Estas nuevas jornadas de protesta se suman a las ya iniciadas entre el 26 de febrero y el 5 de marzo y las convocadas en Semana Santa ante la falta de acuerdo en la negociación de un convenio colectivo.
Miércoles 3 de mayo de 2017
Los trabajadores que prestan servicios a bordo de los trenes AVE y Larga Distancia han iniciado nuevas jornadas de huelga desde la madrugada del día 1 de mayo y hasta el 5 del mismo mes, dando así continuidad al plan de protestas establecido meses atrás, ante la falta de acuerdos en la negociación del convenio y contra un ERTE (expediente de regulación de empleo temporal) planteado por la compañía, que presta estos servicios desde 2013, cuando logró la adjudicación del contrato.
Estas jornadas de huelga que no afectarán a la circulación de los trenes, se centran básicamente en los servicios de atención a los usuarios como: cafetería, restauración, distribución de prensa, acompañamiento de menores y megafonía, y afectan a 2000 trabajadores y trabajadoras subcontratados por Ferrovial Servicios, filial de la constructora Ferrovial.
La plantilla reclama subidas salariales proporcionales al volumen de trabajo desarrollado y diversas mejoras en sus condiciones laborales, después de que los trabajadores de tierra firmaran un convenio donde se contemplaba una subida salarial del 4,5%.
El sindicato CGT considera que la oferta presentada por Ferrovial Servicios en la mesa negociadora sigue siendo insuficiente, puesto que no recoge ninguna de las demandas consensuadas por los trabajadores en las asambleas. Según CGT, las subidas planteadas no garantizan el poder adquisitivo de la plantilla.
Por su parte Renfe según declaraciones de su presidente Juan Alfaro, aplicará a Ferrovial las penalizaciones pactadas y establecidas por contrato por el perjuicio causado a 600.000 pasajeros, así como hacerle responsable de las indemnizaciones posibles ante las reclamaciones que puedan darse por la huelga, y deja en el aire la futura renovación de la contrata en el próximo mes de noviembre, como medio coactivo e infundir miedo entre los huelguistas.
En lugar de tomar la responsabilidad que le corresponde, Renfe se lava las manos en un nuevo caso de contratación y subcontratación, como ocurre con los técnicos instaladores de Movistar y Telefónica o la propia Administración que no duda en otorgar concesiones a empresas cuyo único objetivo es lucrarse a costa de recortar derechos laborales. Contratar a verdugos para no mancharse las manos y acabar diciendo que no es su problema.
