el New York Times en junio, es del 150%, lo que significa que la gran mayoría de los trabajadores no pasan del primer año de empleo. Esto se debe a que la empresa trata a sus trabajadores como si fueran engranajes de una máquina, vigilando y midiendo cada uno de sus movimientos para poder ofrecer una entrega barata y rápida de sus productos en todo el mundo. Y es este modelo de negocio super explotador el que hace que Amazon sea tan increíblemente hostil a cualquier esfuerzo de organización que pueda amenazar sus beneficios, o su capacidad de controlar totalmente cada minuto de la jornada laboral de sus empleados. La empresa ha gastado millones de dólares para derrotar los esfuerzos de sindicalización en sus almacenes, incluyendo la presentación de más de 25 objeciones a la votación original en el almacén JFK8 en la que se consiguió formar el primer sindicato.

Como informó el sitio Labor Notes a principios de este mes, Amazon está utilizando una serie de tácticas sucias e ilegales para convencer a los empleados del almacén LDJ5 de que rechacen el sindicato. Los directivos y los representantes de la empresa han enfrentado a los trabajadores entre sí utilizando un lenguaje racista y sexista para difamar a los organizadores del sindicato. Han arrancado repetidamente las pancartas del sindicato y han destruido ilegalmente los panfletos y volantes en las zonas de descanso del almacén. Y han seguido obligando a los empleados a asistir a reuniones antisindicales en las que han desprestigiado a la UAL, han cuestionado la capacidad del sindicato para gestionar un presupuesto o negociar un contrato y han mentido a los trabajadores, afirmando que un sindicato podría llevar a una reducción de los salarios y de las prestaciones. Aunque estas reuniones son, por ahora, técnicamente legales, es ilegal amenazar a los trabajadores con reducir sus salarios si votan por un sindicato.

La empresa también ha contratado a consultores encubiertos para que se hagan pasar por trabajadores con el fin de convencer a los empleados de que voten no al sindicato. Al parecer, estos contratistas independientes cobran más de 3.000 dólares al día, incluso cuando la empresa sigue pagando a sus trabajadores del almacén menos de un salario digno. De hecho, uno solo de estos consultores podría cubrir los salarios de más de 25 trabajadores en el almacen LDJ5. Y quizás lo peor de todo es que la empresa está acosando e intentando intimidar a los trabajadores que apoyan los esfuerzos del sindicato. Al menos una empleada, miembro del ALU, fue amonestada y multada por "acosar" a sus compañeros cuando en realidad lo que hacía era hablar de la sindicalización. Este tipo de acoso e intimidación es claramente ilegal. Como establece la National Labor Relations Board (NLRB, un equivalente al Ministerio de trabajo, NdelT) "tu empleador no puede prohibirte que hables del sindicato durante tú jornada si te permite hablar de otros asuntos no relacionados con el trabajo".

Mientras que Amazon y otras empresas como ella han tenido mucho éxito a la hora de evitar este tipo de esfuerzos de organización en el pasado -la derrota de los intentos de organizar el almacén de la ciudad de Bessemer es quizás el ejemplo reciente más destacado-, el ALU consiguió romper ese patrón. Esto se debe en gran parte al modelo de organización de base del ALU. Por ejemplo, en el almacén JFK8, los trabajadores no se quedaron de brazos cruzados mientras la dirección les decía que debían votar no. En cambio, utilizaron esas reuniones obligatorias para hablar y organizar a otros trabajadores para que votaran sí, porque sabían que sus compañeros les cubrían las espaldas. Pero, en última instancia, el éxito de estas tácticas, que no son ni nuevas ni originales, no solo tiene que ver con la estrategia: tiene que ver con la política.

"Generación U"

Aunque algunos activistas puedan centrar su análisis exclusivamente en la estrategia que hay detrás de la victoria del ALU, eso es sólo una parte de la historia. Esta lucha tiene lugar en el contexto más amplio de las actuales crisis políticas, económicas y sociales del capitalismo que de alguna manera despertaron a la clase trabajadora desde la llamada Gran Recesión. Muchos de los trabajadores de Amazon forman parte de lo que ahora se llama "Generación U", por "Unión", sindicato en inglés. Han pasado toda su vida adulta viviendo y trabajando bajo un régimen político y económico de austeridad y precariedad económica que los ha radicalizado y ha aumentado su disposición a organizarse. Del mismo modo, los activistas de base entre los más de 9.500 trabajadores, en su mayoría negros, latinos e inmigrantes, de los dos almacenes de Staten Island representan una nueva generación de organizadores de trabajadores. Forjados en el crisol de la pandemia y los levantamientos de Black Lives Matter de 2020, estos trabajadores han llevado ese espíritu de rebelión a sus lugares de trabajo, estableciendo conexiones entre la explotación que experimentan en el trabajo y la opresión a la que se enfrentan en las calles. Como dijo Chris Smalls, uno de los líderes del ALU, a la revista Jacobin en julio:

[blockquote] Ya sabíamos que había racismo en la empresa. No hay más que ver la campaña de desprestigio que quisieron emprender contra mí el año pasado, llamándome "no inteligente ni elocuente". Por eso tengo que seguir luchando. Si no nos defendemos, no lo harán por nosotros. No se van a solidarizar con la comunidad negra. Vamos a tener que sacar a la luz todas estas cosas y hacer que rindan cuentas. Eso es lo que estamos intentando hacer, así como sindicalizar estas instalaciones. [//Blockquote]

Gracias en parte a la multitud de crisis desencadenadas por la pandemia, estos trabajadores también saben más que nunca lo esencial que es su trabajo y comprenden el poder que tienen como empleados de una de las empresas más grandes y rentables de Estados Unidos. El éxito de la campaña del ALU, allí donde los grandes sindicatos han fracasado, demuestra también el poder del sindicalismo de base y que no hay sustituto para la autoorganización colectiva de la clase trabajadora.

Y ese éxito ha recibido un amplio apoyo en todo el país. Una encuesta reciente realizada por el sitio More Perfect Union reveló que más del 75% de los estadounidenses apoyan el sindicato de Amazon y están de acuerdo en que la sindicalización es esencial para conseguir mejores salarios y condiciones de trabajo más seguras para los empleados. Esa cifra se eleva al 84% entre las personas de 18 a 34 años. El índice de aprobación general de los sindicatos, según Gallup, es el más alto en casi sesenta años. Un 68% de los estadounidenses encuestados dijo que aprobaba los sindicatos, y llega a 77% entre los jóvenes de 18 a 34 años. Mientras tanto, las peticiones presentadas ante la NLRB para nuevas elecciones sindicales han aumentado en un 57% desde enero, y el ALU ha sido contactado por cientos de trabajadores de Amazon en almacenes de todo el país preguntando cómo pueden ellos también organizar un sindicato en sus instalaciones.

Organizarse y hacer huelga en todas partes

La victoria en Staten Island, por muy alentadora que sea, llega después de décadas de caída de los niveles de sindicalización y de la actividad huelguística. A pesar de los muchos ejemplos recientes de acciones de alto perfil en Estados Unidos, incluida la ola de huelgas de octubre pasado y las huelgas masivas de maestros que barrieron muchos estados gobernados por republicanos en 2018 y 2019, el movimiento obrero ha luchado por encontrar su ritmo en medio de la miríada de crisis de la última década.

Pero esa tendencia parece estar cambiando, y el ALU es solo una parte de un nuevo movimiento obrero que parece dispuesto a revertir esas décadas de declive. Mientras los trabajadores del JFK8 seguían organizándose para votar, los trabajadores de Starbucks en la ciudad de Buffalo formaron el primer sindicato de la empresa en diciembre. En los menos de cinco meses transcurridos desde entonces, 24 locales de Starbucks han celebrado votaciones sindicales, de las cuales sólo dos votaron en contra de formar un sindicato. Y, a pesar de la campaña antisindical de la empresa, en muchos locales se celebran votaciones con éxito casi todos los días. Aunque el número de trabajadores en estas sucursales es ciertamente pequeño -a veces sólo una o dos docenas de trabajadores- estas victorias demuestran que los trabajadores de todo lados pueden y deben organizarse por los intereses de toda la clase.

El ALU y Starbucks Workers United han convocado concentraciones masivas el 1 de mayo para defender el derecho a organizarse. Piden a "toda la clase trabajadora" que "se una en solidaridad este Primero de Mayo de 2022 y se movilice contra la represión sindical de Starbucks, Amazon y todas las demás empresas que se dedican a reprimir a sus trabajadores". Esta acción colectiva entre los sindicatos es una señal extremadamente positiva y un paso importante en la construcción de un movimiento obrero renovado y combativo. Desde Left Voice, parte de la Red Internacional La Izqierda Diario, nos solidarizamos plenamente con los trabajadores de LDJ5 y del ALU en su lucha por organizarse y en su lucha contra la represión sindical. Los trabajadores de Amazon y Starbucks están liderando el camino y debemos unirnos a ellos haciendo que el 2022 sea el año en que los trabajadores contraatacan.


James Dennis Hoff

Escritor, educador y activista, Universidad de Nueva York.